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Tony cerró la puerta de la habitación de Peter. Suspiro y se puso en marcha.

"Está vez lo haremos" se dijo para convencer a su testarudo Omega. Se apretó de nueva cuenta el nudo en la bata y bajó a la sala.

Steve leía informes de una posible misión.

—Peter, ya se durmió. —Aviso el castaño viendo fijamente al soldado.

El Alpha alzó la mirada y le sonrió. Era una mueca distante y finjida; Tony sintió su pecho oprimirse.

—Puedes subir a la habitación. —Rogers se rasco la nuca—. Terminaré algo tarde.

Anthony ignoro las palabras del Alpha y se puso enfrente de él. El rubio lo miró sorprendido.

—¿Estas molesto conmigo? —Tony arrugó el entrecejo— ¿Ya te cansaste?

—¿... Qué? —Steve se levantó de su lugar asustado.

—Estos últimos días me has ignorado, siempre estás fuera o trabajando. —El Omega suspiro triste— ¿Vas a dejarnos a Peter y a mí?

El Alpha negó energético. Se tocó la frente y se sintió un completo estúpido.

—Lo lamento, Tony. —El Alpha bajó la mirada—. No es lo que crees, es solo... —Se mostró avergonzado—, no quiero hacerte daño.

Tony tomo el rostro del Alpha entre sus manos e hizo que lo viera a los ojos.

—Rogers, habla claro. —Demandó el Stark con una mirada dura.

Steve no supo cómo explicarse. Su cabeza era una maraña de ideas y pensamientos; las palabras de Bucky no salían de su mente y llegó a tomar en cuenta la situación. Pero no podría, no cuando ahora era el héroe de su hijo.

Sin embargo, también estaba su Omega, su Tony.

Todo era como una pesadilla en la que él no podía cambiar nada.

—Quiero que seas mío. —Expresó el rubio—. Quiero marcarte, quiero un lazo contigo, algo que me asegure que no me dejaras. —Alegó como un niño pequeño—. Tony, cada vez se me hace más difícil no desearte.

Tony suspiro de alivio. Steve no pensaba dejarlos.

—Steve...

—Pero no quiero lastimarte. —El Alpha acarició la mejilla del joven—. Te amo tanto que duele.

El castaño lo beso. Devoro los labios del soldado aún cuando su cuerpo se negaba a aceptar el estremecimiento que lo recorrió.

Rogers lo tomó de la cintura y profundizó la caricia, dejando que su ansiedad hablara por él y sus ganas de tocarlo.

Se moría por hacerle el amor a Tony.

—Quiero que lo hagas. —Cuando el joven se separó de los labios del Alpha, pego sus frentes y aspiro—. Quiero que me tomes.

—Pero...

—No importa qué....—El castaño se alejo un poco del rubio, abrió la bata qué tenía puesta y dejó ver su cuerpo desnudo—, por favor, Steve.

Anthony se entregaría esa noche a Steve Rogers, como que su nombre era Anthony Edward Stark.

Alpha y Omega. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora