Best friend

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Edgar abrió sus ojos con lentitud, intentando acostumbrarse a la resplandeciente luz que se asomaba por la ventana. Luego de aquella noche tan particular, habían decidido quedarse en la casa del inventor. Ambos chicos habían dormido juntos la noche anterior; en distintas circunstancias sería un tanto vergonzoso para el pintor, pero en ese momento le calmaba el hecho de saber que estaba en un lugar donde no podían espantarlo. El pintor frotó uno de sus ojos con su mano, para después girar su cabeza en dirección al reloj de la pequeña mesa. 8:37 a.m. A pesar de ser muy temprano, al castaño se le había hecho normal despertar a esa hora. Al desviar su mirada hacía el castaño, pudo notar que este seguía durmiendo; Edgar no sabía lo hermoso que podía verse Luca al dormir, menos por las patadas que soltaba, eso si le había dolido al castaño. Edgar sonrió ante los susurros del inventor, quien estaba hablando dormido. El pintor levantó la mirada, observando la habitación en la que se encontraba, había una estantería con muchos libros, también había un escritorio con varías piezas de lo que parecía un invento nuevo, unos lentes, un libro abierto y unos guantes de mujer... ¿Unos guantes de mujer? Aquello confundió al castaño, quien se levantó con cuidado de la cama para acercarse y ver los guantes. Si, afirmativamente eran guantes de mujer... En ese momento, alguien llamó a la puerta, haciendo que Edgar dirigiera su mirada al inventor para verificar si se había despertado. Luca tenía el sueño demasiado pesado, así que simplemente suspiró y supuso que tenía que abrir él la puerta. Ya que él no se había cambiado de ropa la noche anterior, se arregló como pudo su cabello mientras salía de la habitación en dirección a la entrada principal. El timbre seguía sonando, no se detenía ni un instante, esto hacía que el castaño se molestará. 

-¡Ya voy!-

Respondió el castaño, dejando escuchar su tono de molestia. Al abrir la puerta, pudo encontrarse con una joven de rubios cabellos, quien parecía estar impaciente por entrar. 

-Luca, Luca, te tardaste demasiado en abrir, ¿Qué acaso seguías dormido?- 

Los ojos del castaño se encontraron con los alegres ojos de la mecánica, quien se sobresaltó al ver al pintor. Su sonrisa no se desvaneció, pero si miró con curiosidad al castaño, quien tenía una mirada de confusión y molestia. 

-¿Quién eres?-

Preguntó el castaño, dejando en evidencia un tono de voz frío que hizo que un escalofrío recorriera el cuerpo de la mecánica. 

-¡Soy Tracy Reznik! Puedes llamarme Tracy-

-Esta bien, Reznik-

-Tracy-

-¿Por qué vino tan temprano a buscar a Luca, Reznik?-

La mecánica frunció el ceño al notar que estaba siendo ignorada, más sin embargo siguió mostrando esa pronunciada sonrisa. 

-Me gustaría hablar con él sobre un asunto importante- 

Edgar no cambió su expresión, simplemente alzó una de sus cejas, haciendo que la rubia se pusiera nerviosa ante tanta frialdad. Aquella escena se prolongó por unos cuantos minutos más, hasta que el inventor se hizo presente en la puerta principal. 

-¡Tracy! Que gusto verte, pasa pasa, hace frío-

Edgar soltó un largo suspiro, quitándose de la puerta para permitirle el paso a la chica. Cuando la chica por fin entró, Edgar esperaba que el castaño lo olvidará ahí, sin decirle absolutamente nada. Eso fue hasta que sintió un beso en la mejilla acompañado de un "Buenos días, amor" por parte del castaño. Edgar sonrió ligeramente, regresándole el beso. 

El castaño regresó su mirada hacía la chica rubia, quien estaba hablando con fluidez con Luca, quien parecía extremadamente emocionado. Edgar negó con la cabeza, bajando su mirada hacía el agua que estaba calentando para servir un poco de café. La mañana estaba siendo un poco aburrida, sin contar el hecho de que sentía su estómago revuelto gracias a cierta visita inesperada que lo perturbaba. Edgar sacó su teléfono al sentir que este vibraba, al parecer tenía un mensaje de Melly, algo que parecía una especie de código: "Abejas comida idiota picarle" ¿Qué se suponía que era aquel código? ¿Le picaron las abejas?

-Eddieeeeeee-

La voz del inventor lo hizo regresar a la realidad. Al levantar la mirada, pudo darse cuenta de que la rubia estaba a un lado del inventor, haciendo que su ceño fruncido se hiciera presente nuevamente.

-Ella es Tracy, mi mejor amiga y compañera de experimentos-

-Si, creo que ya había conocido a la señorita Reznik- 

-Te lo había dicho, no es necesaria la formalidad-

La mecánica sonrió con tranquilidad, negando con la muñeca. Edgar simplemente desvió la mirada hacía su teléfono de nuevo, sin prestar mucha atención a la chica. 

-Tracy, él es Edgar, mi hermoso novio-

La mecánica se llevó las manos a la boca, cubriéndose esta misma. Su expresión delataba su emoción, emoción que Edgar no notaba debido a su mirada fija en la pantalla. 

-¡Luca me ha contado mucho sobre ti! Es un placer conocerte por fin-

Edgar forzó una sonrisa, sin siquiera mirar a la rubia este mismo asintió. 

-El placer es mío...-

 Luca frunció el ceño, notando la incomodidad y los notables celos por parte de su pareja. Con un movimiento de mano le advirtió a Tracy que abandonará la cocina, dejándolo un momento solo con su pareja. Tracy acató ordenes, saliendo de la cocina en dirección a la sala. 

-Eddie, ¿Qué pasa?-

Edgar levantó la mirada de su teléfono, observando con una expresión de tristeza al castaño. El inventor lo abrazó con suavidad por la espalda, haciendo que el pintor soltará otro suspiro. 

-Luca...-

Sus palabras fueron interrumpidos por los recuerdos de la conversación con Victor, la conversación en donde le revelaba que su abuela era una fundadora. Edgar no quería decir ni una sola palabra acerca de eso, más sentía como si algo lo estuviera presionando desde algún lugar de su mente para decir aquello.

-Luca, yo soy...- sus palabras fueron calladas por sus manos, las cuales taparon su boca. -Deberías ir a hablar con Reznik-

-¿Seguro?-

-Si, ve-

El inventor asintió con la cabeza, dejando ver su confusión en su mirada. Cuando por fin salió de la habitación, Edgar soltó su boca, al igual que sus ganas de decir la verdad sobre su abuela habían disminuido. Tan rápido como eso paso, recibió un mensaje de su mejor amigo, el cual decía: "Creo que encontré un documento que te puede interesar"


Blome | EdlucaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora