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Steve se abrió paso al cuello del Omega y aspiro como un verdadero adicto. Su aroma se concentraba en ese punto, tentandolo, seduciendolo y retandolo a borrar ese maldita marca.

—Muerdeme. —Ordenó Tony perdido en el ambiente caliente y pesado—. Steve, muerdeme.

Los dedos de Steve se dirigieron a la entrada del Omega; su sorpresa fue grande cuando descubrió que se encontraba lubricada. Miró al joven debajo suyo dándose cuenta de su aspecto.

Tony estaba sonrojado, sudoroso, temblando ante la espectativa de ser follado por él, mostrando su cuello como ofrenda; Steve describió con alegría que Tony estaba reaccionando a su testosterona.

Su Omega finamente había sedido.

—Oh, Tony. —Steve recargo su frente en la ajena y rio—, te amo.

El castaño sonrió inconscientemente al escuchar las palabras del soldado. Su Omega en su interior se regocijo y su corazón se estremeció.

Estaba con el Alpha indicado, con su compañero destinado.

Se besaron al mismo tiempo que Steve dirigía su pene a la entrada del joven, abriéndose pasó poco a poco, esperando que se acostumbrara a él.

Tony rompió el beso dejando escapar un jadeo de dolor y satisfacción.

La extraña picazón en su interior se calmo dando paso al placer.

—¿Tony? —El Alpha desplegó su testosterona mojando más al Omega— ¿estás bien?

Anthony lo beso, metiendo su lengua en la boca del Alpha, degustando sus labios y explorando la cavidad.

—Muévete. —Anthony meneo sus caderas haciendo gruñir al Alpha—. Steve, ¡ah!

Rogers abrió las piernas del castaño, levantó el torso y comenzó a mover la pelvis, adentrando todo su polla, dejando que sus testículos golpearan las nalgas del Omega.

Tony grito al sentir como su próstata era encontrada de inmediato y rozada de manera constante.

—¡Ah! —El castaño cerró los ojos centrándose en las sensaciones de su cuerpo. El pene de Steve golpeba una y otra vez en su interior; Rogers había perdido el control.

—¡Mgh! —El rubio tomó entre sus brazos las piernas del castaño y las llevó a sus hombros. Beso su tobillo derecho y mordió los dedos de los pies juguetón. Hizo lo mismo con el izquierdo.

—¡Ah, mierda! —El joven se retorcio en la cama siendo estimulado por la sonrisa sucia del soldado.

—Lenguaje. —Steve dio una estocada fuerte y certera.

Tony grito una vez más.

—¡Mierda!

Steve volvió a penetrar con fuerza ante la mala palabra. Tony apretó los puños en las sábanas.

—Joder, ¿acaso te gusta provocarme? —Steve dejó que las piernas del Omega se enredaran en su cadera para poder inclinarse y llegar a la boca de su pareja—, me encanta saber que olvidas todo mientras te jodo.

—¡Ah! ¡STEVE! —Tony se sentía más acalorado por las palabras y tono del Alpha.

Steve lamio por sobre su boca y le sonrió seductor.

—Me encanta tu culo, mi amor.

Tony gimió gustoso por las palabras sucias de Steve. De verdad le gustaba, su Omega se sentía deseado, glorioso, dichoso por ser amado y visto con lujuria por ese Alpha imponente y ardiente.

—Steve... —Tony le mostró su cuello sudado—, marcame.

El Alpha paseo la punta de su nariz por sobre la asquerosa mordida de Strange. Beso a su alrededor y suciono la piel preparando la zona.

Tony se estremeció, apretó las piernas en la cintura del Alpha y gimió en las orejas rojas del soldado.

El aroma del Alpha se intensificó, su polla comenzó a crecer en el interior de Tony, sus músculos se tensaron y sus colmillo salieron a relucir.

Había empezado el RUT de Steve.

—Mi Omega. —Steve aspiro una vez más las feromonas del castaño—. Mío.

Los colmillos perforaron la piel de Tony. El grito del joven fue callado por el orgasmo que azotó su cuerpo.

Las lágrimas se acumularon en sus ojos mientras su cuerpo temblaba por la sensación de placer. Su cuerpo se amoldo al del soldado, sus aromas se combinaron, su Omega se enlazo al Alpha de Steve.

—Steve... —Stark sentía caliente su estómago y el nudo hincharse dentro de él—, te amo.

El soldado parecía perdido en el extasis de la unión.

Alpha y Omega. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora