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—Gracias Niall, fue una linda tarde— le dije mientras entrabamos al hotel.

—No fue nada, ___. Yo también me la pase de maravilla contigo.

Ay, pero si es el ser más lindo del mundo.

—¿Subamos?— Pregunté.

—Ah... claro— me sonrió.

Subimos al asensor, precioné el último botón del último piso. En el asensor había un silencio, bueno, ¿cómo lo digo?... algo... uhmm, incómodo, Ya que en este mismo momento me estoy muriendo de ganas por tirarme encima de él y besarlo hasta dejarlo sin labios.

Ya, lo de dejarlo sin labios no, pero si de besarlo.

El asensor paró y yo iba a salir de éste, pero unas manos en mi cintura me hicieron parar.

Miré por ensima de mi hombro y sonreí. Niall imitó mi gesto.

—Te tengo que confesar algo— me susurró al oido.

—¿Qué?— le pregunté, también en susurro.

—Eh estado todo el día aguantandome las ganas de besarte— me volteó delicadamente, quedando pegada con su pecho.

Me miró fijamente, su mirada bajaba de mis ojos a mis labios, y viceversa. Lo cual me causaba más ganas de besarlo.

—Niall yo tam...

Juntó nuestros labios con un delicado pero a la misma vez salvaje beso. Introdujo su lengua con cuidado en mi boca, casi como pidiendo permiso. Yo hice lo mismo, hasta que nuestras lenguas estaban en una batalla dentro de nuestras bocas. Era un beso que yo no queria que se acabara jamás.

Pero, nos separamos por falta de oxígeno.

Maldito oxígeno, te odiaría si no pudiera vivir sin tí.

Nos miramos por unos segundos, él me sonrió, yo le sonrei, me agarro de la espalda para llevar mi cuerpo al suyo hasta quedar bien juntos. Pasé mis manos por su cuello, él por mi cintura y nos volvimos a besar.

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