Ocho meses después
HALLEY:
Sentí que las sábanas se revolvían a mi lado y fruncí el ceño sin atreverme a abrir los ojos. Segundos después, escuché cómo las cortinas eran corridas por alguien, atenuándome la claridad que había en la habitación. Unos pasos descalzos y silenciosos resonaron contra el suelo y, después de unos largos minutos unos labios se posaron sobre mi frente haciéndome sonreír.
Tiré de su muñeca y su peso hundió levemente el colchón a mi lado.
—No quería despertarte.
—Me da igual que lo hayas hecho. —Supe que sonreía mientras me acariciaba el brazo con suavidad—. ¿Ya te vas?
—Sí, Marc se pone de los nervios cada vez que hay concierto. —Reí—. Tengo que hacer la prueba de sonido, dar el visto bueno a los decorados y beberme las siete botellas de agua que me va a ofrecer y que me van a hacer ir a mear cada dos por tres esta tarde.
Solté una carcajada mientras abría los ojos para mirarle. Llevaba puesta una sudadera azul oscuro y unos vaqueros beige que sabía que iba a tener que cambiarse para salir a recibir a su público aquella tarde, pero aun así estaba guapísimo.
Se suponía que a estas alturas el guitarrista debería estar de gira internacional por Europa, pero había decidido retrasarla por un año por el embarazo y la había convertido en una pequeña gira nacional. Había sido un chico listo y calculador y había organizado toda la gira con precaución, dejando como últimos destinos los sitios que quedaban cerca de Venice por si en algún momento teníamos que salir corriendo al hospital.
Una semana la pasaba fuera de casa dando conciertos, otras dos conmigo en casa y la última del mes, fuera también, pero siempre llamaba varias veces al día y se cercioraba de que me encontraba en estupendas condiciones, aunque tuviera que participar en las fiestas de pijama que Xander, Halle, White, Tocadiscos, Leo y yo organizábamos.
Últimamente pasaban demasiado tiempo en casa porque me costaba horrores agacharme e incluso levantarme del sofá.
Hoy Hache tocaba a media hora de casa. Habíamos pasado toda la semana juntos, entre las sábanas, duchándonos juntos y saliendo a pasear en el atardecer por la arena de la playa, con Tocadiscos correteando en la arena.
—Si algo va mal ya sabes que eres el contacto estrella —me dijo—. Y si no, dile al pesado de Xander que me llame también. No llaméis a Marc, se le olvida que existen los dispositivos electrónicos en días como estos así que no lo vais a conseguir contactar por mucho que le suplique que esté pendiente.
Asentí, poniendo los ojos en blanco. Me había estado repitiendo aquello durante el último mes una y otra vez.
—Que sí, pesado, estaré bien. White y Xander vienen a comer y veremos el concierto juntos por la tele. Halle vendrá cuando termine sus consultas.
—Vale... Deséame suerte —dijo incorporándose.
—No la necesitas, pero suerte, secuestrador —accedí observándole caminar hasta el marco de la puerta.
Me hizo un gesto militar de despedida y vocalizó un "Te quiero" antes de marcharse hacia la planta baja. Cuando escuché que la puerta se cerró, me levanté, hice la cama y bajé a prepararme el desayuno, que tomé sentada en el pequeño jardín trasero que teníamos, con Tocadiscos a mi lado intentándome robar algún pedacito de tostada.
Una vez terminado el desayuno, recogí la cocina y salía a pasear con Tocadiscos por la playa. Pasé el resto de la mañana leyendo y dando paseos hasta el baño porque me meaba a sobre manera.
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Al compás de las estrellas ✔ [#HR2]
RomanceSegunda parte de "La mecánica de los corazones rotos" Han pasado meses desde aquel accidente que lo cambió todo. Hache ha desaparecido y Halley ya no sonríe como antes. La oscuridad de su pasado la ha consumido eliminando cualquier estrella que ilum...