soñando

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Era el cumpleaños de mi hermana María, todos sabíamos que este sería algo diferente gracias a que estábamos alojados en la casa Ipatiev. María sabía de ante mano que no sería posible festejarlo como siempre. Aunque eso no era excusa para no estar alegres en su día.

Comenzamos cantando la canción de cumpleaños, le habíamos preparado unos cuantos obsequios hechos a mano que era lo que podíamos permitirnos en ese momento.

Nos divertimos muchísimo hasta que llegó la hora de la comida, lamentablemente no pudimos cambiar el menú para ese día hasta que algo inesperado paso.

Tocaron la puerta y mi padre se puso alerta pues sabía que acostumbraban molestar cuando comíamos y sabíamos que no dejaría que le arruinaran el día a María

- Anastasia - ordenó mi padre - abre la puerta por favor

Me levanté y mire antes de abrir, lo que ví me sorprendió. Era el enamorado de mi hermana con un pastel en las manos.

Sonreí para después dejarlo pasar, venía junto con un compañero. Todos comenzaron a aplaudir y a reír mientras mi madre adoptaba un ligero rostro de enojo.

No dejamos que eso nos detuviera pues el hombre se había tomado el detalle de incluso ponerle una velita, María agradecida le beso ambas mejillas para después darle las gracias.

Permanecieron ahí hasta que cortamos el pastel pues sabíamos que sus órdenes de no relacionarse con nosotros eran estrictas, por lo que nos emocionamos más por nuestra hermana.

Mi padre le agradeció al soldado y pasamos una tarde alegre. Con nuestros amigos más cercanos y todos juntos como debía ser. Después nos fuimos a nuestro cuarto.

- ¡oh mi apuesto soldado! - exclame dramatizando - mi corazón será tuyo! Por haberme traído esa delicioso biscocho en mi cumpleaños!

Me tire en la cama de forma dramática a lo que mis hermanas y hermano comenzaron a reír, María me lanzo una almohada en la cara.

- no seas envidiosa - dijo María contenta - ya te llegará tu soldado también

- mejor si no es uno de estos - dijo Olga - aún así fue muy valiente fue hermanita, creo que te quiere de verdad

- lo sé - respondió María sonriendo - creen que cuando todo esto termine ¿podamos huir juntos?

- si mamá te deja - respondió Olga -

- no se puede oponer al amor verdadero - respondió María -

- ¡María tienes que enseñarme a dar un beso francés! - exclame burlona - con muuucha saliva

- ¡Anastasia! - gritaron mis tres hermanas riéndose -

- cuando salgamos de aquí me convertiré en actriz y tendrás a muchos de mis sobrinos con ese soldado - exclame - y serán guapos ya que ambos lo son

- estás loca - dijo Olga riendo -

- ojalá y todos cumplamos nuestros sueños - dijo Tatiana - yo quiero ayudarte a elegir el vestido de novia

- ahora hasta boda habrá - dijo Olga -

- por supuesto - dijo María - y todas serán mis damas

Alexei giro los ojos e hizo una expresión divertida que nos hizo reír a todos. Al menos ese día termino con risas.

La última Romanov (Por Danny Flores) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora