2

326 12 0
                                    

Jerez de la Frontera. España.

Actualidad.

Olivia.

Son las 8.00 a.m. y mis ojos ya están abiertos como platos mirando al techo de mi habitación. Mi cuerpo me pide seguir durmiendo pero mi cabeza no quiere seguir descansando.

Que gran novedad.

El dormir poco será algo que me acompañará el resto de mi vida, eso es algo que tengo super asumido a estas alturas ya. Entre las millones de cosas que tengo que hacer y que cada vez que cierro los ojos solo veo muerte, dolor y sangre... mi cabeza no da para mucho más. Lauren insiste en que empiece a tomar pastillas para dormir pero eso es algo que no puedo permitírmelo porque me dejan fuera de juego durante demasiado tiempo y debo estar preparada para todo lo que pueda pasar en cualquier momento, así que nada de pastillas para dormir, ya encontraré la manera de conseguirlo durante más de 4 horas seguidas.

Mis hombretones aún deben de seguir descansando porque no escucho ni un alma por toda la casa así que bajo sin hacer mucho ruido a la cocina a por un buen café bien cargado y vuelvo a subir a mi despacho para ponerme con la dichosa actualización del informe que Michael me encargó anoche. Todos los años me pide que lo haga y casi siempre es un copia y pega porque hay bastante poco que cambiar o contar de un año a otro de cada uno de ellos y, la verdad, que es mejor así porque eso significa que ninguno ha sufrido algún percance.

Me encanta el café recién hecho así que, mientras espero que mi MacBook se encienda, le doy un buen sorbo y disfruto de su sabor y olor. No hay cosa mejor por las mañanas que esto.

Llevo 3 semanas sin beberme una buena taza de café y hasta tengo ganas de llorar porque, como es obvio, en medio de una misión donde te juegas la vida no te vas a poner a hacértelo ni muchísimo menos, demasiado que teníamos agua.

Una vez encendido el portátil busco el informe del año pasado (menos mal que no los borro de un año para otro) y me pongo manos a la obra empezando por mi alemán favorito.


Dominick Koch

Bremen, Alemania.

11 de agosto del 1992. 29 años. 1'90m.

Comandante de la FEME y Segundo al mando.

Piloto muy experimentado y francotirador.

Polígloto (Alemán, español, inglés, ruso, danés, italiano y polaco).

Estudió en un colegio militar desde los 4 años.

Familia: Hijo de padres militares actualmente fallecidos en combate.

Tiene una hermana menor y dos sobrinos mellizos.

Enfermedades: Ninguna.


La hermana de Dom, a raíz de un desliz con un militar alemán el cual es el padre de sus hijos, nunca más quiso saber nada del mundo militar y, actualmente, la tenemos totalmente protegida y fuera de este mundillo. Nadie fuera de nuestro grupo sabe de su existencia pero, de todos modos, es mejor ser precavidos y mantenerla a salvo. He tenido la suerte de conocerla y es todo lo contrario a Dom.

Emma es algo mas bajita que yo y tiene unos ojos azules preciosos, Dom, en cambio, es muy alto, fuerte y corpulento y tiene los ojos verdes más bonitos que había visto en mi vida. Ella es pura dulzura y bueno... Dom es una auténtica máquina de matar y un chulo que sabe que está bueno. Mi relación con ella es inmejorable y me encanta, cuando nos lo podemos permitir nos escapamos unos días a Bremen para hacerle una visita a ella y sus preciosos mellizos. Al ser madre soltera, a Dom no le gusta ni un pelo que esté siempre tan sola con dos niños pequeños de 4 añitos y por ello intentamos ir todo lo posible. Le hemos propuesto muchas veces que se venga a vivir aquí pero no consiente en hacerlo aunque no dudo que Dom llegue a convencerla en algún momento y acabe mudándose con nosotros aquí.

COMANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora