He lies...

90 7 10
                                    

-Bueno... ¿Qué esperamos entonces?-

Pregunto el castaño, mirando fijamente a la marioneta y colocando su mano sobre la perilla de la puerta. El rubio colocó su mano sobre la del inventor, intentando que se detuviera. 

-Primero necesitamos una cuerda....- El rubio hizo una pausa, retirando su mano de la mano de Luca. Se dio media vuelta para mirar a Andrew, quien se veía un poco nervioso. - Andrew, corazón, ¿puedes ir a buscar una cuerda?-

-Eh... Creo que si, bien, iré-

Andrew asintió, mirando hacía el oscuro pasillo de la gran mansión, una mansión tan grande donde parecían vivir miles de marionetas. Andrew trago saliva, dando pasos inseguros y temblorosos, perdiéndose así en la oscuridad del pasillo. 

-Bien... Y tú, Luc...-

Victor no pudo ni terminar de hablar, ya que Luca había abierto la puerta lentamente mientras él no veía. Victor maldijo para sus adentros. 

-Luca, no-

-Luca si- Respondió el castaño, irrumpiendo ruidosamente en la habitación. -¡HAY TE VOY, MI AMOR!-

-¡LUCA, NO!-

Ya era muy tarde, la marioneta se había dado cuenta de su reciente intromisión. Tensa, la marioneta se levanto con rapidez de su asiento. Temblando de pies a cabeza mientras observaba al castaño abalanzarse encima de él. 

-Ya te tengo, rana sarnosa-

La marioneta soltó un gritito al sentir el roce del brazo de Luca con el suyo, parecía haberse movido a tiempo para escapar de su depredador. La marioneta se movió de lugar en lugar, evitando los ataques de Luca, sin llegar a lastimarlo. 

-¡Luca, estate quieto!-

La marioneta al escuchar la voz del rubio, se giró hacía él, lanzándole una última mirada resentida al castaño. La marioneta se dirigió hacía el rubio, caminando con pasos rápidos hacía él, y así, evitando el último ataque del inventor. Al llegar con el rubio, la marioneta se abrazo a él. 

-Victor... Tengo miedo-

Victor contempló el rostro de la marioneta, notando que era una copia exacta del peliblanco que tenía por amigo.

-Luca... Él se parece a....-

-V... Victor... Creo que me rompí una costilla...-

-No seas payaso-

Justo detrás de ellos, se escucho la caída de un objeto. Cuando Luca y Victor se giraron hacía la puerta, pidieron ver al peliblanco parado, contemplando la extraña situación, pero sobre todo, posando su mirada en la marioneta y en Victor. El peliblanco suspiro, intentando fingir que no estaba dolido. 

-Andrew, sálvame, creo que me rompí una costilla...-

El peliblanco desvió su mirada hacía su mejor amigo, quien yacía tirado en el piso, boca abajo, cual zapato viejo. Esto fue algo que lo desconcertó. 

Blome | EdlucaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora