I want to know...

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-Victor, ¿te encuentras bien?-

Preguntó Andrew, quien había notado un extraño comportamiento en el rubio desde hace un rato. Este no dijo nada, solo asintió sin siquiera despegar la vista de su mochila para mirar al peliblanco. Este comportamiento no era algo normal en el chico de rubios cabellos, nunca se había comportado de esa manera, mucho menos con Andrew. Edgar contempló la escena sin decir ni una sola palabra, a juzgar por la expresión de Andrew, él parecía estar un poco dolido. Aun que en cierto aspecto comprendía ese sentimiento, es decir, Victor siempre era una persona muy amable, que comience a actuar así causaría un sentimiento de dolor en cualquiera. El pintor suspiró, encaminándose hacía donde estaba el inventor, quien recibió a Edgar con una gran sonrisa.

-Eddie, ¿estas listo?-

Edgar asintió, regresándole la sonrisa al castaño. Luca frunció el ceño ante la expresión del pintor.

-¿Sucede algo, cariño?-

Edgar no podía negar que esos apodos de amor le seguían causando la sensación de mariposas revoloteando en su estómago, más simplemente dio un suspiro, cediendo ante la curiosidad del inventor.

-¿No crees que Victor esta actuando extraño?-

-Uhm, quizás solo un poco...- Luca hizo una pequeña pausa al percatarse de que ya no tenía la mirada del chico fija en él, si no que estaba observando a Victor y Andrew a lo lejos. -Pero, amor, quizás solo esta un poco estresado, no te preocupes-

Edgar regreso su mirada hacía el inventor en el momento en el que sintió las cálidas caricias en su mejilla, tal vez solo hizo esto para calmarlo un poco, lo cual agradecía porque estaba funcionando.

-Vamos, Eddie, ve subiendo a la camioneta junto con Aesop y Joseph, tesoro-

Edgar asintió, abriendo la puerta de la gran camioneta y entrando en esta. Al entrar pudo escuchar la pequeña pero dulce conversación que estaban teniendo Joseph y Aesop, quienes estaban hablando sobre la florería. Edgar no hizo mucho caso a la conversación, se sentó en uno de los asientos de atrás y se dejo llevar por su cansancio.

-¿Cuales son las suyas, joven Valden?-

La repentina pregunta hizo sobresaltarse al pintor, quien ya estaba más dormido que despierto.

-Disculpe, no escuche la conversación, ¿a qué se refiere?-

-Bueno, tenemos curiosidad por saber cual es su flor favorita-

Edgar lo medito un momento, ¿Cuáles eran sus flores favoritas? ¿Las rosas? No, le gustaba pintarlas, pero esas no eran sus favoritas. ¿Las margaritas? No, tampoco lo eran. Al parecer, Joseph descifró los pensamientos del castaño, ya que se apresuró a preguntar algo que calentó el corazón del pintor.

-¿Qué hay de las gardenias?-

Esa preguntó trajo a su mente nuevamente la escena en donde el inventor le había dado un hermoso ramo de flores; unas hermosas gardenias. El pintor no pudo evitar sonreír, el recuerdo hacía que sus mejillas se ruborizaran, como si lo estuviera viviendo de nuevo.

-Si, las gardenias son mis favoritas-

Aquello lo había dicho de forma inconsciente, causando que ambos chicos sonrieran. Luego de eso, se creo un pequeño silencio, un silencio que Edgar aprovecho para cerrar un momento sus ojos, buscando dormir un poco, más Aesop interrumpió su intento de conciliar el sueño.

-Edgar, ¿por qué estas en esta agencia? Hasta donde yo se, eres un pintor muy reconocido, no te falta dinero... Entonces, ¿por qué te gusta trabajar en esto?-

Edgar entre abrió sus ojos con lentitud, esa era una buena pregunta, una pregunta que no sabía como responder.

-Bueno... Si, tienes razón, mis pinturas son las mejores, tampoco me falta dinero... Pero mi motivo va más allá de lo material- El castaño hizo una pausa, enderezándose en su asiento y observando a los dos chicos, los cuales lo miraban con esa pizca de curiosidad en sus ojos. -Cuando era joven, recuerdo ver a un espíritu en mi habitación, ella dijo algo muy extraño que no logro recordar... Pero algo me dice que estando aquí, descubriré eso que tanto anhelo-

El chico de grises cabellos asintió con la cabeza, dejándola caer en el hombro de Joseph. Joseph parecía estar maravillado con el motivo de Edgar, era una emoción que se presentaba en su rostro, representada por una sonrisa de oreja a oreja.

-Aesop, ¿puedo hacerte una pregunta?-

-Adelante-

-¿Por qué embalsamas a los muertos?-

-Quiero creer que soy la llave que los guiará por su último camino, el viaje de la vida siempre termina de una u otra manera. Me interesa el hecho de poder trabajar con cuerpos que alguna vez fueron alguien-

-Aesop, ¿por qué los muertos no pueden descansar en paz?-

-Edgar, hay muertos que dejaron cosas pendientes en este lugar, deberías saberlo-

-Lo sé, solo quiero saber, ¿por qué un muerto te salvaría de una muerte segura?-

-Quizás ese es su único motivo para estar aquí, cuando tu estés a salvo, se irá a descansar en paz. Espero haber ayudado un poco con tus dudas, ya que parece que tienes muchas-

Edgar asintió con lentitud ante las palabras de Aesop, tenía muchísimas preguntas que hacer, por ejemplo; realmente le gustaría saber el motivo por el cual "Olivia" lo salvo antes, incluso dijo que quería salvarlo de algo, lo hace recordar cosas, le da... ¿Pistas? Sus pensamientos fueron interrumpidos al sentir unos brazos rodeándole el torso, al dirigir su mirada hacía un costado, pudo notar como Luca lo abrazaba.

-Luca, vas a torcerte-

Regaño el chico de azules ojos, acariciando la cabeza del inventor. Este solo hizo un puchero, aferrándose al pintor con un poco más de fuerza, pero sin llegar a lastimarlo.

-He hablado un poco con Andrew, me ha dicho que Victor estuvo muy ansioso desde que nos separamos para ir a ver las distintas zonas de la biblioteca... Pero que luego de un rato logro calmarse un poco-

Edgar suspiro, dirigiendo su mirada hacía el rubio, quien se había sentado en el asiento del copiloto. Parecía estar un poco adormilado, pero parecía sostener algo entre sus manos, un libro color rojo fuerte, por alguna razón se le hacía familiar aquel libro... Podría ser acaso... ¿El libro que vio en la otra biblioteca donde había sido perseguido?


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Blome | EdlucaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora