Muchas veces las emociones nos orillan a tomar decisiones desesperadas, estúpidas y sin un gramo de sensatez. Las decisiones se deberían de tomar en un momento frío, lleno de sobriedad y con madurez. Se debe pensar en las consecuencias y repercusiones que tendría para las personas que nos rodean y se relacionan con nosotros de forma diaria.
De forma obvia hay excepciones.
Existen momentos en la vida en los que se requiere ser egoístas y decidir pensando solo en mí, pero eso no quita la importancia de meditar profundamente en los actos planeados para un futuro.
Romeo y Julieta cometieron el error de dejarse llevar por un amor loco, inmaduro y lleno de complicaciones, lo que los llevó a la muerte.
Aunque solo sea una obra literaria de Shakespeare, lo tomo desde un punto de vista moral que me enseña a no arriesgar mi integridad física y meditar profundamente en mis actos.
En ocasiones quisiera que todos pensamos así, o simplemente que la persona que más amo no sea tan ingenua como para pensar que el supuesto amor que siente por una persona nueva en su vida sea suficiente como para tomar la decisión de entregarse al él sin precedentes.
—Sam, a veces el amor no es suficiente.
Llevo días sin conversar con ella. Cuando llamo y por fin se encuentra en casa en ese preciso momento me viene con esto.
Y no hablo de la entrega íntima.
Hablo de la entrega del alma.
Del ser, la confianza, la libertad.
No ha pasado un mes desde que se hicieron novios o siquiera se conocen cuando ya están hablando de matrimonio.
—June, no lo entiendes. Él me ama, está intentando mejorar por mí, realmente quiere que esto funcione.
Bufo.
—¿Qué piensan nuestros padres de esto?
—June, esta es mi decisión, no la de ellos.
Eso hace que entienda, nuestros padres aún no lo saben. No ha tenido las agallas suficientes para confrontar a mis padres y contarles de su locura.
Me decepciona su manera de actuar, que de un momento a otro le importe más un aparecido que su propia familia, que no tome en cuenta mis consejos, que por algo se los estoy dando.
Tengo suficiente experiencia como para decir que esa relación no tiene futuro.
¿Qué se puede esperar de dos jóvenes inmaduros?
—¿Siquiera lo conoces bien? ¡En un mes no se conoce a alguien lo suficiente como para hablar de matrimonio!
—El que Agel no te prestara la más mínima atención no significa que yo fracase en el amor como tú—añade mordaz.
Una punzada apareció en mi pecho.
Me duele que lo haya sacado a relucir, no pensé que lo haría, su parte víbora ha despertado.
—Por lo menos no me hace ilusión que me den cariño por lástima.
Golpe bajo.
—Date cuenta, June. Nadie te va a querer si sigues queriendo que todos tengan en cuenta tu opinión y hagan lo que tú digas.
Río con burla.
—No quiero el amor de nadie, con el mío me basta. ¿Tú puedes decir lo mismo?
Parece que no me conoce lo suficiente, ni sabe con quién se está metiendo.
—¿Con el tuyo basta? El fracaso habla por ti, porque eso es lo que eres, una fracasada en la vida, las experiencias y el amor.
—¿Yo? ¿Fracasada?—cierro los ojos y hago ejercicios de respiración. No quiero seguir este tema con ella—. ¿Sabes qué? Cuídate, haz lo que quieras.
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Nota Discordante
RomanceElla era una niña solitaria que hacía un tiempo padecía de depresión. Él, un adulto responsable buscando superarse en la vida. Al instante que ella lo vio, supo que la llegada a su vida sería trascendental, volviéndose mejores amigos, y cuando él se...