Fabergé

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Dios mío, como esperábamos noticias del ejército blanco. Soldados que nos buscaban con desespero intentando salvarnos, lastima que nunca llegaron por nosotros...

Cuando nos cortaron el cabello en la casa Ipatiev era lo que más pensábamos ¿Cuando seríamos libres finalmente? ¿Cuánto más estaríamos en esta casa?

Mi padre sostenía mi mano y la de María pues si bien no nos preocupaba nuestra apariencia nos causaba conflicto, sentía que esto y otras cosas buscaban deshumanizarnos cada vez más...

Me desperté, y escuché algunas risas baje a la entrada de la casa y vi a Dimitri riendo con un sujeto parecía bastante amigable, delgado de piel pálida ojos y cabello café caramelo como los de Dimitri, aunque el ya tenía algunas canas.

- cariño ven - dijo Dimitri cuando se dió cuenta de que estaba ahí - el es Vladimir un viejo amigo, le pedí ayuda para terminar con los que nos faltan

- su majestad - exclamó haciendo una reverencia -

- no hace falta - respondí tomando su mano y haciendo que se pusiera de pie - ya no pertenezco a la realeza

- disculpe, no lo hago por eso - explico - mi familia sirvió muchos años a los Romanov por ello he de ofrecerle mis servicios y mi lealtad, los suyos siempre fueron buenos con los míos, vera mi madre fue quien ayudó a que su madre diera a luz a sus hermanas mayores y muchos de mis familiares fueron sus amigos. Una de las mucamas que los acompaño al sótano ese fatídico día era mi hermana menor. Estuve días sin saber de su destino, todos los buscábamos y Dimitri me contó de su horrible destino. Ella era una buena mujer al igual que usted, créame si le digo que no lo merecía. Creí que en eso quedaría su historia, una desafortunada injusticia pero el que usted esté viva me llena de esperanza, le ayudaré a hacer justicia.

Sus palabras hicieron que mis ojos se llenarán de lágrimas pero desde esa noche jamás volví a llorar enfrente de alguien que no fuera Dimitri.

- comprendo - respondí - y le agradezco mucho

Entro a la casa y puso unos viejos libros de pastas duras en la mesa. Traían las páginas llenas de nombres.

- he buscado lo que me pediste - dijo - estos hombres nos ayudarán sin dudarlo

- ¿Perdón pero de que habla? - pregunté confundida -

- le he pedido que reclutamos gente nueva para ayudarnos con tu venganza - explico Dimitri -

- perdón pero esto no es un trabajo en equipo - negué -

- Anya los primeros dos fueron fáciles porque estaban desprevenidos, no se esperaban una venganza pero, los demás empezarán a esconderse

- además ellos no trabajan solo con dos personas señorita - agrego Vladimir -  han estado ejecutando a muchos integrantes de los suyos, solo su abuela y su tía están fuera de su alcance

- está bien - respondí - confío en ustedes y ¿Cómo se llamará este equipo?

- fabergé - respondió Vladimir -

Flashback

- Que soldados tan apuestos - decía María - ¡me encantaría bajar y besarlos a todos!

Rei ante su comentario, mis hermanas solo ladeaban la cabeza negando.

Alexei entro en la habitación con un dibujo en sus manos.

- miren - exclamó - cuando seamos libres diseñaré un barco igual a este

Olga lo tomo en sus manos y le sonrió

- eres nuestro gran arquitecto - dijo orgullosa -

- seguro que harás los barcos más hermosos - dijo María -

No nos dimos cuenta de que alguien nos estaba espiando

- ¡Maravilloso! - exclamó Yermacov de forma burlona - un niño enfermo con un gran talento ¡Que poético!

Comenzó a reír como un loco. Tatiana se puso delante de Alexei y las demás nos pusimos a su lado. A esos soldados les gustaba golpear a nuestro hermano teniendo conciencia de que un golpe era fatal para el. Mi padre apareció en la habitación y se puso delante de nosotros.

- ¿disculpe necesita algo? - pregunto con gentileza -

- no en realidad - respondió frío y se retiro -

Nos quedamos inmóviles por unos segundos hasta que nuestro padre se volvió a nosotros y le pidió a Alex que le mostrará su dibujo.

                       ...

- Señorita Anya - me llamo Vladimir -

- por favor dejemos la formalidad - le pedí - háblame de tu

- de acuerdo - respondió - Anya

Sonreí mientras ambos observamos a Dimitri, limpiando una de sus armas.

- podrá ser un sicario a sueldo - me dijo - pero la ama

- ¿De verdad? - dije sin quitar la mirada de Dimitri -

- si, nunca he visto a mi amigo así por alguien - respondió - oh por cierto - dijo sacando un papel - le he traído un obsequio

Desdoble el pequeño papel y mi pecho me dolió cuando ví que se trataba de una foto de mi familia. Era una de nuestras fotos formales.

La última Romanov (Por Danny Flores) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora