chapter fourteen: nancy "the slut" wheeler.

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capítulo catorce: Nancy "la zorra" Wheeler.
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Mason Buckley, un hombre alto, delgado, de cabello largo y canoso, siguió la orden de su mujer de ir a despertar a su hija

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Mason Buckley, un hombre alto, delgado, de cabello largo y canoso, siguió la orden de su mujer de ir a despertar a su hija. Una gran sorpresa se llevó al abrir la puerta y ver, aparte de su hija, una cabellera castaña saliendo entre las sabanas de la cama y un chico pelinegro tirado en el suelo, rodeado de sabanas. Tocó sucesivamente la puerta con sus nudillos hasta que los chicos abrieron los ojos poco a poco. Hunter se enderezó de golpe, limpiándose la baba de la mejilla con su mano. Morgan se sentó y tronó su cuello; en algún momento de la noche, Robin se acostó en este, dejándola en una posición nada cómoda. Por otra parte, la menor Buckley enterró el rostro en la almohada, evitando la luz que calaba en sus ojos.

─¿Cómo es que cada que entro a este cuarto, están ustedes dos aquí? Nunca me doy cuenta de cuando entran─dijo el señor Buckley, viendo a los amigos de su hija, cruzado de brazos. Morgan y Hunter se miraron simultáneamente y luego le sonrieron al mayor con inocencia─. Ya que... ¿Quieren desayunar?

─Estaba esperando a que dijera eso─Hunter salió de entre las sábanas y siguió al señor Buckley a la cocina.

Robin soltó un suspiro cansado y se volteó boca arriba. Restregó su rostro con las manos y se levantó, dispuesta a desayunar para el largo día que tendrían por delante.

─¿Vienes?─le preguntó a Morgan desde la puerta cuando vio que no se había movido. Tenía la mirada perdida, algo muy común en ella durante las últimas semanas.

─Si, ahorita voy─Robin asintió y salió de la habitación.

La joven Byers había dormido apenas tres horas. A las tres de la mañana, Robin y Hunter se quedaron dormidos; Morgan había tratado de imitarlos, pero sin la música y la ruidosa voz del chico de lunares le fue imposible.

Los recuerdos de la noche anterior eran como un parásito en su cerebro. No había visto a la bestia como Nancy─y no podía ni imaginar lo que la chica sufría por haberlo visto frente a frente─, pero la imagen en la foto y el saber que eso se llevó a su hermano le torturaban de maneras horribles. Will no estaba muerto, su madre habló con él y ahora le creía, pero estaba atrapado, escondido y probablemente muy aterrado.

Vio la hora en el reloj, eran las 7:00 am; la familia de Robin era bastante madrugadora. Jonathan pasaría por ellos en cualquier momento, así que salió de la cama para ir a desayunar antes de que tuvieran que irse.

Entró a la cocina donde toda la familia estaba desayunando. Una ventaja de conocerlos desde hacía años era que les tenía confianza como para comer ahí o quedarse a dormir y no sentir vergüenza.

─Morgan, ¿quieres kétchup?─le ofreció la abuela─una mujer canosa y de olor a crema de maní─, cuando se sentó a su lado. Morgan asintió, tomando el bote y echando un poco en su papa rayada.

THE SONG OF LOVE-STEVE HARRINGTONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora