XXVIII

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Lo siento, no he podido resistirme en subir este capítulo. Sé que os va a gustar tanto como a mí. Lo he tenido que retocar varias veces hasta quedar así. Bueno, os dejo con el capítulo.
😘😘

💚💚



Febrero 2021

Eleonor.

Febrero estaba llegando a su fin y quedaban pocos días para que llegara marzo.
Aquella tarde de viernes, estaba en casa, con Willow sentada en mis pies e Irma conmigo en el sofá. Tom estaba rodando y en un par de horas, llegaría a casa.
Llamaron a la puerta y me extrañó, pues no esperaba a nadie. Me levanté del sofá preguntándome quien sería y fui a abrir la puerta. Descubrí a un hombre con un gran ramo de flores y al verme, preguntó:
-¿Es usted la señorita Eleonor Ponce?
- Si, soy yo.
- Este ramo es para usted. Tome esta carta también.- dijo extendiendo el ramo hacia mí junto a un sobre.
- Muchas gracias- dije mientras lo recogía todo.
El muchacho asintió y se marchó, mientras yo entraba en casa, oyendo a Irma decir:
-¿Quién te puede mandar ese pedazo de ramo?
- No sé, espero que Tom, ¿quién si no?- respondí mientras dejaba el ramo sobre la mesita que teníamos entre los sofás y abriendo el sobre, mientras me sentaba en el sofá junto a mi amiga.

"Porque eres la más bella flor que haya existido.
Te espero en el Empire cinema a las 7. Esta noche es para nosotros.
Te quiere con todo su corazón, Tom".

Sonreí mientras leía la nota. Irma, apoyando su cabeza en mi hombro para leerla la nota, dijo:
- ¿Por qué este hombre es tan romántico?
- Eso quisiera saber yo- respondí.
-¿Tú eres consciente de los lives que hace últimamente que siempre canta canciones de amor o hace algún guiño?- preguntó Irma arqueando las cejas mientras se volvía a poner en su sitio.
Me reí mirando a mi amiga:
- ¿Y tú eres consciente de que vivo con él? Lo veo hacer esos lives, Irma.
Mi amiga se llevó las manos a la cara y luego empezó a reírse a carcajadas.
- En ocaciones se me olvida que vives con él y que eres su novia.
- Memoria de pez tienes tú- dije y empezamos a reírnos de nuevo.
- Anda, ve a ducharte y a prepararte, que yo te llevo a la cita con ese guaperas.- dijo poniéndose de pie y cogiendo el ramo- Voy a ponerte este precioso ramo en agua. Willow, ¿vienes conmigo?
La perrita le ladró en respuesta y la siguió hasta la cocina.
Desde luego, no me podría quejar de amiga, pero si de lo loca que estaba.

Llegué a la cita como un par de minutos antes de la hora prevista. Así que me despedí de mi amiga y esperé a Tom. Varias chicas se acercaron a mí para pedirme una foto y a decirme que le encantaba la pareja que hacíamos Tom y yo. Fui muy amables con ellas y les di las gracias por el apoyo.
Miré el reloj y vi que era las siete pasadas. Me extrañó que mi novio aún no hubiera llegado. Quizás se retrasaría por temas del rodaje. Pero, cuando estaba sacando el teléfono del bolso para dejarle un mensaje, un hombre se acercó a mí. Llevaba un sombrero y un abrigo largo. Se acercó demasiado para mi gusto.
- Eli, soy yo.
Podría reconocer esa voz en cualquier lado.
- ¿Tom? ¿Qué haces así vestido?
- No quiero que nadie nos moleste por la calle. Anda, entremos en el cine. La película está a punto de comenzar.
Me fijé en él mientras entrábamos en el cine y tuve que aguantarme una carcajada. Se había puesto una barba postiza con bigote, una bufanda color carmesí y usaba unos zapatos bastante feos. Desde luego, no había quien le ganara a la hora de disfrazarse.
Tom me hizo pasar a una sala del cine mientras miraba un papel, que supuse que eran las entradas y se sentó en un asiento de aquella sala después de buscar en número del mismo. Me senté a su lado. La gente lo miraba raro. No todos los días, creo yo, entra una persona con esas pintas en un cine.
Y yo no sabía si morirme de la vergüenza o reírme a carcajadas, porque la situación no podía ser más cómica.
Estaba a punto de hablarle, cuando vi que se acercó a él un chico y le dejó una mochila. Lo miró y asintió, antes que el chico se fuera. Miré a Tom sin entender nada.
- Es la ropa para luego cambiarme, no te preocupes, cariño - dijo respondiendo a la pregunta que me estaba haciendo en mi mente en ese momento mientras se quitaba el sombrero.
A veces, alucinaba como podía leerme la mente. Incluso dudaba si realmente no lo hacía.
No dije nada, las luces de la sala se apagaron y comenzaron los spots publicitarios que anunciaban que la película estaba por empezar. Tom entrelazó nuestras manos y así permanecimos toda la película.

Noches de Plata (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora