Se que de seguro solo estoy confundido. Él es muy lindo con todos, saluda a cuanta gente se le cruza enfrente, va por la vida bendiciendo a todos, ayer por ejemplo pasamos en la esquina junto a un chico que hacía malabares, él se detuvo, lo llamó y después de hablarle sobre los planes que Dios tenía en su vida, le dio un sándwich que no tengo la menor idea de porque llevaba en su mochila, y como era chismoso, obviamente le iba a preguntar.—Todos llevamos uno y una botella de agua, mamá se encarga de prepararlos en la mañana, y pueden ayudar a alguien.
—¿Todas las mañanas? - No quería ser juicioso pero eso significarían unos 21 sándwiches a la semana... mínimo.
—Si, a menos que no vayamos a estar fuera.
—¿Y qué haces si no encontraste a nadie a quien dárselo?
—Siempre hay alguien.
—¿En serio?
—Si.
—No pensé qué fueras por la calle buscando indigentes a quienes alimentar.
—No es así, y te lo explicaré para que te quites la idea de la cabeza - Se detuvo y me miró fijo, buscó a los lados, me señaló un escalón, se sentó y palmeó el espacio a su lado indicándome que me sentará también - No se trata de indigentes, y no uses ese término, es despectivo - Masajeó mi hombro y miró al cielo - Se trata de nuestros hermanos - Volvió a mirarme - Lo hacemos porque algún día lo hicieron por nosotros - Tomó un respiro, cómo si recordara el momento exacto - Fuimos con mamá a tomar protesta en un hospital, había muchas personas, era caluroso al principio, pero luego comenzó a anochecer, teníamos frío y hambre, pero no era opción abandonar, luego llegó un hombre y estacionó su camioneta enfrente, empezó a repartir bolsas con lunches y cobijas, no dijo nada más que: "Bendiciones" antes de dar una despedida con la mano e irse. Él mantuvo la esperanza de todos los presentes.
—¿Y porque estaban protestando?
—Administraban agua en lugar de medicinas a niños con Cáncer.
—Que hijos de puta.
—No pierdas el hilo.
—Lo siento.
—Está bien - Me miró de reojo - ¿Entendiste el punto?
—Creo que sí.
—Podemos hacer un cambio, puedes mejorar el día de tu maestro que no tuvo tiempo de comer por calificar exámenes, o el de la señorita del banco que tuvo que quedarse horas extra para ajustar un desvío de fondos. O simplemente sentarte con alguien a comer para hacerle compañía.
—No lo había pensado así.
—Son pequeños actos de humildad que pueden cambiar el entorno en que vivimos, no nos hace más ricos, pero tampoco nos hace más pobres - Su tono sonaba sincero, modesto... humilde...
—Humilde - Repetí la última palabra que mi mente se quedó procesando.
—Es un pilar muy importante - Respondió - Nos evita avaricia, nos hace agradables a ojos de Dios - Respiró profundo, como si aspirara una sustancia - A veces se nos olvida porque venimos al mundo, a veces queremos posicionarnos por encima del santísimo y terminamos perturbando su gloria - Me volteó a ver, y yo tenía una cara de "Bro, no tengo idea de que significa lo que estás diciendo" muy obvia en la cara, él la notó y se explicó más... coloquialmente - No podemos jugar a ser Dios, solo debemos obedecerle.
—Suena tan sencillo - Casi me burlé. Casi.
—Porque lo es.
—No para todos.
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L(e)andro
Teen FictionLandro perdió a su familia y está obligado a vivir en una iglesia cristiana, irónico ya que no cree que Dios existe, su objetivo es salir de ahí cuanto antes, pero sucede que conoció a alguien que le hizo cuestionarse todo lo que creía, se llama Lea...