New opportunity

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Era una mañana realmente hermosa, los cálidos rayos del sol se asomaban por las trasparentes cortinas color café de la habitación de dicho pintor. Edgar se encontraba parado frente a un lienzo vació, sosteniendo entre sus delicados dedos un pincel de punta fina. No tenía ni idea de que pintar, eso solo hacía que su frustración aumentará. Quería tirar todo por la borda, simplemente renunciar. Pero no podía hacer eso, nadie era digno de crear un arte más lindo que el de él.

-Tal vez debería dejarlo para otro momento-

Soltó un largo suspiro, dejando el pincel sobre la pequeña mesita de madera, localizada junto al caballete que sostenía aquel lienzo. Ya iban 5 días de bloqueo artístico... eso no era algo que le gustara mucho. El castaño se encaminó en dirección a la cocina, eran alrededor de las 10 de la mañana y él no había desayunado nada. Edgar tomó una caja de cereal de la repisa, para después abrir el refrigerador y sacar el recipiente de leche. Se preparó un cereal, y lo llevó a la sala de estar, sentándose en uno de los sillones. Mientras comía, pensaba en algo que pudiera pintar, algo que le diera inspiración... ¿Tal vez su conejo? No, su conejo estaba durmiendo en ese momento, no le gustaría despertarlo. Pero sus pensamientos se vieron interrumpidos por una llamada telefónica. Edgar miró el teléfono de casa, ladeó la cabeza confundido, usualmente no recibía llamadas... Y menos desde el teléfono de casa. Edgar respondió la llamada luego de que sonará cuatro veces.

-Buenas tardes. ¿Quién habla?-

Preguntó el joven castaño, dejando de lado su cereal para prestarle atención a la llamada.

-Buenas tardes, me comunicó con el joven Edgar Valden, ¿cierto?-

Preguntó una voz tras la línea, era una voz suave, una voz de un chico. Edgar estaba algo confundido, ¿Cómo es que sabía su nombre? más encima, ¿Quién era? y ¿Por qué mierda lo llamaba a las malditas 11 a.m.?

-Correcto, ¿Quién habla?-

-Mi nombre es Eli, me comunicó desde Blome. Hasta donde tengo entendido, usted envió una solicitud de trabajo a nuestra organización. Me gustaría pedirle que, si ese es el caso, nos permitiera hacerle una entrevista de trabajo-

Edgar se quedó perplejo, ¿Cómo pudo olvidar que envió una solicitud de trabajo a una de las mejores -y pocas- organizaciones que investigan los sucesos paranormales? Bueno, su bloqueo artístico lo mantuvo distraído todo este tiempo, pero no es el caso. Edgar carraspeó, luego respondió;

-Siendo ese el caso, con gusto iré a la entrevista de trabajo. ¿Podría darme información acerca de la entrevista?-

-Con mucho gusto, joven Edgar. La entrevista será el 12 de septiembre, a las 12 p.m. ¿Le parece bien?-

El pintor frunció el ceño, la entrevista era en dos días. Edgar respondió con un suave sonido de aprobación. Aun no sabía que iba a ponerse o si necesitaba llevar algún tipo de información personal. La llamada se prolongó unos 10 minutos más, fueron más que nada para responder las dudas de Edgar.

Luego de colgar el teléfono, se levantó de la mesa, dirigiéndose a su habitación para determinar que debería ponerse. Si tan solo recordará que estaba olvidando su cereal, pero bueno, su emoción era realmente grande. Edgar se sentó en su cama, perdiéndose de nuevo en sus pensamientos.

Los minutos pasaron y Edgar aun no salía de sus pensamientos, hasta que un breve recuerdo le vino a la cabeza; el cereal... Oh no. Edgar se levantó rápidamente, dirigiéndose a pasos rápidos hacía la cocina. Al regresar a la cocina, pudo visualizar el tazón con el cereal remojado... Puaj. Si había algo que le disgustaba a Edgar, era claramente el cereal remojado. No le quedó de otra más que tirarlo, igual no quedaba mucho. ¿Realmente se había tardado tanto en esa llamada? Eso era algo que le molestaba, a pesar de darle una muy buena noticia, se sintió molesto por desperdiciar un tazón de cereal. Su frustración fue interrumpida por un pequeño toque en su tobillo. Al mirar hacía abajo, se encontró con su pequeño conejo.

Blome | EdlucaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora