Capítulo 16

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Federico.

Después de dejar a Dayana en su casa me fui de inmediato al trabajo. Ella prácticamente se desmayó en la camioneta a causa del cansancio, todo el camino estuvo apoyando la cabeza en mi hombre y eso me resultó extraño. 

Cuando llegamos a la casa de sus padres, donde vive actualmente, ellos me recibieron con cara de asombro y fue peor porque tuve que llevarla cargada a su habitación. 

Al despertarse tuvo mareos y arcadas por la migraña, cosa que me hizo enojar por su falta de autocuidado. Según mencionó Aurelia, siempre le sucede cuando no duerme bien y las asambleas son espacios estresantes donde se duerme muy poco.

Tuve que jugar a ser el jodido príncipe que carga a la princesa y atraviesa el umbral de la puerta con ella en su regazo, lo triste de la situación es que me fue imposible finiquitar lo que sucede cuando las puertas se cierran.

Su habitación estaba un tanto desordenada, había unas cuantas piezas de ropa tiradas en un sillón, unos cajones abiertos donde estaba parte de su ropa interior y es que fue tan descuidada al dejar todo tirado que pude ver su caos y no es algo que me desagradó, porque como una persona normal que no fue instruida en el ejército siempre tiende a dejar desorden. O bien, la mujer sí es ordenada, pero su padecimiento hizo que dejara todo tirado.

¡No lo sé y no creo que tenga otra oportunidad de averiguarlo! o ¿sí?

Tendré que averiguarlo después, porque ahora tengo que estar en modo ministro, pero sin hacer el papel de bufón benevolente que permite que se pasen su autoridad por los huevos.

—Santiago, reporte de la asamblea.

El hombre no tiene buena pinta, está ojeroso, con evidente cansancio y lo peor es que tiene que estar de servicio los siguientes dos días, pero si la información que me da sirve, puedo darle al menos un día de descanso.

—El abogado tiene una alianza con alguien indeterminado que le provee dinero, no es legal como todo en el partido— aclara con ironía. Pero ha permitido que se reestructuren y lleven a cabo la asamblea que suponía una inversión grande de capital, esta sí o sí tenían que costear y después del golpe de hace unos días era casi imposible que la llevaran a cabo.

Informa lo que ya suponía, pero ahora el paso a seguir es determinar de la fuente proveedora del dinero.

—Lo suponía, necesito que rastrees de dónde le viene esa ayuda económica y se la destruyas, por otro lado, necesito que empieces a sembrar la discordia en el partido, no puedo permitir que se reestructuren.

—Está bien—. Asegura con voz cansada. —También quería informarle que Dayana y Samuel ya no son pareja, él se niega a olvidar lo que haya pasado—. Informa lo que sé, por la cena de hace unos días con su familia. —En dos o tres ocasiones escuché como discutían— comenta y pone los ojos en blanco—. Ella le sugería que lo supere, hasta uno de los amigos de Dayana tuvo que intervenir cuando él se quiso imponer, creo que se llama Thiago, es un activista del medio ambiente o algo así, no recuerdo bien en lo que destaca, pero es fuerte en la zona centro—sur del estado.

Lo último me interesa, es amigo de la activista, tiene influencia en las masa y al parecer no le cae bien el abogado.

—Investiga a Thiago, quiero saber cual es la relación que tiene con la activista y el porqué de las reacciones del abogado en esos momentos.

—Es que se la arrebató de los brazos y ella se enojó muchísimo.

—¿Estuviste espiando?

—Usted me dijo que fuera sus ojos y oídos en ese lugar, sobre todo con ellos dos y así lo hice— dice con orgullo teñido en su voz.

Ministro +21Donde viven las historias. Descúbrelo ahora