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Mierda. Esa fue la mejor experiencia de mi vida. Y juro que en el momento de entrar en la pasarela me sentí tan.... tan... libre. Solo tenia que ser yo misma.

-¡___!- escuché que gritaban detrás mío.

Me volteé y ahi estaba mi hermano caminando en mi dirección, con un señor y una señora muy elegantes.

-¿Qué sucede?- le pregunté cuando ya estaban al frente mio.

-___, ellos son los actuales dueños de la empreza de modelajes Victoria's Secret.

Mierda. Quiero llorar de la emoción.

-Hola -los saludé de la mano a ambos.

-Hola, señorita Jones. Soy Jhon Linshk, y soy uno de los dueños de la empreza de modelajes Victoria's Secret. Y ella- señaló a la señora- es Débora Walkin.

-Mucho gusto en conocerlos- sonreí.

-Igulmente, ___. Nosotros estamos interesados en tí. Tú hermano Derek nos ha dicho que tienes tan solo 18 años, y en estos tiempos es muy difícil encontrar jovencitas con tanta habilidad en las pasarelas- dijo la señora Walkin.

-Por eso es que nosotros te queremos a tí- me apuntó el señor Linshk- en nuestra empreza, Victoria's Secret- finalizó.

-Emm.. bueno.. y-yo- miré a Derek. Él me sonrió- yo estaria feliz y seria un honor trabajar para su empreza.

-Perfecto. Entonces mañana la esperamos en la ajencia para hablar mejor. Y bienvenida al mundo del modelaje- Dijo la señora Walkin. Asintieron con una sonrisa, voltearon y se fueron.

Derek me miró. Y me abrazó fuertrmente.

-Felicidades hermanita linda- Dijo entre el abrazo.

-Nada hubiera sido posible sin tí- Solté un par de lágrimas.

-Bueno, ahora- se separó del abrazo- yo debo hacer algo. Nos vemos mas tarde.

-Está bien- me besó la frente y se fué.

Yo me quedé viéndolo como se marchaba. Pero una voz varonil me hizo voltear.

-Felicidades, lo has hecho perfecto- sonrió.

Y ahí, estaban esos hermosos ojos azueles, como el océano. Esa sonrisa perfectamente hermosa. Y esa persona que me trae loca.

-Niall- ¿Será el momento indicado para encender mi modo fangirl loca?

Él solo se limitó a sonreírme y a jalarme del ante-brazo con delicadeza, hasta que mi pecho con el de él estubiesen pegados. Me dió un fuerte y cariñoso abrazo.

Acercó sus labios a mi oído y susurró.

-Te quiero demasiado princesa.

-Te quiero muchisimo más, princeso.- lo imité.

Reímos.

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