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Tony camino hasta quedar a un lado del soldado, y juntos, recargados en la pequeña isla, el Omega se dedico a pensar.

—Era un Alpha atractivo. —Aclaró como primer punto—. Ambicioso y con ganas de sostener el mundo entero entre sus manos.

Steve se cruzó de brazos. Escucho al Omega sin atreverse a interrumpirlo.

—Cuando nos conocimos su más grande sueño era ser el mejor neurocirujano. —Tony sonrió con ironía—. No tenía planeado enamorarse ni tener una familia en el futuro. Siempre fue claro y ambicicioso con lo que quería. —El Omega miró al serio soldado a su lado. Noto la molestia en Steve—. Es mejor que no siga con el tema.

—Hazlo. —El soldado le sonrió apenado—. Yo fui quien te lo pidió.

Tony lo miró por largos segundos; suspiro tratando de que los recuerdos amargos no bajaran su ánimo.

—Él era el Alpha que mi padre quería para mí. Con grandes metas, de buena familia, con un buen prestigio... Al inicio no estuve de acuerdo, yo... Yo estaba enamorado de otra persona... —Balbuceo el castaño sin verlo a los ojos—, pero él logró envolverme. Terminé pasando mi primer celo con él, me marcó sin mi consentimiento, me humilló y me dejó en cuanto supo de mi estado. Me hecho la culpa por haberlo seducido con la intención de atarlo a mí y quitarle el futuro que tanto quería. —Anthony sonrió dolido—. Incluso dudo de mi palabra y dijo que Peter era hijo de otro Alpha.

—¡Eso es absurdo! —Steve no soporto la ira. Sus ojos chocaron con los del joven. Este lo miraba con resignación pero con cariño—. Es un mal nacido.

—Lo sé. —Anthony imitó al soldado y se cruzó de brazos—. Howard me corrió de la casa después de saber sobre mi estado y de creer en las palabras del maldito. Me desheredo y se encargo de decirle a todo el mundo que estaba muerto.

—Si tan solo hubiera estado... —Steve tomó la mano izquierda de Tony—, si tan solo me hubiera enterado...

Tony enredo sus dedos con los del soldado. Si Steve hubiera desistido de unirse al ejército seguramente ahora él y Steve estarían juntos.

Eso fue lo que su tonto corazón anhelo en un pasado. Pero ahora tenía una marca en su cuello y un cachorro que no era del rubio. Era un Omega inservible.

Negó con la cabeza ante sus pensamientos. Recordó a su bello hijo y las cosas parecieron mejorar. Ahora estaba con el soldado, como amigos, sin embargo juntos de nuevo.

—De no haberte enlistado no serias el gran Capitán América. —Tony sin pensarlo, posó su mano derecha en la mejilla del Alpha—. Haz hecho grandes cosas, Steve. No dejes que mi situación opaque todos tus logros.

—No me importa ningún logro, Tony. —El rubio sostuvo la mano en su mejilla—. Hubiera dado todo, hasta mi titulo, con tal de no verte sufrir.

Anthony lo miró con sorpresa. Los ojos del soldado decían tantos cosas y a la vez callaban tantos secretos. Carraspeo.

—No me arrepiento de todo. —Aclaró el castaño—. Peter fue lo mejor que me pudo pasar.

Steve sonrió. Claro, Peter era un milagro, era un incentivo para sonreír día a día.

—Peter es un niño maravilloso. —Dijo el soldado encantado.

Tony rio.

—Además, no estoy sufriendo. No ahora. —El castaño, por primera vez en mucho tiempo, coqueteo juguetón con el soldado—. Estas conmigo y con Peter. —El Omega dio un paso atrás avergonzado por su espontáneo actuar—. Regresaste.

Steve sintió el hormigueo en su mejilla, justo donde Tony dejó de tocar.

—No voy a dejarte. —El Alpha se cruzó de brazos nervioso—. No voy a dejarlos solos. Si tu me lo permites, claro, no estás obligado, es decir...

—Steve. —Paro el balbuceo el joven.

—... Dejame ser parte de tu familia. —Suplicó Rogers.

Alpha y Omega. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora