La última Romanov (Por Danny Flores)

Baile

2 meses después
Mi mente en blanco, según Dimitri era lo mejor pues mi pasado era muy trágico. Afortunadamente me recupere del accidente rápido eso físicamente hablando ya que tenía constantes pesadillas sobre gente siendo asesinada.

Le pregunté a Dimitri pero me dijo que era mejor que lo olvidara, me sentía cómo una niña pequeña a la que le ocultaban cosas malas.

Conseguí trabajo como actriz en un pequeño teatro en el pueblo y me encantaba.

Rápidamente me hice de dos amigas la primera Ivonne una bailarina francesa, rubia y de ojos verdes. Encantadora y enérgica me entendía muy bien con ella y solíamos pasar horas y horas hablando.

La segunda era Emma una gran cantante a mi parecer, algo tímida y no muy agraciada, pelirroja pero con una gran voz y sentido del humor.

Se me daba bien actuar y aunque siempre me daban un personaje totalmente diferente al anterior sabía hacerlo mío lo cual era bueno según las críticas de los aldeanos.

Pero hoy era un día especial ya que era el cumpleaños de Vladimir, Dimitri se había ido a trabajar así que me quedé con Sofi la viuda con la que vivíamos y novia de Vladimir para ayudarle a decorar la casa y pasar un rato agradable.

Sus hijos nos ayudaron también, incluso sus dos pequeñas hijas le ayudaron con el pastel con lo que yo fui terriblemente mala. Era mala con la cocina y ni idea del porque.

Me encantaba cuidar a los pequeños. Creo que en el pasado estaba rodeada de niñas o niños porque me encantaba estar rodeada de ellos.

- ya llegaron - me avisó Sofi -

Los niños y yo nos escondimos detrás del sofá. Cuando entraron en la habitación salimos gritando "sorpresa" y después de eso partimos el elaborado pastel. Pusimos música y bailamos.

- te he traído un obsequio - me susurro Dimitri al oído -

- es cumpleaños de tu amigo no mío - respondí risueña -

- lo sé - contesto -

Me tomo la mano y me llevo al balcón, extendió la mano y me mostró una pequeña cajita en forma de corazón.

- que cursi eres - me burle -

Lo abrí y dentro venía una cadenita dorada con una pequeña bailarina. Lo abrace y el me correspondió el abrazo.

- dámelo mi vida te lo pongo - dijo -

Me recogí el cabello y me di la vuelta puso el collar delante de mi pero en lugar de abrocharlo comenzó a besar la zona desnuda a lo que yo le pegue con el codo.

- recuerda que hay niños - regañe -

- recuerda - imitó - que así fueron hechos

- ya no seas bobo - regañe y el lo abrochó al fin -

- quiero que lo uses mañana - pidió - te quiero llevar a bailar

- será un placer - respondí -

La fiesta siguió una horas más y después todos nos fuimos a dormir. Al día siguiente le pedí a Sofi que me ayudara a arreglarme para ir al baile con Dimitri. Me prestó un precioso vestido azul marino que resaltaba gracias a mi piel pálida y unos guantes blancos, Sofi sugirió unos guantes negros de encaje pero me gustaban mucho más los blancos se sentían extrañamente cómodos y familiares.

Mi cabello me llegaba a los hombros y una de la mayor de los hermanos Adeline me hizo un moño. Todo era perfecto.

- te vez como una princesa - dijo esta vez la menor de las hermanas María -

- gracias pequeña - respondí -

Dimitri me estaba esperando, estaba muy apuesto con un traje negro. Al verme se quedó impresionado a lo que Sofi y Vladimir se rieron, sus ojos café caramelo brillaban como nunca antes.

- dile como se ve - dijo Vlad - no te quedes pasmado

- no soy bueno con los halagos - explico - pero se que ese vestido jamás se le verá igual de hermoso a nadie más que a ti, por fin se lo que es una mujer perfecta

- y se que a nadie se le verá mejor ese traje que a ti - respondí riendo - vámonos

Tomo mi abrigo y abrió la puerta.

El restaurante al que me llevo era hermoso y muy animado. Muchas parejas estaban bailando, tenía la seguridad de saber cómo se hacía aunque no recordaba porque.

Dimitri como todo un caballero me ofreció la mano y dijo: ¿Señorita me concede este baile? Yo le extendí la mano aceptando su invitación.

Me llene de euforia en ese momento y supe que amaba a Dimitri más que a nada. Si lo único que me había dado Dios era el, sería suya.