No todos los días pueden ser bonitos y hoy es uno de esos días en que siento que mi vida es una trampa horrible de malos recuerdos y dolor acumulado de años. Y no elegí peor día para sentir más desprecio por Dios que hoy que Leandro venía a contarme del proyecto de la iglesia que quería poner, donde todos y sin distinción eran libres de creer.
Fue la gota que derramó el vaso si soy sincero.
—Se que te duele - Leandro sobó mi hombro mientras yo trataba de calmarme. Estaba muy enojado cuando un recuerdo azotó mi mente y no me dejó seguir con mi día normal - Créeme que lo mejor es volver a creer - trato de convencerme por milésima vez en el año.
—¡No, Leonardo, no entiendes! Yo creía en él, yo creía en que me cuidaba, yo... yo fui tan ciego creyendo que me amaba.
—Él te ama.
—No, no es cierto, ¡Y no es nuevo! ¡No tiene nada que ver con mi sexualidad porque a ti te adora! ¿Pero yo? - Los recuerdos pasaron mi mente otra vez - Dices que no hay corazón más puro que el de un niño...
—Son los más puros, siempre lo he dicho.
—Bueno... ¿Y porque Landro de cuatro años años se paraba en la ventana a pedirle que sus padres dejaran de pelearse y solo recibía palizas a cambio?
—Lan....
—¡Me tiraba en el suelo a llorar de la impotencia pidiéndole que dejaran de lastimarse! ¡Por Dios no estaba pidiendo nada del otro mundo! ¡Le pedí una maldita familia! ¡Era lo único que quería y él me la arrebató!
—Lean, escúchame.
—¡No! ¡Escúchame tú a mi! Escúchame y explícame ¿Porque si es tan bondadoso me quitó lo que más amaba en el mundo? ¿Porque me quitó a mi familia? ¿Porque te la dio a ti si pareces no querer saber nada de ellos? - Si eso lo lastimaba ya me daba igual, era la verdad y debía saberla.
—Lan
—Eres un maldito mal agradecido - Me di la vuelta para irme.
—¡Si, si lo soy! Siempre lo tuve todo ¡¿De acuerdo?! ¡Nunca tuve que luchar por nada! ¡Soy un completo idiota! ¡Soy un inútil! ¡Un malcriado! ¡Ando por el mundo tratando de arreglar la vida de los demás porque me siento vacío conmigo mismo porque nunca he hecho nada por mi cuenta! ¡No tengo nada que no sea mi voz! - Su nariz estaba arrugada por el llanto contenido y la rabia - Y tú... ¡Maldita sea! ¡Eres tan capaz de hacer lo que sea! ¡Te fuiste a Europa a trabajar mientras yo doblaba servilletas y barría la iglesia! Nunca tuve un empleo, nunca compré una casa, nunca gané millones para un magnate, nunca lograré ser como tú...
Nunca lo había visto así, nunca pensé en lo que Leamdro estaba viviendo de esa manera.
—Y tú piensas que no te ama... cuando te adora más de lo que eres consciente - Debía interrumpirlo ahora.
—¿Y entonces por qué mi padre me abandonó? ¿Por qué mi abuela me odiaba? ¿Por qué mi madre está muerta? - Me derrumbé en el suelo y no pude evitar llorar sin detenerme. Leandro se tiró a mi lado a abrazarme, tenía muy pocas fuerzas como para alejarlo.
—Lo necesitabas para convertirte en la persona que eres hoy. Necesitabas atravesar por todo ese dolor para tener el coraje que tienes ahora. Y él te hablaba... con tu mamá... conmigo... él nunca te abandonó, él está aquí - Señaló mi pecho - Y aquí - Puso mi mano en su pecho, sentí sus latidos bajo mi palma y me tranquilicé un poco - Él siempre te ha hablado, él siempre tuvo tu destino planeado, ¡Él siempre estuvo guiándote a la persona que eres hoy! ¡Te hizo la persona más fuerte que conozco! ¡La más admirable! La más capaz, la más leal, la más trabajadora, la más inteligente, la mejor versión de ti es esta y necesitaste de todo eso para llegar hasta aquí.
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L(e)andro
Ficțiune adolescențiLandro perdió a su familia y está obligado a vivir en una iglesia cristiana, irónico ya que no cree que Dios existe, su objetivo es salir de ahí cuanto antes, pero sucede que conoció a alguien que le hizo cuestionarse todo lo que creía, se llama Lea...