HALLEY:
Meses despuésAlya parecía tener una especie de favoritismo con su padre.
Lo supe desde el momento en que la tuve en los brazos por primera vez.
Siempre lloraba cuando era yo quien la sostenía entre mis brazos, pero eh, cuando Hache la cogía los llantos cesaban, por arte de magia.
El guitarrista decía que tenía un don con los niños.
Y yo estaba muy cansada de no tenerlo.
—¡Hache, si sigues jugando con la niña te vas a manchar el traje, estúpido! —escuché exclamar a Halle desde abajo.
La risa de Hache y Alya junto con los ladridos de Tocadiscos me hicieron saber que habían pasado de ella.
—No puedo creerme que verdaderamente hayamos perdido la apuesta —dijo Xander sentado en la cama sin apartar la mirada de mí. Iba vestido con una camisa elegante y con unos pantalones a juego con esta—. Aunque bueno, dadas las circunstancias tampoco es como si os hubiéramos hecho caso. Me da lástima que Halle vaya a quedarse sin beber de todas formas en la boda, aunque en el fondo se lo tenga merecido.
Vislumbré su sonrisa a través del espejo mientras alisaba mi vestido con sumo cuidado.
—Ahora se pasará toda mi boda quejándose.
Xander rio.
—Por lo menos no vomitará. Y ya se ha quejado siete veces de que está muy hinchada. Luego se le pasará cuando vea que puede sostener un plato de chuches con su barriga, otra vez. Era una de las cosas que echaba de menos de estar embarazada de Leo.
Así es, Halle perdió la apuesta, pero ya se había quedado embarazada en verano, antes de saber que Hache y yo nos casábamos de verdad. Dimos las invitaciones en junio, ella nos dio el anuncio a finales de mayo.
Se había pasado meses hablándole a Alya de lo bruja que yo era entre susurros.
Creo que por eso mi hija no me quería tanto como a Hache.
—¡HACHE! —la escuchamos gritar de nuevo desde la planta baja.
—¡Alya que nos pilla! —exclamó el guitarrista.
—¡AAAAAA! —gritó la niña muerta de risa desde abajo.
Reí imaginándome la escena. Como la niña todavía no podía andar, solo gatear y a duras penas, el guitarrista seguramente estaría correteando de un lado a otro con ella en brazos y se pensaría que estaba en algún cohete o algo por el estilo.
Estaba de camino al baño de la habitación a revisar mi maquillaje cuando vi a Xander corriendo hacia mi posición y, justo cuando fui a decirle algo, cerró la puerta en mis narices.
—Xander, ¿se puede saber qué estás haciendo? —pregunté acercándome a la puerta con el ceño fruncido.
—Largo de la habitación, melón, ver a la novia antes de la ceremonia da mala suerte, no te saldrás con la tuya. —Le escuché decir en respuesta.
—¡Joder, Xander! —exclamó el guitarrista desde el exterior.
—Es lo que hay.
—Pero...
—Ni peros ni manzanas, Hache. La niña puede quedarse, pero tú tienes que largarte.
—Ya lo has oído, secuestrador. —Mi voz sonó opacada tras la puerta.
—¿Por qué él puede verte y yo no? Me parece injusto.
—¿Quieres que me case con Xander? —pregunté.
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Al compás de las estrellas ✔ [#HR2]
RomanceSegunda parte de "La mecánica de los corazones rotos" Han pasado meses desde aquel accidente que lo cambió todo. Hache ha desaparecido y Halley ya no sonríe como antes. La oscuridad de su pasado la ha consumido eliminando cualquier estrella que ilum...