XXXV

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Diciembre 2021

Irma.

Todo estaba listo para viajar a España.
Tom ya había comprado los billetes de avión. Insistí en pagarle el mío, pero no me dejó. Es más, me ignoró cuando le envié un WhatsApp preguntándole que cuánto era para pagarle.
Se limitó a darme el billete cuando vino a recogerme en su coche para ir al aeropuerto. Puse los ojos en blanco cuando volvió a ignorarme al decirle qué cuánto era el billete.
Nada, mejor no insistir más.
No me agradaba que Tom Felton me ignorara de esa manera.(incluyo risas sarcásticas, no me apetecía que mi amiga me matara cualquier día).
En fin, llegamos al aeropuerto, y después de los típicos trámites, nos montamos en el avión. Tom había reservado en primera clase, según él "para pasar desapercibidos". Dejémoslo ahí.
Me senté donde me indicó Tom y me abroché el cinturón.
Respiré hondo y lo miré.
- Llegó el momento, Irma. Ya no hay vuelta atrás.
- Todo saldrá bien, Tom. Tenlo por seguro.- dije sonriendo y palmeando su mano.
Él sonrió levemente y yo volví mi cabeza hacia el frente.
Estaba convencida que todo saldría bien. Si, todo tiene que salir bien...


Eleonor.

¡Estaba emocionada porque Irma venía a visitarme!
No la veía desde que me acompañó al aeropuerto aquel día en marzo, aunque hablábamos casi todos los días, no era lo mismo.
La echaba mucho de menos. Ella era como una hermana para mí, siempre habíamos estado juntas. Estaba muy contenta por volver a verla.
Me llamó unos días antes para decirme que venía y que llegaba el domingo de madrugada, pero que llegaría a casa de mis abuelos sobre media mañana.
Estaba muy emocionada por su visita, aunque parezca pesada, pero es que ver a mi mejor amiga después de tanto tiempo, me hacia estar así.
Por primera vez en mucho tiempo, estaba feliz.

Y el domingo, llegó.
Me levanté rápidamente, fui al baño para ducharme, hacer un pis y peinarme. Luego, regresé a mi habitación para vestirme. No sabía ni qué ponerme y eso que mi amiga me había visto de mil formas.
Opté por un pantalón vaquero y una sudadera de estas over size en color rosa, que no sé cómo llegó a mi armario. No recuerdo haberla comprado, pero ahí estaba y, además, me sentía cómoda con ella. Tenía algo que me daba tranquilidad...
Me puse mis convers negras, me puse algo de colonia y bajé al salón justo cuando la abuela cogía su bolso para ir a desayunar con el abuelo y unos amigos de ellos, como cada domingo. Luego, irían a pasear y a almorzar.
Se despidieron de mí con varios besos y se fueron. Yo me dirigí a la cocina para desayunar algo, bueno si se le puede decir desayunar a tomarme un vaso de leche con cacao.
Después, me senté en el sofá, con el móvil en la mano, esperando un mensaje de mi amiga en el que me dijera que estaba llegando.
Los nervios se estaban adueñando de mi estómago poco a poco.

Pasó un buen rato hasta que la pantalla de mi teléfono móvil se iluminara mostrando el nombre de mi mejor amiga.
- ¡Hola, Irma!
- ¡Hola, Eli! Amiga estoy llegando a tu casa, ahora te aviso para que me abras.
- Claro, ahora te veo.
- Hasta ahora amiga- dijo y colgó.
Me levanté rápidamente del sofá, sin saber que aquella visita cambiaría mi vida de nuevo.

Irma.

Reconozco que me sentía mal por mentirle a mi amiga. Bueno era una mentira piadosa, no era nada malo lo que estábamos haciendo.
Iba en un taxi con Tom, quien se había puesto gafas de sol y una gorra para que nadie descubriera quien era.
Lo notaba nervioso, ni siquiera quiso desayunar, sinceramente yo cuando me ponía nerviosa me daba por comerme todo lo que pillara a mano.
El taxista nos dejó en la puerta de la casa de los abuelos de mi amiga. Tuve que decirle a Tom que me esperara en la puerta, escondido para que mi amiga no lo viera. Agradecía que la casa de los abuelos de Eleonor tuviera una entrada o zaguán como le decían por aquí, lo cual me hacía más fácil llamar a la casa y que no viera a Tom.
Entré y, antes de llamar, respiré hondo.
Creo que, después de la actuación que iba hacer ahora para no revelarle a Eli que Tom estaba allí, me merecía el Óscar a mejor actriz.
Todo fuera por unir a estos dos de nuevo.
Levanté mi mano y llamé al timbre.

Noches de Plata (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora