Ghost

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-Edgar... Edgar...-

Edgar se despertó de golpe, miró hacía todos lados, buscando de donde provenía la voz desconocida. El pintor pudo notar como las cortinas de su habitación se abrían de golpe, espera, esa no era su habitación. La luz proveniente de las calles se filtraba por las ventanas, la luna estaba tapada por las hermosas nubes grises. Edgar intentó investigar lo que estaba pasando, se levantó de la cama y caminó por la habitación, descalzo. 

-Edgar, búscame... Edgar, sálvame... Edgar...-

Pudo escuchar la voz de una mujer hablándole a sus espaldas, hablaba en un susurro, con una voz realmente suave. Al voltearse, pudo ver como la puerta de aquella gran habitación había sido abierta. También pudo ver un camino de rosas rojas que iniciaba desde la cama de la habitación hasta la puerta de esta. Al mirar de nuevo a la puerta, pudo visualizar una cola de un vestido blanco arrastrando por el suelo, al igual que un largo velo de novia, un velo con manchas de sangre. Edgar se sobresaltó, ¿Dónde estaba y que era eso?

-Edgar... Edgar...-

.  .  .

-¡Edgar, Edgar!-

El pintor se despertó sobresaltado tras escuchar a Luca gritar su nombre. Lo primero que hizo fue mirar hacía todos lados, recordando que estaba en la camioneta del equipo de investigación. 

-Edgar, no me asustes así, te llame varias veces y solo te quejabas... ¿Tuviste una pesadilla?-

Preguntó Luca, acariciando la cabeza de Edgar. Edgar simplemente asintió con la cabeza, se sentía avergonzado por tener las miradas de sus compañeros puestas sobre él. Patricia lo miraba por el retrovisor de vez en cuando -ya que no podía desviar por completo su atención del volante- Victor lo miraba con una cara de preocupación y Luca le sonreía mientras acariciaba su cabeza. 

-¿Qué hora es?-

Luca miró su reloj un momento, luego regresó su vista hasta el castaño.

-Las 2:12 a.m.-

Edgar miró por la ventana, notando que las calles estaban casi vacías. Luca, por su parte, simplemente tarareaba la canción que se estaba reproduciendo en el estéreo de la camioneta.

-Ey, Eddie, ¿Sabías que te dormiste en mi hombro?-

Las mejillas de Edgar se ruborizaron, no esperaba que eso llegase a pasar. Edgar iba a responder en cuanto la camioneta frenó. 

-Ya llegamos-

Comentó Patricia, mirando a los chicos por el retrovisor. Los tres chicos asintieron, bajando de la camioneta y sacando una mochila con lo que necesitaban. Edgar miró como la morena estacionaba la camioneta en el aparcamiento de aquella linda casa.

-Edgar, al ser tu primera investigación, te voy a dar un consejo... Nunca hables con lo que no puedes ver a menos que estemos todos juntos, tampoco te vayas por tu propia cuenta, y nunca te quedes a oscuras con lo que no puedes ver-

Edgar asintió, colocándose la mochila. Por su parte, Victor tomó las llaves de la casa y abrió la puerta, cuidándose de no hacer mucho ruido. A continuación, Victor se adentró a la casa, encendiendo la lampara que iluminaba el pasillo de la entrada. Seguido de él entró Edgar, quien estaba un poco nervioso. Luca entró de último, casi todos los presentes sabían que Patricia tardaría un poco en encontrar los materiales específicos para esa casa.

Blome | EdlucaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora