La venganza es dulce. Anastasia jamás creyó que la necesitaría, pero bueno nadie sabe en que se puede convertir una persona cuando lo pierde todo...
¿Hola me recuerdas? - le dijo Anastasia al hombre que estaba agonizando de dolor por las balas que t...
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@AbrilOroo2 Este capítulo va dedicado a ti muchas gracias por tu interés en mi historia ❤️
Un día como cualquier otro me senté en el jardín de la iglesia tenía unos rosales que me hacían recordar a los de el palacio de invierno, mi hogar.
Mis hermanas y yo éramos muy unidas, sobre todo María y yo. Las travesuras que hacíamos eran lo mejor del mundo. Ojalá pudiéramos hacer una última y ya.
Mi cabello empezaba a crecer, cuando llegamos a nuestra prisión a mis hermanas y a mi nos raparon. Ahora mi cabello se parecía al de un muchacho.
Y mi herida de bala, recuerdo físico del día de la ejecución de mi familia cicatrizó rápido pero aún así sabía que dejaría una marca. Era curioso como resaltaba, mi piel blanca y una gota roja. Cómo sangre en nieve blanca.
La sangre de mi familia en nieve blanca...
Una de las hermanas y yo fuimos al mercado a comprar cosas para la comida, un soldado iba a dar un anuncio, el uniforme me resultó aterradoramente familiar por lo que dije que necesitaba comprar algo y me aleje de ahí.
Me quede entre unos puestos de juguetes, con pena me acerqué a unas muñecas y pensé que no hace mucho había dejado de jugar con ellas.
Una de las muñecas llamo mi atención pues era muy parecida a una que mi padre me había obsequiado en mi cumpleaños número 15, recuerdo que al principio me daba miedo por qué tenía unas pestañas demasiado grandes, como la que tenía de ahora en las manos.
Pero al final le tome cariño y dormía abrazada a ella todas las noches que mi padre se iba de viaje. Mis pensamientos se extinguieron ya que la hermana caminaba hacia mi, devolví la muñeca a su sitio y la mire fingiendo una sonrisa.
- Ana - dijo cuando me vio - ¿encontraste lo que necesitabas?
- si am... estoy cansada ¿podemos volver a la iglesia? - respondí desesperada por salir de ahí -
- claro, ya debemos irnos - contesto -
El camino de regreso fue el más largo del mundo volteaba hacia atrás en repetidas ocasiones para asegurarme de que no nos estaban siguiendo tan rápido como llegue me encerre en la habitación que me habían asignado.
Me recosté en la cama boca arriba para intentar calmarme de repente me costaba trabajo respirar y lágrimas empezaban a salir por si solas, cada vez que veía el uniforme... ese maldito uniforme con continuos flashes recordaba los rostros de mis padres siendo atravesados por una bala en la cabeza, mi pequeño Aleksei y mis hermanas con las que siempre pasaba tiempo, mis hermanas que siempre estaban ahí para mí cuando papá no estaba o mamá tampoco o cuando Alex estaba enfermo, hermanas queridas... lo que daría por volver a estar con ustedes...
Madre en mis sueños vuelve a abrazarme a acurrucarme hazme sentir segura de nuevo, extingue mi miedo...
Gotas de agua tocaron mi ventana y salí para que la lluvia me empapará, imaginé que de cierta forma mi familia buscaba la forma de demostrarme que seguía conmigo.
Por medio de la naturaleza o lo que fuere, era mejor imaginar eso que asimilar que los había perdido para siempre, mire al cielo como buscándolos mientras mis lágrimas se diluían con las gotas de lluvia.
El tacto de la lluvia en mi rostro era tan calido y recorfontante que sentí la esencia de mis hermanas y madre. Me puse de rodillas y le pedí perdón a Dios por anhelar venganza y muerte y le pedí fuerza para llevarlas acabo.
Todo lo que ellos nos hicieron no podía olvídarlo, en ese momento supe que necesitaba vengarme o jamás volvería a estar tranquila de nuevo...
Todo lo que me enseñaron va en contra de esto pero no puedo dejarlo, no puedo.
Cuando recupere el sentido entre a mi habitación y me cambié de ropa por una seca. Mire el espejo por horas, solo debía elaborar un plan...
