COMANDO

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Instrucción.

Hace 6 años.

Olivia.

Michael nos había dado un par de días para que nos mudáramos en condiciones al complejo residencial que hay a unos 2 km de la base, y menos mal, porque madre mía que movida. Hemos necesitado 2 días enteros para dejarlo todo lo mejor posible para que esté habitable y hemos llenado la nevera y despensa con comida. En la base nos dan las comidas pero de igual manera hemos querido tener algo aquí por si acaso aunque los desayunos sí que los haremos en casa. El complejo es como si viviera en otra ciudad totalmente distinta a cualquiera de las que hay aquí en España. Es puramente una mini ciudad americana con todas sus casas iguales de ladrillo y he de admitir que me encanta, aquí tenemos hasta un gran supermercado y un colegio para los más peques. Y ya ni hablar de los dos parques tan impresionantemente bonitos que hay, que maravilla... y bueno, ni hablar de que hay hasta un centro comercial con bolera.

La casa es una auténtica pasada. Tiene dos plantas donde en la parte de arriba hay tres habitaciones y un baño, y en la planta de abajo está el segundo baño un pelin más pequeño, y una preciosa cocina separada del salón - comedor por una barra americana bastante amplia. Hemos decidido que un baño será para mi y el otro lo compartirán ellos, gracias a Dios tendré mi propio baño privado y me quedaré con el de abajo que para mi está bastante bien. En la parte trasera de la casa hay un pequeño patio donde en un futuro podríamos poner una barbacoa y en la parte delantera hay dos zonas de estacionamiento para coches.

Según me ha informado Scott, todas las casas tienen la misma estructura pero, que una vez dentro, los inquilinos pueden hacer todas las reformas que quieran siempre que sean a mejor. Los demás compañeros también se han venido a esta zona y son nuestros vecinos de cada lado. Enzo, Alexei y Pablo están a nuestra izquierda y Hans, Carl y Thomas a la derecha.

A mi padre le encantaría estar aquí. Parece ser que tengo unos vecinos a los que les gustan muchísimo los buenos coches y estoy rodeada de Jeep, Mercedes clase G63, Ford Raptor y hasta he visto una Ford Bronco... joder, lo estoy flipando con todas estas bellezas pero ninguna es mía. Algún día tendré mi propio garaje tan lleno de coches que no sabré en cual de todos ir a trabajar cada mañana.

Mañana por fin empezaríamos con la instrucción aunque, en realidad, no sé si realmente quiero empezar con ella o no. Durante estos dos días, me he levantado pronto para salir a correr por las mañanas para al menos mañana llegar con un buen estado físico y no desmayarme en el proceso. No es que lleve mucho tiempo sin hacer nada, de hecho, he estado yendo al gimnasio todos los días y a mis entrenamientos de boxeo libre pero nunca se sabe si mañana podría tener un mal día por culpa de los nervios y quiero estar preparada.

Acabo de terminar de hablar con mi madre de como me ha ido la mañana... esta mujer me llama a cada rato preguntándome que cómo estoy o qué estoy haciendo, ya le he dejado claro que seré yo quien la llame a partir de ahora porque me deja en continúa vergüenza delante de mis dos niñeros/compañeros de piso y no pienso contestarle a más llamadas hasta dentro de unos días. Entiendo que esté estresada pero se pasa.

─ ¿Te pillo ocupada? ─ pregunta una voz a mis espaldas ─ Ocupada contemplando unas bonitas vistas a la casa de enfrente.

Dominick, bueno Dom, estaba apoyado en el umbral de la puerta de mi habitación con una media sonrisa en la cara y me miraba con bastante interés. Dos días llevo con ellos aquí y dos días que llevo acalorada, no sé si podré aguantar esto mucho tiempo más. Todos y cada uno de mis compañeros son dioses vikingos pero vivir con dos de ellos... se me está haciendo muy complicado. Anoche Scott salió de su baño sin camiseta y casi tengo que ir a por un cubo para no llenar todo el puto salón con mis babas, joder. Y Dom bueno, Dom, es el maldito rey de todos estos dioses vikingos y ya ni hablar de lo que siento entre las piernas como le veo.