—Lean, quería decirte algo.
—Ajam - Lo miré mientras masticaba la tercera tarta que habíamos pedido.
—Me escribiste como si supieras que me habia ido, pero no te lo dije.
—Emmm yo... si... - ¿Mentir o decir la verdad? - Le pregunté a tus padres - Felicidades, usted eligió la opción de mentir.
—¿Y se supone que debo de creer eso? - Felicidades lo han descubierto por haber elegido la opción incorrecta.
—Bueno, quizá solo quería camuflar que era un amigo de mierda que no te escribió en tres meses.
—Yo tampoco te avisé, debí haberlo hecho.
—Si, pero eso no justifica... eso no me justifica.
—Hey, no nos vemos las caras en meses ¿Y tenías que poner esa? - Lo miré mal pero terminé sonriendo.
—No tengo otra, disculpame - Se que no debo hacer bromas cuando se que he sido tan pésimo amigo pero es mi mecanismo de defensa.
—¿Por qué decidiste hablarme?
—Porque me di cuenta que no quería perderte.
—Nunca vas a perderme
—Creí que lo haría.
—¿Y si lo creíste porque no escribiste antes?
—Porque... fui un tonto - Sentí su mirada sobre mi.
—Pero estamos aquí y todo está bien, ¿De acuerdo? - Puso su mano sobre la mía y sonrió. Me obligué a recordar que así les sonríe a todos, quité mi mano de debajo de la suya enseguida - Lo siento, me olvide - Dijo retrayendo las suyas propias.
—No, yo no... - Me odié por no darme cuenta en qué momento lo hice. Casi como instinto - Yo lo siento - Intente decir algo mas - Asi que tres meses fuera. Rompiste tu propio record.
—Ja, si... fue... fue divertido - Hubo algo roto en su sonrisa.
—Divertido divertido o divertido bah divertido?
—No, estar allá fue divertido, pero creo que no te conté.
—¿Contarme que?
—Cuando te fuiste, y no quiero decir que fuera tu culpa, pero.. papá se enteró y enloqueció con lo del auto, dijo que era irresponsable y que ya había terminado la carrera. En verdad creo que solo estaba buscando una excusa, y se la di.
—Cuanto lo siento yo...- Me interrumpió.
—No, está bien, pero ahora estoy viviendo aparte, o lo estuve intentando.
—¿Cómo que intentando?
—Estuve dos meses en un cuarto básicamente a base de ahorros, luego solo metí mis cosas a una bodega y me fui al viaje. Era mucho más costeable, no tenía que gastar más que en el vuelo.
—¿Por qué no dijiste nada?
—No lo sé, no quería... ¿preocuparte?
—¿Y donde te quedas ahora?
—Fui a ver a la mujer de la lavandería, me dijo que puedo trabajar ahí y quedarme en uno de los locales arriba hasta que consiga algo.
—Puedes aceptarle el empleo si quieres pero te irás a vivir a mi casa y no es pregunta - Lo dije muy serio.
—No tienes que molestarte, estaré bien - Volvió a poner su mano sobre la mía, esta vez no la quité, él fue quien se dio cuenta y la alejó de inmediato - Perdón - Dijo en un susurro rápido. Lo ignoré.
—No te dejaré solo cuando tu me diste un techo cuando lo perdí todo.
—Lan.
—No te dejaré hacerlo.
—¿Por qué haces esto?
—Porque.. - Me interrumpí antes de decir algo comprometedor - Porque quiero que estes bien - Iba a tomar su mano pero no tuve el valor de hacerlo - Por que me importas - Él se quedó muy estático en su lugar, mirándome fijamente y luego dijo:
—¿Puedo darte un abrazo?
No dije nada, me levanté a abrazarlo.
—Pasaremos por tus cosas en un rato - Dije sin separarme.
—Espero que no me hagas correr hasta allá.
—No vuelvo a correr en mi perra vida - Le hablé a la señorita para que nos pasara la cuenta, me dio un ticket y fuimos hasta la caja a pagar, en la fila tomé un panqué que estaba en exhibición - ¿Para la cena? - Pregunté mirando a Leandro y él se alzó de hombros, tomé eso como un si. Caminamos de regreso al departamento, con calma, nada de correr, yo no estaba hecho para correr, ninguno de los dos lo estaba. Pero irónicamente hablamos todo el regreso sobre un viejo videojuego llamado: Kinect Adventures en el que literalmente haces ejercicio todo el tiempo, le conté de la vez que rompí el cristal de la casa por lanzar el control por error en uno de los niveles y él me contó de cuando tiró a su abuela porque iba pasando a su lado y le tocó pasar la noche en el hospital cuidando que estuviera estable.
—No somos personas de deporte - Dijo cuando llegamos, subimos a dejar el panqué, y volvimos abajo por el auto para recoger sus cosas.
—Llamale a Leti para avisarle - Dije en cuanto estuvimos dentro del auto.
—Si... y de nuevo gracias.
—No me agradezcas antes de tiempo, aún puedo hacerte dormir en el pasillo.
Ambos reímos todo el camino con una de nuestras conversaciones sin sentido. Todo era muy surreal para mí, apenas podía concebir que viviría con Leandro.
Sabemos tus verdaderas intenciones Alejandro, pero no me importa porque ahora serán roomies... kemosión.
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L(e)andro
Teen FictionLandro perdió a su familia y está obligado a vivir en una iglesia cristiana, irónico ya que no cree que Dios existe, su objetivo es salir de ahí cuanto antes, pero sucede que conoció a alguien que le hizo cuestionarse todo lo que creía, se llama Lea...