XXXVI

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Eleonor.

Entre Tom y yo, sobraban las palabras.
Le volví a pedir perdón por todo lo que había pasado y él me dijo que no tenía que perdonarme nada, que era él quien me debía de pedir perdón por no protegerme mejor cuando prometió hacerlo lo mejor posible.
Estuvimos un par de horas hablando, ni me percaté cuanto tiempo había pasado estando a su lado.
En esas horas, había entendido lo tonta que había sido durante este tiempo. El dolor y el no entender el por qué de las cosas que habían estado pasando, me habían cegado.
Jamás me perdonaría a ver sido tan idiota y casi por perder al amor de mi vida.
Pero ya todo había vuelto a la normalidad.
Ahora me encontraba, en el sofá de la casa de mis abuelos, recostada sobre su pecho, escuchando los latidos de su corazón, y era de las mejores sensaciones del mundo.
No cambiaba esto por nada, lo había echado muchísimo de menos.
Suspiré y me incorporé, para mirarlo a los ojos. Aún se me hacía extraño que estuviera ahí conmigo, pues creía que era un sueño. Pero no, tenía de nuevo a Tom conmigo y era lo único que me importaba.
-¿Quieres almorzar algo?- pregunté.
- La verdad es que tengo un poco de hambre, no he desayunado nada por los nervios.- dijo con una sonrisa nerviosa.
Acaricié su mejilla y él, detuvo mi mano donde estaba para besarme la palma de la mano. Sonreí ante ese gesto.
Me levanté del sofá y sentí la mano de Tom sujetar la mía. Se levantó y me abrazó.
Me moría por besarlo y sé que él igual, pero ninguno de los dos daba el paso.
Nos separamos y fui a la cocina para preparar algo para almorzar. 
Y eso hice.
Almorzamos algo de pasta y, después de recoger lo que había ensuciado, me senté de nuevo en el sofá con Tom.
- Esto me parece increíble, jamás pensaba que esto pasara. Estaba segura que no te iba a volver a ver nunca más - dije.
- Pues ya ves que no- dijo él sonriendo - Aquí me tienes y pienso luchar por ti. Quiero que todo vuelva a ser como antes, Eli. No puedo vivir sin ti.
- Yo me sentí morir todo este tiempo sin ti. Te amo más que a nadie en el mundo, Tom.- dije y volví a colocar mi mano sobre su mejilla.
Una de sus manos se posaron a la altura de mis caderas, acercándome más a él.
- Ahora nadie nos va a separar, Eleonor. Eres mi vida y no voy a permitir que te alejes nunca más. Yo también te amo con todo mi corazón.
Su frente se apoyó en la mía y ambos suspiramos. Sentía su respiración sobre mi cara y nuestros labios estaban demasiado cerca.
Cerré los ojos, esperando que pasara... Pero no fue así.
Oímos unas llaves entrar en la cerradura de casa, que nos hizo separarnos rápidamente y al mirar para la puerta, vi a mis abuelos entrar.
Al vernos, su cara fue de total confusión. La mirada de la abuela pasó de Tom a mí y viceversa, varias veces hasta darse cuenta de todo.
Se acercó un poco y dijo mirando a Tom:
- ¿Tú eres Tom Felton, no?- giró la cabeza hacia mí y dijo: -Espero que sea él, si no, la llevas clara, jovencita.
Me puse algo sonrojada y Tom habló, en un casi perfecto español, lo que me dejó sorprendida.
- Si, señora, soy Tom Felton.
Miré a Tom con los ojos abiertos, ¿cuando había aprendido a hablar en español?
No me dió tiempo de preguntarle por aquello cuando, la abuela se acercó más a nosotros y, sin esperarlo, abrazó a Tom, dándole varios besos en las mejillas.
Él reaccionó rápido y la abrazó también.
- Menos mal que estás aquí. Mi nieta me iba a volver loca de tanto hablar de tí.
-¡Abuela!- exclamé algo ofendida.
- Es la verdad, Eleonor.- dijo la abuela encogiéndose de hombros.
Reí.
- Bueno, yo también quiero saludar a este muchacho- dijo el abuelo.
El abuelo y Tom se abrazaron, y yo no podía estar más feliz ante la situación.
Aunque, para ser sincera, aún no me creía lo que estaba sucediendo. Pero si, estaba feliz por haber recuperado a Tom. Algo en mí, decía que todo iría mejor.

Pasé toda la tarde con Tom, paseando por Sevilla con él, enseñándole alguno de los lugares más bonitos.
Al ser invierno, y ese día hacia bastante frío, Tom llevaba un gorro y una bufanda, que lo hacía pasar por desapercibido. Algo que me alegraba, pues necesitaba estar tranquila con él.
Paseamos por el centro de la ciudad, sería no más de las ocho de la tarde, cuando me acordé que aún no sabía dónde se alojaba.
- Oye, Tom, una cosa.
- Dime, cielo.
- ¿Dónde os alojais Irma y tú?
- ¡Ah! En el hotel Alfonso XIII, ¿Por qué? ¿te vienes a dormir esta noche conmigo?- me preguntó con gesto inocente.
Me tuve que reír.
- No, no... Sólo era por curiosidad.
Tom, quien me tenía agarrada de la mano, entrelazó nuestros dedos, apretando un poco la mano después de aquello.
-¿Por qué no quieres dormir conmigo?
- Tom...
- Vale, entiendo.
Lo oí suspirar y luego, habló de nuevo:
- Poco a poco, como al principio, ¿vale?
- Vale.
Continuamos nuestro paseo un poco más y luego fuimos a cenar. Poco después, y muy a mi pesar, Tom regresó al hotel y yo tomé un taxi para ir a casa.
Antes de irme a dormir, y ya metida entre mis sábanas, oí llegar el mensaje que tanto ansiaba que llegara.

" Buenas noches, Eli. Sólo quiero recordarte que te amo con todo mi corazón. Hoy ha sido uno de los mejores días de mi vida. Te quiero muchísimo, no lo olvides.
Eternamente tuyo, T.F".

Me llevé la mano al corazón y sonreí tontamente.

"Buenas noches, Tom. Yo también te amo más que a nada. Gracias por estar siempre ahí y por no dejar de insistir nunca.
Te amo con toda mi vida, Eli".

Tom.

Volver a verla y sentirla tan cerca como hacia tiempo que no lo hacía, era la mejor sensación del mundo.
Si, aún no nos habíamos besado y no niego que hubo, durante la noche, varias ocasiones.
Tenía ganas, pero no quería esperar, no quería que ella se sintiera presionada.
Sus abuelos me habían recibido bastante bien, se notaban lo buenas personas que son y de dónde le venía a Eli esa cualidad.

Me encontraba en la cama de aquel hotel, acostado boca arriba. Acababa de recibir aquel mensaje de Eleonor diciendo que también me amaba.
Era todo lo que necesitaba saber para entender que todo iba a salir bien.
Ahora, nada ni nadie podría hacer que nuestra relación se fuera a pique.
Tenía la sensación que nos esperaban cosas bastante buenas a nuestro regreso a Londres, porque esperaba que Eli regresara con nosotros allí.
Si, estaba seguro que ahora sí querría regresar.
La vida que queremos, nos estaba esperando.

Bueno, ya están reconciliados Tom y Eleonor como tanto me habéis pedido. Creo que ahora les toca ser felices no??? Qué opináis???
Besos!!



Noches de Plata (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora