chapter fifteen: repentance.

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capítulo quince: arrepentimiento. 
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Morgan permanecía sentada en la oficina de la estación de policía

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Morgan permanecía sentada en la oficina de la estación de policía. Su pierna se movía de arriba y abajo con rapidez en un tic ansioso mientras mordía las uñas de sus manos encadenadas con esposas. Uno de los oficiales consideró que podría ser peligroso dejarla suelta luego de ver como le había quedado la frente a Carol, a pesar de que estaba calmada y nunca se resistió a que se la llevaran. Lo único que veía bueno de todo eso era que Carol tendría que usar mucho maquillaje si no quería que la marca que le dejó se viera.

La madre de Robin pasó por ella luego de que la recepcionista de la estación le llamara; algo malo de Hawkins era que todos se conocían, así que nada podía quedarse en secreto. Por más que la pelirroja le rogó que la dejara quedarse, su madre se negó. Estaba claramente molesta, por lo que Robin dejó de insistir y mejor se fue por las buenas antes de que le dieran un castigo peor del que ya le darían.

Luego de que Nancy tuviera una rara charla con la mujer de la recepción, donde prácticamente le dijo que Jonathan estaba enamorada de ella, regresó a la mesa con una bolsa de hielo cubierta con un trapo. Se sentó al lado del mayor de los Byers y le pidió permiso para ponerle la bolsa en la herida que tenía en el mentón. Jonathan aceptó y se sumieron en cómodo silencio.

─¿Todo bien?─quiso cerciorarse el chico, a lo que Nancy asintió.

─Sí...─de nuevo se quedaron callados. Wheeler volteó a ver a Morgan, quien ya había adoptado una posición más cómoda, con los ojos cerrados y la cabeza recargada en la pared para poder descansar un rato antes del posible regaño que le daría su madre─. ¿Siempre se enoja así?─le preguntó a Jonathan, regresando su vista a él─. Robin parecía asustada, y yo nunca la había visto así.

Jonathan soltó una mofa y negó─. No estaba enojada─aclaró─. Le traía coraje a Carol desde que inició el año. No a hecho nada más que molestarla desde que estábamos en la primaria─hizo una mueca cuando el hielo comenzó a quemarle y Nancy retiró la bolsa─. Solo aprovechó la oportunidad.

Nancy frunció sus labios y volvió a asentir.

─Pero no es la primera vez, ¿verdad?─supuso Nancy, puesto que la había visto salir de la oficina del director más de una vez. Jonathan negó de nuevo, reprimiendo una sonrisa.

─Por eso ya no la molestan. No le caemos bien a nadie, sin contar a Robin y a Hunter, que son más amigos de ella que míos─se encogió de hombros y Nancy sonrió─. Al menos a ella ya no le dicen nada a la cara, la mayoría se dejan sus comentarios para decirlo a su espalda. No les conviene provocarla.

─Si, ya vi─rió divertida por lo bajo, siendo seguida por Jonathan.

─Le caes bien─señaló el chico.

─¿Cómo sabes eso?

─Ya te habrías dado cuenta si no.

─Los estoy escuchando─los dos voltearon a ver a Morgan cuando habló. No se había movido ni un poco y por eso mismo creyeron que estaba dormida─. Que lindo hablas de mi, hermanito─abrió los ojos un poco para verle con burla. Si le gustaba Nancy, su tarea sería molestarlo frente a ella. 

THE SONG OF LOVE-STEVE HARRINGTONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora