Final

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El mundo entero supo de Tony Stark, el hijo de los Stark que fue arrojado a la calle con cachorro en vientre del que, en un antaño, fue el mejor neurocirujano; Stephen Strange.

La prensa se volvió loca, pedian saber más del caso, pedian justicia, comenzaron a protestar en contra de Howard y por ende sus números descendieron estrepitosamente.

Todo era un desastre que habia surgido de una bomba sin previo aviso.

Entonces, fue cuando lo recordó "Dejame mostrarte que es lo traición, Howard". La voz de Maria se escuchaba en su cabeza fuerte, clara, decidida.

-Señor... -Jarvis miro al Alpha con frialdad-, los accionistas exigen una explicación.

-Ahora no. -Howard no despegaba sus ojos de la televisión. En ella María explicaba la situación con Tony a su lado.

En brazos del Omega estaba un pequeño niño dormido seguramente por el cansancio.

Howard no dejaba de ver al cachorro; se parecia tanto a Tony...

-Ese niño... -Howard apago la televisión y dejo escapar un suspiro-, vaya manera de conocer a mi nieto.

Jarvis no dijo nada para consolar al Alpha.

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Tony no se cohibia ante las cámaras, el timido Omega que alguna vez trato Steve, ya no estaba.

-Este es su lugar. -Maria le sonrio con Peter en brazos-. Tony es más que un Omega, este es su mundo, es su sitio.

Steve vio de nuevo al joven. Este sonreia con una coqueteria natural, sus ojos brillaban al ser escuchado, sus labios encontraban las palabras perfectas para dar una respuesta certera.

-María...

-Sabes bien a lo que quiero llegar. -La mujer le lanzo una mirada afilada-. Estar con Tony no será fácil, es un Stark al fin de cuentas, su apellido tiene mucho peso dentro de la sociedad sean Alphas u Omegas. -Steve esta vez vio a su hijo-. Rogers, ¿te quedarás a su lado?

El niño, entre sueños, se tallo los ojos al mismo tiempo que se escuchaba la risa de Tony.

Steve tomo a su hijo de los brazos de María.

-Me quedaré a su lado. -Aseguro mientra mecia a su cachorro-. Siempre seré su escudo.

Sus ojos chocaron con los de Tony. Este le sonrió feliz y lleno de energia. Eso no hizo más que acelerar el corazón de Rogers.

Su Tony por fin volvio a brillar y él iba a proteger ese resplandor.

Alpha y Omega. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora