32

163 4 0
                                    

(CAPÍTULO CORTO)

Jerez, España - Ubicación desconocida.

Actualidad.

Olivia.

Odio infinito no poder estar en mi apartamento y no sólo porque no puedo tener la intimidad que necesito con Dom siempre que quiera... no. Vivir en la central me agota mentalmente porque no consigo evadirme todo lo que necesito, sé que vengo de un retiro largo y que me acostumbré demasiado a ello... pero vivir aquí es agotador. La habitación que tengo asignada en la central es lo suficientemente grande como para "vivir" en ella medianamente bien con Dom pero porque tengo la suerte (o la desgracia) de ser Teniente Coronel y tengo una buena habitación pero, aún así, hay días que no soporto estar dentro de ella.

Hace mas o menos una semana desde que dejé de ser Olivia González para convertirme en Olivia Koch oficialmente. Aquí en España las mujeres no tomamos el apellido de nuestros maridos al casarnos, gracias a Dios, pero me hace gracia hacerme llamar así y a Dom parece que le gusta cada vez que lo digo porque solemos acabar tumbados en cualquier parte de la habitación con él encima de mi y con la cara entre mis piernas pidiéndome que lo vuelva a repetir pero entre gemidos. Cosa que hago gustosamente y nunca mejor dicho teniendo a este hombre, mi hombre, entre las piernas.

De camino a mi apartamento no dejo de mirar y darle vueltas al anillo que ahora adorna mi dedo de recién casada. Todavía pienso en Alexei y me siento un poco mal por ello, tanto por Dom porque no he sido del todo sincera con él como por Alexei porque no he sido del todo justa.

─ ¿En qué piensas tanto? ─ pregunta Dom poniéndome una mano sobre mi pierna mientras conduce mi Jeep, o mejor dicho, mi Jeep robado por él ─ ¿Estás preocupada por algo?

Estamos algo escasos de ropa y de otras cosas por la central y ya estaba harta de tener que apañarme con lo que tenía por allí. Hemos venido a llevarnos varias cosas, ver si todo está bien, si no hay nada que nos dejásemos en la nevera o comida podrida... en fin, quería salir de allí y también me ha parecido una buena excusa. Las cosas no están muy alborotadas por el momento y parece ser que estamos consiguiendo avances claros, todo está en orden.

─ Quiero volver a casa juntos ─ respondo mirando por la ventana ─ Echo de menos esa libertad y la verdad que creo que es innecesario que vivamos en la central... antes nunca me escondía y ahora vivo recluida. ¿Dónde quedó esa Olivia que todos temían? Ahora soy una cobarde que se esconde.

─ No eres ninguna cobarde, de hecho, eres una mujer brillante y te prometo que pronto volveremos a casa ─ dice con voz suave y grave ─ Pero esta vez creo que sólo deberíamos volver tú y yo...

Scott tampoco querría volverse con nosotros de todos modos. Esto era algo que sabía demasiado bien que pasaría por mucho que no quiera pero no tendría sentido que se viniera a vivir con nosotros de nuevo estando en el punto que estamos. La casa del residencial será para él cuando mi familia se mude de vuelta aquí al edificio.

─ Lo sé y Scott también lo sabe.

─ Pronto te tendré paseándote desnuda por casa ─ dice y me besa el dorso de la mano ─ Cocinando para mi desnuda ─ vuelve a besarme la mano ─ Chupándome la polla mientras cocino como aquella vez que tan bien recuerdo.

─ Eres un cerdo, ¿lo sabías? ─ digo entre risas.

─ Sí, pero te encanta que sea así de cerdo. Y es una verdad como un templo que, cuando volvamos, no vas a parar de gemir mi nombre en ese apartamento.

─ Me encantó chuparte la polla mientras cocinabas ─ le incito a seguir y siento como un cosquilleo se apodera de la parte inferior de mi cuerpo.

No queda mucho para llegar a Jerez y hasta que no lleguemos no hay ojos curiosos. Me aflojo el cinturón de seguridad bajo ciertas miradas que me lanza Dom de incredulidad (hasta que se da cuenta de mis intenciones y se le enciende la mirada) y me saboreo los labios por la anticipación de lo que estoy a punto de hacer.

COMANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora