Seis y media de la mañana

9 3 0
                                    

El domingo recibí una llamada de Leandro a las 6 y media de la mañana. ¿Quién está despierto a las 6 y media de la mañana y es tan cruel como para levantar a otros con una llamada? Debo admitir que iba a dejarla perder pero me remuerde la conciencia de pensar que quizá se había levantado temprano solo para despertarme, pero la idea de ignorarlo seguía vigente porque SOLO SE HABÍA LEVANTADO PARA DESPERTARME. Como sea, atendí la llamada y soy consciente de lo ronca que sonó mi voz, pero ¿Que quería si eran las SEIS Y MEDIA DE LA MAÑANAAAAA?!?!?

—Buenos días, ¿Te desperté?

—No, qué va, me encanta despertarme a las 6 de la mañana en un domingo.

—Supongo que eso fue sarcasmo.

—Y supones bien.

—Bueno, solo queria decirte que por la tormenta de anoche se voló una lámina y no van a poder dar la platica, esta todo echo un lío.

—Oh - Graciaaaas Dios mio por tenerme piedad y no hacerme ir.

—Te invitaría pero no creo que te interese trapear y secar sillas, mucho menos subirte al techo a acomodar las láminas - Se rió como si lo que dijera de verdad fuera divertido, pero en ningún universo conocido lo que dijo era gracioso.

—Suena como una triste manera de pasar un Domingo.

—Sería menos triste si nos ayudarás.

—¿Es alguna clase de chantaje moral?

—No, solo digo la verdad.

—Si tratas de usar psicología conmigo, no funcionará.

—No trato de usar psicología, es más, no vengas, paso por ti cuando terminemos y pasamos a comprar hamburguesas para todos, recibes comida sin trabajo de por medio.

—Si, estás usando psicología - Reclamé.

—Estas malinterpretando todo - Volvió a reír.

—Estoy jugando contigo.

—¿Es un sí a las hamburguesas?

—Es un si también a la trapeada de piso.

—La psicología funcionó, ¿Quién lo diría?

—Ja, maldito.

—Entonces pasamos por ti en un rato, calculó 40 minutos.

—No puedo esperar.

—Nadie te forzó a nada.

—Lo sé, solo me gusta quejarme.

Colgué la llamada, me metí a bañar a las putas 7 DE LA MAÑANA! Digo, eso es más que normal entre semana, no un domingo. Los domingos se descansa.

Me puse ropa común, despues de todo era un trabajo "rudo" que no necesitaba de etiqueta.

Vaya error.

Todos llevaban sus pans combinados y con marcas costosas, el mismo Leandro traía los tenis más caros que encontró en su guardarropas. Exagero, pero si se veían costosos, mucho más a lado de los tenis sin marca que había elegido yo. Eran cómodos y cumplían con su función, no podía pedir más.

—¿Por qué parece que van a correr un maratón en Disney? - Le pregunté a Leandro que estaba sentado a mi lado en el asiento trasero cuando sus padres subieron el sonido de la música.

—Nadie va a correr un maratón, creeme.

—Si, pero por qué son elegantes hasta con un pans? - Él se miró buscando la "elegancia" a la que me refería.

—Emm. ¿Es por el pañuelo? - Sacó un pañuelo de su bolsillo.

—Por favor, ¿Por qué lo traes aún contigo? - Me reí.

Hoy venimos con algo suuuuper ligero, iba a narrar la historia pero preferí dejarles la imagen de cuando Landro salpicó por error a Lean y terminaron en una pelea de agua

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Hoy venimos con algo suuuuper ligero, iba a narrar la historia pero preferí dejarles la imagen de cuando Landro salpicó por error a Lean y terminaron en una pelea de agua. Ustedes cuiden el agua y no hagan peleas con ella.

Nos leemos prontitooooo :D

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Nos leemos prontitooooo :D

L(e)androDonde viven las historias. Descúbrelo ahora