Capitulo 32 - Final

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¿Cómo pueden pasar los días tan rápido?

No me explico cómo puede suceder algo así.

Quizás sean los tantos compromisos que últimamente he tenido que me hacen ver pasar el tiempo demasiado rápido.

Este mes ha estado lleno de alegrías, desilusiones, estrés, mucha ansiedad, pero sobre todo, amor.

Y no me refiero al amor que se siente por otra persona, me refiero al amor que siento por mi misma. He tratado de cuidarme, tenerme paciencia, comer más sano y mejorar mi estado físico. Eso último lo he hecho con ayuda de Liam, lo que empezó con las ganas de pasar más tiempo con él por las mañanas se convirtió en una costumbre, de repente comencé a levantarme más temprano y a poner la estúpida excusa de querer ponerme en forma.

Los chicos han ayudado muchísimo para que mis días sean más alegres de lo que solían ser. He encontrado en Anahí una gran confidente y mientras ellos me llenan de felicidad, Norah exprime mis energías por horas.

Ha buscado la forma de retenerme más y más a su lado, a tal punto que a veces me siento agotada al llegar a casa.

—June, ¿Quieres acompañarme a casa?—Norah me mira a la espera de una respuesta.

Realmente no tengo ganas de ir, lo único que quiero hacer es llamar a Liam y volver a casa, hoy no tengo ánimos de algo que no sea dormir.

Aún así no le doy una negativa, me ha ayudado tanto que no siento correcto negarme a una petición suya.

—Vamos, ¿Es muy lejos?

—Si así fuese no vendría casi todos los días en tacones —responde bajando la vista hacia sus zapatos.

Esa mujer desprende elegancia hasta por los poros. No me sorprendería que viviese lejos y viniese con esos zapatos.

Ella toma su bolso y yo la sigo en silencio. Es sumamente curioso, hay días en los que está sumamente acelerada, se emociona de nada y permanece risueña por unas cuantas horas. Hay otros en los que se mantiene serena y cada movimiento que hace es sumamente calculado, haciéndolo ver como un gesto que denota elegancia.

Su andar es lento, mantiene su mirada altiva, no voltea a los lados. Ni siquiera se da cuenta si la sigo o no, simplemente supone que lo hago.

Los días que tengo que ver los cursos y tiene esa actitud, son los peores. Se vuelve más exigente y es muy difícil intentar complacerla, sin embargo he llegado a disfrutar mucho de su compañía, sobretodo cuando habla de los diseños que tenemos pendientes.

Una de las cosas más importantes que aprendí este mes a su lado es que el escoger la tela del diseño es igual o más importante que hacer un diseño en sí, tuvo lo paciencia de explicarme que un diseño no liga con cualquier tipo de tela. Ese tipo de cosas también se tienen que escoger con sumo cuidado, ya que un solo error puede echar a perder un diseño en el que se ha invertido muchísimo tiempo.

Me ha explicado hasta el más mínimo detalle que se debe hacer a la hora de diseñar, medir y confeccionar que ya casi sé cada paso de memoria. He estado muy cansada pero a la vez lo he disfrutado tanto y considero que vale la pena cada segundo que paso al lado de mi insoportable instructora.

Me doy cuenta que se detiene repentinamente y voltea a su izquierda. Revisa su bolso y saca un manojo de llaves, se dirige a una reja que antes no me había detenido a observar, y la abre.

Entro después de ella y cierro detras de mi, va subiendo unas largas escaleras hasta que por fin entramos a su departamento.

Sinceramente no sabía que este era su estilo. Pensé que probablemente viviera en alguna urbanización y tuviera una gran casa tal como la madre de Liam. Cada día aprendo algo nuevo de ella, eso la hace ver cada vez más interesante.

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