Edgar entreabrió los ojos, intentando acostumbrarse a la poca iluminación que brindaban las farolas de la carretera. La primera acción que hizo al despertar fue buscar a Luca, el cual estaba durmiendo placenteramente en su hombro. Patricia seguía manejando, no se veía para nada cansada, mientras que Victor parecía estar muy cansado. Los minutos pasaron, faltaba poco para dejar la carretera atrás, en cuanto la camioneta dio un gran saltó, ocasionando que Luca despertara.
-Oh, mierda... ¿Qué fue eso?-
Preguntó Patricia, estacionando la camioneta en la orilla de la carretera. Al estacionarse, se desabrochó el cinturón de seguridad y abrió la puerta del vehículo, bajando de este. Luca bostezó, levantando su cabeza del hombro del pintor y abriendo la puerta de la camioneta igual.
-Se ponchó la llanta...-
Patricia suspiró.
-Que raro-
Respondió el inventor. La morena tocó el vidrio de la ventana de Edgar, este solo bajó la ventana.
-Edgar, si quieres bajarte puedes hacerlo, vamos a estar unos minutos parados aquí-
-Esta bien-
Edgar asintió, abriendo la puerta y saliendo de la camioneta. Todo estaba realmente oscuro, así que se acercó a Luca, quien estaba buscando algo en la parte trasera.
-Edgar, no te alejes mucho, la carretera es peligrosa a esta hora-
Comentó Luca, entrando en la parte trasera de la camioneta para sacar la llanta. El castaño no respondió, simplemente se dispuso a observar a sus alrededores. Todo estaba oscuro, la luna apenas se asomaba, el bosque que estaba cerca de esa carretera se veía aterrador por la noche. Por si fuera poco, las farolas no iluminaban mucho que digamos. Sin darse cuenta, Edgar había rodeado casi toda la camioneta, quedando enfrente del bosque que estaba a unos cuantos metros de ahí. Edgar pudo ver una silueta moviéndose rápidamente entre los arboles, acercándose cada vez más a la carretera. El pintor estaba desconcertado, se supone que no había nadie en el bosque. Él sintió unas grandes ganas de acercarse a esa silueta, pero Luca se lo impidió.
-¡Eddie! ya cambiamos la llanta, tenemos que irnos-
Y así, Edgar fue arrastrado de nuevo a la camioneta.
El camino a Blome fue largo, llegaron a la organización a las 7:45 a.m. cuando el sol ya había comenzado a salir.
-Bienvenidos, ¿Cómo les fue?-
Preguntó Eli, acercándose a los chicos con una gran sonrisa.
-Bastante bien. Aquí esta la carpeta con al información necesaria-
Patricia esbozó una sonrisa, extendiéndole la carpeta al vidente. Eli la tomó con gusto, abriéndola y leyendo cada hoja. Patricia se despidió de los chicos y se retiró, parece ser que tenía asuntos pendientes en casa.
-¡Ten un lindo día, Patricia!-
Se despidió Eli, quien, redirigió su mirada a Edgar, como si estuviera intentando encontrar algo raro en él. Esto fue interrumpido por el inventor.
-Ah... Estoy cansado, ¿Dónde esta Andrew, Eli?-
-En su oficina. Por favor, no vayas a hacerle una maldad-
Luca levanto sus manos, mostrando una falsa inocencia. Luego, simplemente sonrió maliciosamente, comenzando a caminar en dirección a la oficina de Andrew. Mientras que Victor lo seguía, solo para cuidar que no volviera a causar otro desastre.
-Ey, Edgar, ¿podemos hablar?-
-Claro-
Edgar respondió, viendo como el vidente le hacía una seña con la cabeza para que lo siguiera. El castaño lo siguió, le preocupaba haber hecho algo mal. El vidente se detuvo a abrir la puerta de una habitación -Lugar donde descansan los trabajadores en sus tiempos libres- para luego invitar a el castaño a entrar. Este acato ordenes, entrando en la habitación y mirando a Eli, quien cerraba la puerta cuidadosamente.
-Toma asiento-
El pintor tomó asiento en un sillón que se encontraba ahí, observando algo nervioso a Eli. Eli por su parte, se tomó su tiempo para acercarse al chico. Edgar podía notar una pequeña sonrisa dibujada en su rostro. Cuando Eli se posicionó enfrente de Edgar, simplemente le paso la mano por la mejilla. Esa acción confundió mucho a Edgar, claro que también lo puso nervioso.
-Edgar, ¿hay algo que quieras contarme?-
Edgar se quedo callado, la mano de Eli se posicionó en su cabello, el cual estaba acariciando. Eso no era algo muy normal para él. Claro que Eli lo notó al segundo, así que se alejo un poco y se sentó a su lado.
-¡Lo siento, Edgar! No era mi intención hacerte sentir incomodo-
-No es eso, Eli-
Eli levantó una ceja, para después mirar a Edgar con una sonrisa comprensiva. ¿Qué había deducido Eli?
-Solo tenle paciencia, ya verás como lo haces caer-
-¿De qué hablas, Eli?-
Eli negó con la cabeza, no pensaba responder a esa pregunta.
-Ya lo verás luego....- Hizo una pequeña pausa, desviando la mirada hacía la ventana de la habitación, para después volver a hablar -Edgar, ¿Qué viste en la carretera?-
Eli cambió de tema, de nuevo, Edgar se sorprendió ante esa pregunta, él no le había dicho a nadie lo que vio, y dudaba mucho que sus compañeros lo hayan visto también.
-Una... Silueta de un hombre... Eso creo-
Edgar sabía que era mejor ser honesto. Mientras que Eli devolvió su mirada a Edgar, se veía preocupado.
-¿Sentiste ganas de acercarte a esa silueta? ¿Cómo si te estuvieran ordenando ir y no pudieras desobedecer...?-
-¿Cómo lo sabes?-
Preguntó Edgar. Eli simplemente soltó una risita, sin dejar de ver al castaño, sin dejar de ver como la confusión y curiosidad lo consumían.
-Me lo dijo un búho-
Eli se levantó, dispuesto a irse, dejando a Edgar con todas las dudas existenciales que pudiera llegar a tener. Pero antes de salir de la habitación, se giro un poco, para luego añadir.
-Hay un chico que te esta esperando en el estacionamiento-
Luego, le guiño el ojo al pintor, para luego salir de la habitación. Edgar sintió su corazón latir, todas las dudas que tenía se habían desvanecido, ahora solo quería ver si ese chico que lo esperaba, era quien él pensaba. Tomó sus cosas y salió de la habitación, a paso rápido, si, no le importaba si lo terminaban regañando. Tenía el corazón latiendo a mil, por supuesto. Al salir del Edificio y dirigirse al estacionamiento, pudo ver la silueta de un chico, exactamente de Luca. Su corazón latía como loco, ¿Por qué ahora sentía que su corazón se le iba a salir? No le importó, quizás era por haber corrido. Edgar casi tropieza en el intentó de correr hasta llegar a Luca.
-Edgar, ¿esta bien si me quedo en tu casa?-
Edgar dudo un poco, pero no tenía motivos para sospechar de Luca, así que simplemente asintió. A Ratio le encantaría tener una rata que mordisquear, si es que me comprenden.
-¡Bien! ven, te llevaré-
Edgar no pudo evitar sonreír inconscientemente, ¿Qué es este sentimiento? Edgar no le dio importancia, simplemente caminaron por el estacionamiento hasta llegar al carro de Luca. Al parecer el otoño ya había comenzado, eso se notaba por las hojas naranjas que se desprendían de los arboles y... Quizás, después de todo, no sería tan malo ese otoño.

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Blome | Edluca
FanfictionEdgar es un joven cuya pasión es el arte. A la edad de 8 años, un suceso paranormal le cambiaría la vida. Al cumplir los 22 años, Edgar recibe una llamada de una organización paranormal; Blome. Ahí conocerá a Luca, un joven amante de lo paranormal...