epilogue to act two←

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epílogo del acto dos
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Los meses transcurrieron con normalidad desde que todo acabó

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Los meses transcurrieron con normalidad desde que todo acabó.

Morgan entró en una gran depresión de casi un mes; la ausencia de Bob fue un peso enorme al ya no tener problemas que la mantuvieron ocupada. Para su mala suerte, Joyce la obligó a retomar las terapias con la consejera, pues su salud comenzó a verse afectada al no querer comer las primeras semanas luego del funeral.

Hunter y Robin estuvieron con ella en todo momento, alentándola a recuperar su vida. Su apoyo y los consejos de la psicóloga funcionaron, y solo así Morgan pudo mostrar avances en su estado anímico. Claro que había noches en las que lo único que quería era tirarse a la cama y llorar, más no podía permitírselo; ya había desperdiciado mucho tiempo, lo mejor que podía hacer era honrar la memoria de Bob y vivir por él.

El baile de invierno llegó más rápido de lo que todos esperaban. Se encontraba a finales de año y apenas y sintió el tiempo correr.

La familia Byers se reunió en la sala para que Will se preparara para su baile. Jonathan documentaba todo con su cámara en mano, Joyce le enseñaba unos pasos de baile al menor y Morgan cosía un pequeño agujero del chaleco que su hermano utilizaría esa noche.

─¿Tienes que grabarlo todo?─Will le preguntó Jonathan con algo de fastidio. Seguía bailando con su madre al ritmo de "Jingle Bells" bajo la enorme cámara nueva de Jonathan.

─No. Solo lo bueno─Morgan soltó una risa por lo bajo ante la respuesta del mayor.

─¿Estás segura de que sigue bailando así?─ahora le preguntó a su madre, quien asintió segura.

─Sí, es el último grito.

─¿Lo es?─Will miró a su hermano.

Él asintió, divertido─. Sí, el último grito.

Por último miró a Morgan. Ella se encogió de hombros haciendo un puchero.

─A mí no me preguntes. Solo he bailado con Hunter y su forma de bailar era moverse como gusano.

El chico dio una carcajada. Al final tuvo que confiar en que su madre y hermano decían la verdad; de igual forma, dudaba que alguien lo invitara a bailar.

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THE SONG OF LOVE-STEVE HARRINGTONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora