Norah y Liam se han preocupado tanto por mí que no hay segundo que pase sin estar ocupada. Agradezco la preocupación de los dos pero no es necesario pasar el día así. El día se me hace aburrido y no he podido crear un un diseño aceptable para darle vida, una auténtica misión fallida. ¿Será que ya no soy tan buena como lo recordaba?
Me frustra dibujar diseño tras diseño y que ni a mí misma me guste el resultado. La semana ha sido caótica y no soy la única estresada. Liam también ha sido víctima del exceso de responsabilidades.
Él, tanto como yo, ha estado esperado el fin de semana con ansías y al comenzar a disfrutar de nuestro sábado juntos, una nueva situación se presenta. No lo juzgo, soy conciente de sus responsabilidades, por lo tanto, trato de entenderlo. Decido dejar a un lado el lápiz y salgo en dirección al parque. Un poco de aire fresco no me vendría mal.
A veces me siento tan frustrada que ni siquiera el mejor ambiente me relaja. Pero al ver la naturaleza y en especial los pájaros que viven sin preocupaciones me relaja. No voy a mentir, siento envidia de que ellos no tengan que pasar por ciertas calamidades adolescentes, ya sean las tareas, los chicos, y un inminente evento que juega un papel importante en lo que me resta de vida.
Las travesuras, juegos y picardías han formado parte de mi día a día. Liam se ha propuesto robarme la mayor cantidad de sonrisas posible, y realmente lo ha logrado. ¿Habrá algo que este chico no pueda hacer?
Sonrío al recordar sus estupideces.
Nada más ayer se puso a decirme sus chistes malos para hacerme reír. Traté de no hacerlo pero sus expresiones me daban tanta risa que no pude contenerme. Debido a esto, lo que quedó de día me siguió viendo con una expresión de suficiencia a lo cual yo rodaba los ojos cada vez que lograba interponerse en mi camino.
Él se empeña en verle el lado bueno a todas las situaciones, cosa que admiro de él. Es un gran chico.
Me siento cerca del huerto de rosas y las observo. Casualmente veo volar una mariposa, ¡es tan hermosa!
Me encanta el vuelo pausado y elegante que tiene. Por regla general no me gustan los insectos, menos los gusanos, pero después de su metamorfosis se vuelven animales dignos de admirar.
El huerto está completamente florecido y deja un olor exquisito. Me levanto y hago el intento de tomar una rosa pero fallo en el intento.
-Auch -digo al sentir el escozor que me deja el tocar sin cuidado una espina.
Miro mi dedo medio y en la punta hay sangre. Lo meto en mi boca y miro con rencor a la rosa. Ésta vez tomo solo los pétalos bruscamente y la mayoría quedan en mi mano.
Me arrepiento al instante.
No es culpa de la rosa el que me haya pinchado un dedo, es mi culpa. Sé que para tomar una debía de tener guantes.
Suelto un suspiro.
Miro los pétalos en mi mano y se me ocurre una gran idea. Corro en dirección a la casa y entro.
Me detengo tratando de organizar mis ideas y busco un cuaderno y lápiz para plasmar la idea que se me vino a la cabeza.
-¡Soy una genia!
Tiro los pétalos en la mesa y me pongo a dibujar. Esto quedará hermoso.
¿Quién dijo que solo podía dibujar vestidos?
Al diablo con los estereotipos, esto quedará hermoso.
Quedo tan ensimismada que me sobresalto al sentir a alguien tocar mi hombro.
Veo a Liam y relajo mi cuerpo.
No lo ví venir.
-Pensé que llegarías tarde.
ESTÁS LEYENDO
Nota Discordante
RomanceElla era una niña solitaria que hacía un tiempo padecía de depresión. Él, un adulto responsable buscando superarse en la vida. Al instante que ella lo vio, supo que la llegada a su vida sería trascendental, volviéndose mejores amigos, y cuando él se...