Jerez de la Frontera. España.
Hace 6 años.
Olivia.
Como bien dijeron Michael y Gregory, 2 días después de cuando vinieron a casa tenía el mismo Jeep negro en mi puerta de casa. Esta vez no era para venir a ofrecerme el trabajo que me acaba de resolver la vida, no, esta vez vinieron para empezar esa nueva vida y no podía estar mas nerviosa.
Mamá lleva dos días llorando como una magdalena porque no quiere aceptar, bajo ningún concepto, que su hija empiece esa vida llena de sufrimiento como la llamó ella y para nada está de acuerdo que no lo haya pensado lo suficientemente bien como para haber aceptado tan a la ligera. Papá se sintió muy orgulloso de que el mismísimo corazón del ejército de Estados Unidos vinieran a reclutar a su maravillosa hija por su brillante mente y lo ha ido pregonando por todo el barrio y su trabajo. Carla ha llorado pero también se siente orgullosa de mi por haber conseguido esto por mis propios méritos. Ambos han estado mentalizando a mamá y ayudándome a que no sea tan complicado irme y dejarla en este estado porque, por un minuto, estuve a punto de negarme a esta oportunidad por no verla así pero papá se enfadó con ella y le dijo que ni se le ocurriera meterse en mi futuro y parece ser que ya no se impone tanto.
No me ha dado tiempo ni de ver ni de poder despedirme de las chicas y Marcos pero, que le voy hacer, ellos aún no han llegado y yo debo irme. Anoche hice vídeo llamada con los tres para contárselo todo y están felices por mi, eso es todo lo que necesito de su parte. Me dijeron que tenían ganas de verme pero que por este trabajo me lo perdonarían y también les conté lo de Gonzalo... Los tres me dieron hasta la enhorabuena por deshacerme de una vez por todas de él. Pues sí que le odiaban y nunca llegué a darme cuenta, en fin, Gonzalo ya es historia y nunca más en la vida volveré a verle.
Jódete por perderme, gilipollas.
Como no sé cuanto tiempo estaré sin poder volver a casa durante estos 6 meses, he pensado que debía de llevarme bastante ropa... y cuando digo bastante me refiero a que llevo dos maletas enormes llenas de ropa hasta arriba. Estamos a finales de Junio y he metido ropa de verano pero como no sabía pues también llevo algo de ropa de invierno por si acaso. Carla me dijo que si en algún momento me hacia falta más ropa ella me la acercaría en un santiamén, que para eso no había problemas y por eso no sé si dejar la ropa de invierno aquí pero bueno, ya están hechas y no me da tiempo de cambiar nada porque Michael viene caminando hacia mi junto a dos espectaculares hombres.
Joder, parecen sacados de película. Absolutamente y maravillosamente de película. Son los típicos tíos que ves y dices que no son reales de lo guapos que son... y están buenísimos.
Olivia céntrate que tiene toda la pinta de ser compañeros y no queremos rollos entre compañeros aunque mírame y míralos a ellos... en la vida se liarían con alguien como yo.
─ Buenos días, Olivia, y buenos días padres y hermana de Olivia, mi nombre es Michael y seré el encargado de la seguridad de vuestra hija y de enseñarle todo lo que necesita saber durante todos los años que quiera brindarnos con su trabajo y su increíble inteligencia ─ saluda Michael en tono formal y no formal y me tiende la mano primero a mi y después a los demás ─ ¿Lo tienes todo listo? Los chicos se ocuparan de llevar tu equipaje al coche, luego haré las presentaciones obligatorias, no te preocupes por ello.
─ Realmente espero que cuides bien de ella y me da exactamente igual quien seas tú porque como me entere que a mi hija le pasa algo malo iré a por usted y lo último que vea antes de morir será mi cara ─ amenaza mamá y a Carla se le escapa una buena risa que hasta se me contagia, Michael la mira con asombro porque seguro que en la vida se hubiera esperado una contestación así y papá la agarra del brazo para hacerle saber que se está pasando de la raya y que está montando un espectáculo ─ Lo digo totalmente enserio, Manuel.
ESTÁS LEYENDO
COMANDO
ActionSoy Olivia González, Teniente Coronel de la Élite de las Fuerzas Especiales a nivel mundial e Ingeniera jefe en el ejército de Estados Unidos. A mis 27 años dirijo el comando más peligroso y letal del mundo y no puedo sentirme más orgullosa por ello...