Pollito En Las Garras Del Lobo | Yoonmin

Capítulo Treinta y Cuatro

—¡Jimin!— Le saludó amablemente Jackson, besándole la mejilla. —¿Que tal todo? Tiempo sin verte, cuéntame.

Le ofreció asiento como un caballero, aunque Jimin estaba decaído le sonrió.

—Gracias, yo bien, o algo así, ¿Y tú?

—Tu carita me dice lo contrario. Yo si estoy bien, pero cuéntame tú, ¿Problemas con los trámites?

—No... No haré más nada...

—¿Que?

—Uhm— Buscó alguna cámara de seguridad, por lo que el alfa le había contado de su casa estaba seguro de que los estaban espiando. — Quiero ir por un café, ¿Que dices?

—Sí...— Tomó las llaves de su auto, y se levantó. —Vamos.

Jimin caminó tras él. Jackson le abrió la puerta y el subió, se sentó triste mirando sus pies...

Aunque... Habían dos olores, feromonas de alfa, de dos alfas...

—Uh, ¿Es de tu papá el auto?

—No, es el mío.— Sonrió. —Aquí no pueden grabarnos, tranquilo, y si las feromonas te incomodan lo siento, salí con mi novia en la mañana.

—Ohh, huele muy bien. Y no, no me incomoda, solo que son muy fuertes y ya sabes, soy Omega.

—Ah, el olor más fuerte es de mi novia. Es alfa dominante, vieja sabrosa.

—¿Qué?

—Nada, cómo te decía, ehm, ¿Que pasó? ¿Cómo que cancelar?

Empezó a conducir.

—No quiero volver a ver a YoonGi...

—¿Que hizo?

—Lo ví... Estaba con mi vecina, iba a entrar a su casa. Y al parecer iban a tener relaciones, ella nunca había traído alfas...

—Uy... Pero si no son novios, ¿En qué te molesta?

—Es que... No soy yo, es mi Omega. Cada que YoonGi llega con otras feromonas que no son las mías se pone triste, y no me gusta.

—Oh... Pero eso debieron hablarlo al principio...

—Lo hablamos...

—¿Y te fue desleal desde el inicio?

—No...

—¿Que pasó? ¿Pelearon?

—Bueno... Algo así...

—¿Fue porque le reclamaste de algo?

—Ehm... Algo así...

—Tienes derecho a reclamarle si lo ves con otras. Solo estás con él por su aroma, necesitas su presencia y su olor por el embarazo, no por mas nada. Entonces el debería de respetar eso.

—Es que... Verás, me cuesta mucho tratarlo... Le tengo cierto rencor por lo que me hizo, y cuando siento que seré un miserable a su lado me enojo y lo trato mal, también es mi culpa.

—Auch... Al menos lo reconoces...

—Hablo sin pensar y entonces acabamos de pelea. Dijo que ella lo trataba mejor que yo, y bueno...

—Jimin~ No te puedes poner a jugar con fuego. Con esto no me refiero a irrespetar su jerarquía de alfa, si no se lo merece no tienes por qué demostrarle respeto, pero ten en cuenta que se está esforzando. Se siente mal no directamente porque seas tú quien lo presiona, solo siente que sus esfuerzos son nulos... Recuerda que no tiene estabilidad económica, entonces que desprecies sus esfuerzos solo por ira lo hace sentir mal.

—No consigo como controlar mi fastidio aveces...

—Entonces estás igual que él: amarrado a la maña. Si no controlas esos impulsos será igual que el con las fiestas...

Jimin sonrió, aunque se había sentido algo regañado.

—Gracias...

—Y quedan semanas para nuestra boda. Propongo que le pidas perdón, por como lo has tratado, y que el te pida perdón también por irrespetar su parte del trato.

—Ehh, de acuerdo. Y ya que mencionas la boda, mamá no me ha dicho nada al respecto...

—Todo lo están planeando ellos. Capaz me case con un traje ridículo, que miedo.— Rió.

—¡Aquí! Venden unas malteadas increíbles, yo invito.

—Está bien~