adaptarse

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Salí de la ducha y me dieron un vestido, todavía me sentía en trance, no dejaba de pensar en mi familia. Tenía un dolor muy grande en la boca del estómago. Sentía un vacío muy grande al asimilar que no los volvería a ver.

Revise mis cosas saque las joyas que llevaba en mi corsé y las guarde en una cajita de madera que encontré, las puse debajo de la cama, me dieron un baúl en el que puse mi vestido ensangrentado y mi abrigo, este en sus bolsillos traía el reloj de bolsillo que me obsequio mi padre, todos mis hermanos y yo teníamos uno.

Lo mire con tristeza y recordé a mi padre, tal vez no había sido un buen zar pero el nunca quiso serlo...

- linda ¿se puede? - pregunto una hermana -

- si, adelante - respondí -

- queremos que bajes a almorzar con nosotros - dijo dulcemente -

- gracias - dije -

Bajamos y ahí estaban las tres hermanas también había otra la cuál aún yo no conocía, sus ojos eran de vidrio y era una señora de la tercera edad.

Tal vez no fui discreta en mi forma de observar ya que la hermana me la presentó:

- ella es la madre soledad - dijo - madre soledad ella es .... - volteo a verme - cuál es tu nombre querida?

- An..Ana - respondí -

- ella es Ana - me presento y me acerco a ella -

- un placer señora - dije y le extendí la mano -

- Alejandra - dijo cuando sostuvo mi mano -

- ¿perdón? - dije -

- tú te pareces a Alejandra - repitió con fuerza -

Todos nos miramos sin entender nada ¿cómo ella podía saber quién era yo? Cómo sabía el nombre de mi madre?

Me solté de su agarre y comenzamos a comer me preguntaron cosas acerca de mi y yo respondí con mucho cuidado de no contradecir mi historia fantasiosa.

Me dieron un diario así que comence a escribir:

Mi cabeza no deja de dar vuelta en mis recuerdos, cada recuerdo es de momentos en donde fui feliz pero ahora me producen una gran tristeza, ya que se que no volveré a ver a mi familia, setenta balas fueron las que usaron los bolcheviques para quitarme a lo que más amaba.

Me he quedado sola, sin padres y sin un solo hermano siento que los abandoné al huir debí quedarme a morir con ellos, ahora en mi mente siempre tendré ese maldito momento y en mi corazón quedara el hueco que ellos ocupaban.

Mataré a los que los mataron a ellos aunque eso no me los traiga de vuelta, debo hacerlo o de otra forma jamás sentiré paz de nuevo.

Ellos deben estar en la mayor tranquilidad, felices, ya que al fin se han desecho de mi padre y a mi me han dejado intranquila, huérfana y desamparada tan solo tengo diecisiete años... No sé que haré ahora.

Sé que mi padre no fue un buen Zar pero mis hermanos, mi madre, nuestros amigos y yo también teníamos la culpa?

Mi pobre y amado padre...

No complete la oración que tenía en mente porque las lágrimas nublaron mi vista y me fue imposible seguir escribiendo.

Me abrace a mi misma y me mire en el espejo de la habitación, ví con pena en lo que esos malditos me habían convertido.

...

Adaptarme fue fácil las hermanas y el padre son muy buenos conmigo es mi único consuelo, ayudo con la limpieza y de vez en cuando los acompaño al orfanato para ayudar a los niños...

Su pasatiempo era bordar y por suerte yo tenía mucha práctica aunque no era tan precisa como Tatiana.

Pero a pesar de todo, el sentimiento de estar completamente sola no se disperso...

La última Romanov (Por Danny Flores) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora