XXI

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Eleonor.

Después de aquel incidente, uno más de los que ya habían pasado, Tom llegó a casa a por mí para ir a almorzar con su familia, aquel día de Navidad.
Sharon había cocinado un almuerzo bastante rico que constaba de pescado al horno con patatas, varios entrantes y una deliciosa tarta de chocolate.

Después del tomar el té, Tom me llamó para ir al jardín. Lo seguí extrañada.
-¿Qué sucede, Tom? ¿Por qué tanto misterio?- pregunté ajustándome el abrigo.
Mi novio seguía callado mientras se sentaba en el sofá que tenían sus padres en el patio. Con esa aptitud, me sacaba de mis casillas.
Me indicó, con un gesto de la mano, que me sentara a su lado. Obedecí y por fin, habló:
- Querria darte tu regalo de navidad.
- ¿Y no podía ser dentro?- pregunté y Tom no tardó en negar con la cabeza.
Suspiré sin entender nada. Lo amaba con todas mis fuerzas, pero podía sacarme de mis casillas en un segundo.
Vi como buscó algo tras los cojines del sofá y sacó una cajita alargada, que me extendió. Me quedé mirando de la cajita a Tom y viceversa, varias veces.
- Cógelo, es tu regalo.- dijo sonriendo.
Tomé la cajita con las manos temblorosas, mientras miraba a Tom. Tenía en el pecho una mezcla de emoción y de sorpresa, pues ni me podía imaginar que habría en aquella cajita.
La abrí y descubrí un bonito collar, que era una cadenita con un trébol pequeño de plata. Lo saque de la cajita, y noté como las lágrimas llenaban mis ojos.
- ¿Me dejas que te lo ponga?- preguntó Tom con una bonita sonrisa.
Asentí, pues no podía hablar.
Él cogió el collar de la cajita y yo me giré, dándole la espalda, para que pudiera ponerme el collar. Sujeté mi cabello, pues lo llevaba suelto en aquella ocasión y noté los dedos de Tom abrochando el collar en mi cuello. Al terminar de hacerlo, me dio un beso en el hueco de mi cuello. Suspiré, solté mi cabello y volví a girarme hacia él.
- Es precioso, Tom - dije como pude.
- Eres la mayor suerte que he encontrado en la vida, solo quiero que lo recuerdes- dijo él y juntó nuestros labios.
Nos separamos y él secó las lágrimas que caían por mis mejillas mientras sonreía. Se levantó y extendió su mano hacia mí. La tomé y me ayudó a levantarme.
Volvimos a entrar en la casa y, tras un rato, me llevó a la mía. Nos despedimos en la puerta de casa con un beso y él me prometió que al día siguiente me prepararía una estupenda cena en su casa.
Salí del coche con una sonrisa, antes dándole un último beso, y me dirigí a casa, sin dejar de acariciar aquel collar.

Tom.

Podría estar mirándola horas y horas mientras dormía. Parecía una niña pequeña o, mejor dicho, un ángel.
Y ahí estaba, dormida plácidamente en mi cama, aún algo ruborizada después de hacer el amor.
Suspiré, y acaricié su mejilla, para después besarla y tumbarme de nuevo en la cama. Ella sonrió en sueños y se movió, acercándose más a mí.
Me giré hacia ella, y cerré los ojos.
Creo que no podía ser más feliz.

Eleonor.

Aquella mañana de viernes de enero, ya habían pasado las fiestas navideñas, me dirigí hacer la compra de casa.
Es verdad que desde que hice la película y se supo que yo era la novia de Tom Felton, la gente me miraba más de la cuenta, pero lidiaba con ello. También me paraban muchas chicas para decirme la suerte que tenía de ser su novia, al igual que otras, que me decían cosas poco bonitas. Pero, como comenté antes, intentaba lidiar con todo eso.
- El peso de la fama y de tener ese pedazo de novio - decía Irma riéndose muchas veces de las que le comentaba lo que me pasaba.
Entré en el supermercado y, desde la entrada, sentí que algo iba a pasar. No quise hacer caso a esa intuición y seguí hacia delante con mi compra.
Pero sentía que alguien me seguía por el supermercado.
Me disponía a ir hacia la caja, cuando una niña de no más de 10 años, me paró.
-¿Eres Eleonor, verdad? - me preguntó y, al ver que yo asentía, volvió a hablar - Me ha encantado la película y me alegro mucho de que seas la novia de Tom. ¿Podrías hacerte una foto conmigo, por favor?
- Claro que si- dije y me puse a su lado mientras su madre nos hacia la foto.
Después me dieron las gracias y yo me puse a poner las cosas que había comprado en la caja para pagar.
Cuando metí toda la compra en las bolsas y me disponía a salir del local, vi como una chica, algo corpulenta y más alta que yo, se dirigía hacia mí. No quise tomar importancia a esa chica mientras guardaba la compra en mi coche.
Cuando me dirigía para montarme en el coche, me encontré a aquella chica impidiendo poder abrir la puerta.
- Perdona, ¿podrías quitarte de la puerta, por favor?- pregunté amablemente.
- ¿Y yo cuántas veces te he pedido que dejases a Tom?- preguntó ella girando su cara hacia mí con gesto de malicia.
Me quedé plantada en el sitio y noté como se me helaba la sangre.
Ella se separó de la puerta lentamente, girándose totalmente hacia mí. Noté como mi corazón palpitaba demasiado rápido, me palpitaba hasta la cabeza, por esa sensación de miedo recorriendo mi cuerpo.
Quería uir de allí, pero mis piernas no respondían. De cerca, aquella chica era mucho más grande que cuando la vi en la tienda.
Se acercó a mí y se bajó hasta llegar a mi cara, la que cogió con una mano, apretando mi mandíbula. Intente zafarme de ella, pero no podía, era más fuerte que yo.
- He echo lo posible para que lo dejes. ¿No te gustó el regalo de Navidad? Fue bonito, ¿verdad? Y aquellas cartas... No he querido hacerte daño durante todo este tiempo, he querido ser educada y pedirte por favor que lo dejaras. Te he dicho mil veces que Tom es mío y solo es para mí- dijo y rió de una manera que parecía estar loca.
Intentaba quitarme su mano de mi cara, pero lo único q logré es que me agarrara del cuello.
- Tom no te va a aceptar como me hagas daño- dije intentando respirar.
- ¡Tom es mío! Él me va amar como yo soy- gritó.
Yo notaba como cada vez me costaba más respirar, pero no podía rendirme tan rápido. Seguía luchando con tal que me soltara, pero no podía, ella seguía apretando. Mi vista se estaba nublando y no podía respirar. Hice un último esfuerzo, reuniendo las últimas fuerzas que tenía y le pegué una patada en alguna parte de su cuerpo, que no vi donde fue. Pero conseguí que me soltara y salí corriendo, intentando recuperar el aire como podía. No quería ni mirar atrás. Sólo me metí hacia un callejón, sin salida, para mi mala suerte.
Quise volver por mis propios pasos y, justo al salir del callejón, me volví a encontrar con aquella chica. Quise esquivarla, pero fue más rápida que yo, y terminó cogiéndome del brazo, tirándome al suelo.
Grité al sentirla encima de mí, pero mi grito se ahogó en cuanto volví a sentir sus manos en mi cuello. Esta vez, usó las dos.
Volví a intentar escaparme de ella, pero era inútil, ejercía demasiada fuerza sobre mí. Para colmo, soltó una de sus manos, mientras que, con la otra, seguía ejerciendo mucha fuerza en mi cuello, para abofetearme con toda su fuerza en el rostro. No podía respirar, entre los golpes y las bofetadas, sentía que me mareaba de nuevo. Encima, apretaba mi cuerpo entre sus piernas. Sentía que me ahogaba, su rostro se volvió borroso en segundos.
¿Por qué no aparecía nadie?
- Te voy a matar y Tom será mío.- dijo mientras me seguía pegando y apretando mi cuello.
Se reía, creo que jamás podría olvidar esa risa.
Y, de repente, todo acabó.
Todo se volvió negro y mis ojos se cerraron...

Hola!!!!! Aquí ya tenéis el principio de todo o mejor, la parte donde se empieza a revelar todo lo que va a pasar y estaba pasando.
Espero comentarios y denle amor.
Sois las mejores. 😍😍😍


Noches de Plata (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora