Eleonor.El día de la boda llegó.
¿Por qué sentía que el tiempo volaba últimamente?
No tenía la respuesta, y mientras la maquilladora terminaba y daba los últimos retoques a mi maquillaje, sentía que el mundo se paraba en ese momento. Iba a casarme con el amor de mi vida.
Habían pasado seis meses desde que Tom me pidió que me casara con él. Habían sido meses locos llenos de preparativos, pues nos quisimos casar lo más pronto posible.
Entre cuidar dos bebés, que cada día estaban más grandes, preparar la boda, los invitados y todo lo que conllevaba esto, sinceramente, lo más sencillo para mí fue elegir el vestido.
Fue amor a primera vista. Un elegante vestido de corte princesa, de palabra de honor, pero que llevaba un corpiño encima de encaje que quitaría para el banquete, fue el elegido nada más verlo. Lo acompañé con un largo velo sencillo de tul que iría sujeto a mi cabeza con una preciosa diadema regalo de la madre de Tom.
Mis hijas, quienes ya habían empezado a andar un poco, ya tenían diez meses, ambas estaban a cuidado de mis hermanos. Ellas eran mi luz junto a Tom. Habíamos formado una bonita familia pese a todo.
Tras terminar de arreglarme y que el fotógrafo me hiciera mil fotos de mil maneras y con mi familia, llegó la hora de irse para la iglesia.
Respiré hondo y mientras iba en el coche, solo pensaba en Tom esperándome en el altar.Llegamos a la iglesia, habia muchos fans de Tom por allí. La chica que nos ayudó a organizar la boda, salió de la iglesia para avisarme que Tom ya estaba dentro.
Asentí y entré del brazo de mi padre. Cuando vi a Tom en el altar esperándome, tan guapo con su traje negro, camisa blanca y corbata azul que combinaba con sus ojos, todo desapareció de mi alrededor.
Sonrió al verme y se llevó una mano a sus ojos, secandose las lágrimas. El corazón se me encogió al verlo.
Llegué a su lado y papá me dejó con él, después de darme un beso en la mejilla y un apretón de manos a Tom.
La ceremonia comenzó. Fue muy emotiva.
Cuando el Padre nos unió en sagrado matrimonio, mis lágrimas salieron de mis ojos y Tom me dio un dulce beso en los labios.
Ya estábamos casados, éramos marido y mujer. Era la esposa de Tom Felton.
Después de las miles de fotografías en la iglesia con nuestros familiares, salimos y miles de gritos nos recibieron por parte de sus fans.
Yo no veía nada, miles de confetis y arroz caían sobre nosotros.
Después de darnos un beso delante de todos, nos subimos en el coche que nos llevaría al lugar del banquete.
Allí nos recibieron con aplausos y un camarero se acercó para darnos un par de copas de vino blanco para celebrar.
Durante el banquete, tuvimos que saludar a muchos invitados y hacernos miles de fotos con todos. Al menos, nos dejaron comer algo y a mí, ver a mis hijas y poder darles de comer.
El baile comenzó con una preciosa canción que Tom había elegido. Que menos dejarle elegir la canción que abriría el baile después de todo lo que el pobre había pasado durante todo este tiempo de preparativos de la boda.
Tras bailar con mi ya marido, baile con mi padre, el padre de Tom y sus hermanos, amigos míos. La fiesta duró hasta altas horas de la madrugada. Nos lo pasamos genial. Un día para enmarcar.Cuando ya la fiesta terminó, mis padres se llevaron a las gemelas para que Tom y yo pasáramos una noche de bodas tranquila. Y lo agradecí, estaba tan cansada de todo el día, que solo quería acurrucarme a su lado y dormir.
Llegamos al hotel, y tras quitarnos los trajes (Tom me ayudó a quitar el vestido), nos dimos una ducha y nos acostamos.
- Creo que este es el tercer mejor día de mi vida - dijo mientras me acurrucaba en la cama con él.
-¿El tercer día?- pregunté extrañada.
- El primero fue conocerte, el segundo, cuando nacieron Brenda y Helena. Y el tercero, hoy, en el que te has convertido en mi esposa.
-¡Oh, Tom!
- Eres lo mejor que me ha pasado en la vida. Mis hijas y tú sois el mejor regalo que la vida puso en mi camino. No me arrepiento de nada de lo que he vivido contigo, solo de lo malo que pasó. Pero si aquello no hubiera sucedido, nuestro amor no hubiera sido tan fuerte como lo es. Eso sí, no te separes más de mi lado, te lo pido por favor.
Noté como se formaba un nudo en mi garganta.
- Eso jamás, Tom. Tú, como has dicho, eres lo mejor que me ha pasado en la vida junto a las niñas. Sois mi mayor tesoro y os cuidaré con todo mi amor.
Tom me dio un beso en la frente y dijo:
- Me alegra oír eso, señora Felton.
- Eres mi vida entera, señor Felton.
Y ambos nos reímos.
Y es que era verdad, Tom había revolucionado mi vida. Había llegado para quedarse. Lo malo que pasó, ya quedo atrás y ahora era tiempo de construir mi vida junto a él y nuestras hijas.
¿Podía pedir algo más para ser feliz? Yo creo que no.
El amor lo podía todo, y así lo había descubierto desde que Tom llegó a mi vida.
La calma siempre llega después de la tormenta...Fin
Sé que es un capítulo cortito, pero aún así, se describe todo lo que quería decir en el día de la boda de nuestro Tom y nuestra Eleonor.
Espero que hayáis disfrutado con esta preciosa historia.
Muchas gracias por todo.
Podéis seguir leyendo otra historia con Tom en "El mejor día de mi vida".
Un beso y nos vemos pronto!!!!
😍😍
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Noches de Plata (Completa)
FanfictionEleonor ha sido elegida para un papel en una película donde se encuentra con dos de sus actores favoritos. El destino hará que los dos se enamoren de ella, pero solo uno de ellos logrará conquistar su corazón. Pero el destino es caprichoso y hará qu...