40

168 7 0
                                    

Rota - Jerez de la Frontera, Cádiz. España.

Actualidad.

Olivia.

Llevo días pensando en cómo decirle a Dom como me siento con respecto a Alexei... pensando la manera más sutil y menos dañina de contárselo. Si fuera al revés, se me caería el mundo a los pies si Dom me dijera que también está enamorado de otra mujer... pero es lo que siento y no es justo que no le cuente nada y sigamos como si nada hubiera pasado. La noche que le contamos a Dom lo que tuvimos que hacer para intentar salvarnos de Dante no fui capaz de hacerlo, suerte que llegó Carla y al menos no me vi en la obligación de tener que contárselo en ese momento. Vi la decepción en los ojos de Alexei pero necesito tiempo para poder hacerlo.

Llevamos 10 días en casa, 10 días en los cuales no he pasado ni un sólo segundo a solas. Si no era mi familia la que estaba rondando por casa, era Enzo o alguno de los chicos que también han venido en cuanto han tenido un respiro por la central. A partir de mañana, tanto Alexei como yo, podemos volver junto a los demás a seguir con nuestras obligaciones y Pablo ya me ha hecho saber lo muy agradecido que está por mi regreso con los SEALs, el pobre no los aguanta. A mi al principio me pasaba exactamente lo mismo pero una se acaba acostumbrando después de tantos años trabajando con ellos.

─ ¿Has desayunado ya? ─ pregunta Alexei en el umbral de la puerta de la oficina. Pablo me pidió ayuda con unos documentos y esto si que puedo hacerlo desde casa ─ No te he visto bajar en toda la mañana.

Son casi las 11 de la mañana y es cierto que no he bajado a desayunar pero porque se me ha pasado. No me he dado cuenta que el tiempo ha pasado tan rápido y, a decir verdad, sí que tengo bastante hambre.

─ Lo cierto es que no ─ respondo con media sonrisa.

Doy gracias a quien sea que entre nosotros no haya cambiado nada. Hay tensión entre nosotros pero no noto que sea mala ni mucho menos, todo lo contrario. Siempre hemos tenido mucha complicidad pero ahora es aún mayor. El amor a veces llega en los momentos más inesperados y en las formas más complicadas pero, en el fondo, pienso que este sentimiento hacia él ya lo tenía desde hacia mucho tiempo pero nunca quise aceptarlo. Tengo el corazón dividido entre dos hombres maravillosos y sé que acabaré perdiendo a uno de los dos en el camino.

Alexei cruza el umbral de la puerta en mi dirección y noto como las pulsaciones se me disparan. Termina con los pocos metros que nos separan con paso decidido y mirada felina. Agarra la silla donde estoy sentada por detrás y la aparta de la mesa donde estoy trabajando. Apoya su culo en ella y abre las piernas dejándome a mi entre ellas. Desde que le pedí que no podíamos seguir haciendo nada por Dom, no ha vuelto a intentar nada... y, en el fondo de mi ser, me siento algo decepcionada porque le echo de menos...

─ ¿Qué te parece si bajamos y te preparo algo para desayunar? ─ pregunta con una sonrisa. Tiene ambos brazos apoyados en la mesa y no puedo evitar mirárselos... esos brazos fuertes que curiosamente tienen marcadas las venas. Joder, como me pone unos brazos así... ─ ¿Olivia?

─ Sí, sí, por favor. Estoy muerta de hambre ─ respondo con nerviosismo y espero que no se haya dado cuenta de mis gustos culposos.

Me levanto de la silla para salir de este infierno pero me agarra de la mano y me empuja hacia su cuerpo. Para no caerme, me apoyo en su duro pecho y quedamos a pocos centímetros de nuestras caras. Su mano libre se posa en mi cintura y me pega aún más a su duro cuerpo. Estoy justo entre medio de sus piernas y empiezo a notar su miembro en mi pelvis. Aunque no esté empalmado la noto porque es imposible no notarla de lo grande que es.

─ No aguanto más, Olivia, te necesito ─ me dice muy cerca de mis labios ─ Y noto como tu cuerpo me llama a cada instante y como te frenas en el proceso, entiendo tu posición con respecto a Dom pero me estás matando. Me estoy conteniendo todo lo que puedo pero no sé si aguantaré mucho más. Odio cuando le veo meterse por las noches en tu habitación... los celos me comen por dentro porque quiero ser yo la persona que duerma cada noche en tu cama. Odio no poder besarte libremente como hace él. Odio no poder tocarte ─ me acaricia la mejilla ─ cuando hay gente delante. Odio no poder hacerte mía como llevo años queriendo... quiero borrar de tu mente lo que sucedió en ese sótano.

COMANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora