El santo de Leandro

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—Lean.

—Que - Lo dijo solo por decir algo, estaba más dormido que nada

—Lean, levántate - Sacudí un poco su hombro.

—¿Qué pasa? - Preguntó pero seguía más dormido que despierto.

—Levataaaate - Lo empuje fuera de la cama - Feliz cumpleaños

—Pero no es mi cumpleaños, estamos en Octubre - No podía creer que no se había terminado de despertar aún cuando ahora estaba tirado en el suelo.

—Pero es tu santo - Gateé hasta la orilla de la cama y me asomé a verlo.

—Yo ni siquiera creo en santos - Soltó un bostezo y se talló los ojos.

—Si, pero necesitaba una excusa, ahora ven y siéntate al pastel - Me levanté y le extendí una mano para que se levantara también.

—¿Que? ¿Qué pastel? - Miró confundido a los lados. Era el más tierno cuando recién se levantaba. Todo desorientado. Quería guardarlo en una cajita de cristal y cuidarlo siempre. Déjenme, tengo derecho a ser un cursi de mierda, estoy en mi etapa de enamorado - No hiciste un pastel, ¿Verdad? Porque no sabes prender el horno - Sonrió y avanzó con los ojos aún cerrados.

—No, es el que encargué ayer después de que intentara y fracasara decorando el que tambien intenté hacer ayer. No creí que decorar un pastel fuera tan perro difícil - Me quejé al final

—¿Lan, estás loco? - Cayó de regreso a la cama y se enredó en la cobija.

—Mueve tu trasero y levántate - Lo jalé del brazo intentando moverlo. Apenas funcionó. La gente pesa más cuando duerme y cuando está muerta, pero si soy sincero agradezco que esta sea la opción A y espero nunca nunca tener que cargar el cuerpo muerto de Lean.

—Que agresivo eres - Se estiró y luego se levantó perezosamente.

—Muévete, muévete, muévete - Lo empujé fuera del cuarto y lo llevé frente al pastel en en comedor.

—¿Ranas? - Me miró con una sonrisa pero también muy confundido.

—Lo vi en pinterest - Me alcé de hombros.

—Y trataste de hacerlo - Me empezó a picar y yo me encogí para que dejara de hacerlo.

—Si, pero fue un desastre - Dije casi riendo y él dejó de picotear mis costillas.

—¿Donde está? - Miró alrededor esperando encontrarlo con la mirada.

—En el congelador, pero no dejaré que lo.... - Era demasiado tarde para hacer algo, él se me había adelantado y lo estaba sacando del congelador.

—Me gusta mas este.

—Mentiroso.

—No, me gusta más porque lo decoraste tú. Es muy feo. Es realmente horroroso, pero me gusta más - No importaba que esto era mitad insulto. Me encogió y me sentí minúsculo. ¿Cómo es que este hombre puede traerme así de mal? - Son hotcakes? - Preguntó examinando el plato donde lo había montado.

—Es lo único "panoso" que sé hacer sin quemar todo - Me senté sobre el mueble a un lado.

—Y es lo único que necesito - Se sentó a mi lado me miró de reojo - Esto irá a Instagram.

—¿Alguna vez subirás una foto tuya a Instagram? - Si vieran el Instagram de Leandro no sabrían que es de él porque no sale en ninguna foto. Hay fotos de todos, de todo y de más todo. Menos de él.

—Es un espacio comunitario - Tomó un poco del betún mal embarrado y lo re-embarro en mi nariz, luego se levantó.

—Tienes razón, es mejor así para que nadie te vea y pueda tenerte solo para mí.

L(e)androDonde viven las historias. Descúbrelo ahora