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Tom.

-¿Qué?- mi voz sonó demasiado sorprendida.
Giré la mirada hacia Eleonor, quién parecía encogerse en la silla, entre sorprendida y asustada.
- No puede ser- la oí susurrar.
Volví mi mirada hacia el doctor, quién sonreía aún. Respiré hondo.
No podía creerme lo que acababa de decir.
- ¿Está seguro, doctor?- pregunté.
- No hay dudas, Eleonor está embarazada.
Volví a mirar a mi novia, quién tenía los ojos llenos de lágrimas. Tomé su mano y ella me miró mordiéndose el labio. Sabía que estaba conteniendo el llanto.

Tras varias recomendaciones del doctor, nos marchamos. Cuando llegamos a casa, Eleonor corrió hacia nuestra habitación. Cuando llegué, ella estaba tumbada en la cama, tapada con las sábanas hasta la cabeza. La oí llorando.
Me acerqué y, con cuidado, me senté a su lado, acariciando su cabeza por encima de la sábana.
-¿Qué te pasa, Eli?- pregunté, no me gustaba verla así.
- Estoy... Estoy... Estoy embarazada... Tom... Un bebé... Yo... Yo...
Quitó la sábana de encima de su cabeza, mostrando su cara, con sus ojos enrojecidos y sus mejillas mojadas por las lágrimas. Se incorporó, sentándose en la cama, aún con las piernas cubiertas por las sábanas.
- Tengo miedo, Tom.- dijo.
- Yo también, pero lo haremos bien.
- Creo que no estoy preparada para esto. Yo... Yo no sé cómo seré de madre. Esto... Esto me viene grande... Yo no sé si podré... Me da muchísimo miedo todo esto. Esto no estaba planeado y yo... Creo que lo mejor sería...
-¿Quieres parar?- la detuve antes que dijera cualquier tontería.
Eleonor me miró con una mirada tan triste que se me encogió el corazón, pero me mantuve firme. Yo también tenía miedo, mucho. Pero teníamos que afrontar lo que estaba pasando, y esto no era nada malo.
- Pero, Tom...
- No. No quiero ni que se te pase por la cabeza lo que querías decir. Sé que es tu cuerpo y es tu vida, pero lo que llevas en tu vientre, también es hijo mío y creo... Creo que también tengo yo algo de responsabilidad sobre esa criatura, que no tiene nada de culpa de la calentura de sus padres. Sé que es pronto para ti ser madre, apenas has cumplido los treinta, pero sé de sobras que vas a ser la mejor madre del mundo. Piensa que ese bebé es fruto de nuestro amor. Es un pedacito de ti y de mi juntos. Ambos tenemos miedo, sí, es algo lógico, esto no sabíamos que iba a pasar, y menos tan rápido. Pero ha sucedido, Eli. Y yo estoy aquí, para apoyarte en cada instante de tu embarazo. Te ayudaré a todo, te consentiré en todo lo que me pidas, dejaré a un lado la actuación mientras estés embarazada si me lo pides. Nuestro bebé tendrá la habitación más bonita que jamás hayas visto, la montaremos a tu total gusto. Tendrá una familia maravillosa que lo quiera y que lo cuide. Eli, sé muy bien todo lo que hemos pasado desde que empezamos, pero, ¿no te has parado a pensar que esto es nuestro rayito de esperanza después de todo lo malo? Te amo con todo mi ser, Eleonor. No voy a dejar que nada malo te pase. Sé que te fallé una vez y no me lo perdonaré jamás. Pero te prometo que nunca más te fallaré. - le dije mientras agarré una de sus manos.
Sus lágrimas volvieron a caer por sus mejillas y su mano libre, se posó sobre su vientre.
- Tengo tantísimo miedo, Tom.
La abracé entre mis brazos, mientras ella apoyaba su cabeza en mi pecho. La oí suspirar.
- Podremos con todo, Eli. Ya verás.
- ¿De verdad crees que seré una buena madre?
- La mejor, sin dudas.
Volvió a suspirar.
- Un bebé, Tom.
- Si, un bebé.
- Esto parece mentira.
- Si, pero es algo bonito.
- Si... - y la oí reír levemente, lo cuál, me alegró.
Besé su cabeza y le dije:
- ¿Quieres cenar algo?, ¿Preparamos algo ligero?
- Me parece genial- dijo y se incorporó.
Salió de la cama y yo la seguí.
Bajamos a la cocina a preparar algo de cenar entre los dos.
Cuando acabamos de cenar, me pidió ver una película. Eligió ella y vimos "Los Borowers".
- Te ves muy bonito de niño- dijo ella al finalizar la película.
- Gracias- dije alzando las cejas y sonriendo.
Me acomodé las gafas y la tapé mejor con la manta allí en el sofá.
Y así pasamos aquella noche, viendo películas, de aquel día en el que nos dieron la mejor noticia de nuestras vidas.

Eleonor.
Si, sé que fue una noticia muy inesperada.
Jamás se me hubiera pasado por la mente tener un bebé ahora mismo.
Sé que Tom es el amor de mi vida, pero no cabía en mí la posibilidad de quedarme embarazada tan pronto.
Es verdad que, desde que volvimos a estar juntos, no nos habíamos cuidado mientras teníamos relaciones. Fallo de los dos.
Pero las ganas de estar juntos, no nos hicieron pensar jamás en que esto pasaría.
En fin, ya estaba hecho.
Y, aunque me asusté muchísimo al principio y llegué a pensar en un segundo, en no tenerlo, después de aquella charla que Tom me dió, cambié por completo toda mi manera de pensar.
Tenía razón, era un trocito de los dos, ¿cómo pude pensar ni siquiera en deshacerme de él? Era algo imperdonable.
Al menos, Tom me convenció en no hacerlo ni en que lo pensara.
Y ahora me alegraba, pues el hecho de tener un hijo con Tom, me parecía el mejor proyecto de vida que jamás podría pensar...
¿Podría haber algo más maravilloso que tener un hijo con Tom? Ya me lo podría imaginar, sólo de pensar que tendría sus ojos.
Sólo esperaba que todo fuera bien.


Sé que es cortito, y perdonarme. Pero es que no podía añadir nada más a este capítulo. El siguiente os prometo que será algo más largo.
Besos para todas 😘

Noches de Plata (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora