Epílogo

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Froto mis manos con insistencia.

El corazón me late desbocado.

—Esto es un sueño—susurro para mí.

Siento un pellizco en mi costado derecho y me sobresalto de la sorpresa.

—¿Ves? No es un sueño—dice Norah.

Señor, me cae mal esa mujer.

Estamos en la habitación de un hotel que, para mí sorpresa, no se ve nada barato. Me encanta, pero a la vez me da ansiedad. Desde que conocí a Norah ha demostrado que confía en mis habilidades, más que yo misma, y no lo entiendo. ¿Y si fracaso? Porque cabe la posibilidad de que a Valeria no le guste, lo sé, y entenderé eso sí es así, solo que me sentiría completamente decepcionada de mí si no logro esto.

¿Cómo veré a mi familia a la cara si no comienzo a subir esta escalera que da por final el cumplimiento de mi más grande sueño de niña?

Me entran ganas de llorar y me abanico el rostro.

Por favor, ahora no.

Trato de despejarme y observo a Norah.

Está preciosísima.

Lleva puesto uno de mis diseños.

Ella y el traje que diseñé y confeccioné junto a ella se merecen.

Está culminando de prepararse, lo sé porque se está echando aquel perfume tan adictivo que me encanta, es el mismo que usaba el día que nos conocimos.

Se acerca a mí y también me rocía un poco del perfume.

—Es para la suerte June. Ni creas que te volveré a echar este perfume, ni trabajando toda tu vida podrás comprar uno de este.

Giro la cabeza curiosa.

—¿Por qué?

—Es carísimo —dice apartándose de mí —. Se llama El tren de la media noche.

—Wow, me gusta su nombre.

Asiente.

—Y su fragancia es exquisita.

—Ya lo noté. Por cierto, ¿Quién organizó este evento?

Se encoge de hombros.

—Ni idea, solo supe que lo harían, moví algunos hilos y logré que me llegara una invitación.

—Eres asombrosa.

Sonríe.

—Asombrosa, inteligente, hermosa, perfecta. Soy lo mejor que hay en el mundo querida.

Suelto una risita.

¿Está mal desear que consiga a alguien que la baje de esa nube?

No me imagino a una Norah enamorada, pagaría por verlo, pero al conocerla sé que no es algo que se pueda presenciar, ni siquiera es algo que pueda ocurrir, ya que sigue cerrada a la posibilidad de abrir nuevamente su corazón.

Sé que si se lo propone puede conseguir a alguien dispuesto a amarla.

Porque sí, es hermosa, inteligente, asombrosa.

Una mujer digna de ser feliz y amar de nuevo.

Lo merece.ñ

—¿Qué tal si no le gusta?—siento la inseguridad hablar por mi.

Frunce el ceño, me toma del antebrazo y se dirige al baño conmigo. La observo confundida pero dejo que explique su actuar. Se detiene frente al espejo y la observo a través de él.

Nota Discordante Donde viven las historias. Descúbrelo ahora