-D- ¿De qué estás hablando?-
Luca parecía confundido ante aquellas palabras, no comprendía a que se refería el esbelto pintor. Por su parte, Edgar solo se dedicó a mirarlo con ojos llenos de nostalgia y, a su vez, una sonrisa que demostraba la gran felicidad que el chico de ojos azules sentía.
-Luca... Oh, Luca, te he extrañado tanto...-
Edgar colocó sus manos sobre las cálidas manos del inventor que reposaban en sus coloradas mejillas, mientras que Luca parecía estar demasiado confundido.
-No entiendo, Eddie-
Edgar desvío su mirada al escuchar esas dos palabras, ¿tal vez Luca ya lo había olvidado? Es decir, su amistad fue tan fuerte que dudaba que la haya olvidado. Más, quería hacer el intento por ayudarle a traer esas memorias de nuevo, quería que él recordará la melodía que bailaron y tararearon aquella hermosa noche, donde, se encontraron amándose en secreto bajo la luz de la hermosa luna y siendo observados en silencio por las preciosas gardenias que florecían en aquel jardín.
-Luca... ¿Alguna vez tuviste un amigo de la infancia del que fuiste separado?-
Luca abrió sus ojos de golpe, las palabras del pintor dieron en un punto muy sensible de Luca. El inventor solo agacho su cabeza un poco, quitando sus manos de las mejillas del pintor. Edgar pudo notar gracias a esta acción que estaba en lo cierto.
-¿Cómo sabes eso?-
Preguntó Luca con un tono de voz calmado pero deprimente. Edgar suspiró, colocando su dedo pulgar en el mentón del chico castaño y levantando su rostro un poco. Luca levantó la mirada en dirección al pintor, buscando explicaciones por parte de este. Por su parte, Edgar se tomó su tiempo, llevando su pulgar a la mejilla del castaño y acariciando esta misma.
-Porque yo también lo experimente-
Las palabras de Edgar dejaron confundido a Luca, ¿A qué se refería con eso? Luca intentaba buscar una respuesta, pero sus pensamientos fueron interrumpidos por la voz del más bajo.
-Luca, ¿Qué acaso "Eddie" no te suena?-
Luca frunció el ceño; claro que el apodo se le hacía familiar, pero no recordaba por qué.
-Eddie... Eddie...-
Edgar suspiró al darse cuenta que no estaba siendo de ayuda aquel apodo, quizás lo mejor era decirle que el era su amigo de la infancia, pero prefería que fuera una sorpresa. Pero en ese momento, se le vino una idea a la mente, una idea que quizás no funcionaría, pero debía intentarlo. En ese momento solo importaba que lo recordará, así que comenzó a tararear la canción que ambos habían bailado aquella noche. Luca observó a Edgar, esa canción hizo que un recuerdo regresará a su memoria, aquel recuerdo de su mejor amigo bailando con él... su nombre era....
-Edgar-
Luca abrió los ojos como platos, buscando algo que le indicará que estaba parado frente al chico que fue su primer amor sin saberlo. Edgar sonrió de oreja a oreja, dejando salir las lagrimas que se habían creado por la felicidad que sentía; Luca lo recordaba. Luca se abalanzó sobre Edgar, abrazándolo torpemente.
-¡Eddie! No sabes cuanto te he extrañado, perdóname por no saber que estabas frente a mi todo este tiempo... ¡Perdóname por haberte abandonado!-
Edgar pudo sentir que su corazón latía con fuerza, sus lagrimas se seguían derramando por sus mejillas, mientras que correspondía el abrazo del más alto. Luca, por su parte, escondía su rostro en su hombro.
-Yo también te he extrañado, Luca... ¡Te he extrañado tanto!-
Y así fue el hermoso y bonito reencuentro entre dos jóvenes destinados a amarse mutuamente. Este momento se alargó unos cuantos minutos más, mientras que alguien observaba desde un lado del cuarto. Claro, los dos tortolitos se habían olvidado de que Victor estaba ahí, observando la escena con una gran sonrisa. De pronto, la puerta se abrió, dejando ver a un chico pálido parado detrás de esta.
-Luca, ¿has visto a Victo...?-
El chico peliblanco se quedo observando la situación unos segundos, al punto de vista de Andrew, parecía un momento de pareja que no quería interrumpir. Por su parte, Luca y Edgar se ruborizaron a más no poder.
-¡No es lo que parece!-
Andrew soltó una risita por lo bajo, luego simplemente posó su mano sobre el picaporte de la puerta y antes de cerrarla, dijo algo que dejo al inventor tan rojo como un tómate.
-Que momento más gay-
-Entonces... ¿Están saliendo?-
Edgar se atragantó con su bebida al escuchar aquella pregunta, resulta que, Eli y Andrew tenían curiosidad por el saber el estado actual que tenían Luca y él. ¿A poco no parecen las típicas vecinas chismosas? Victor, por su parte, le daba palmaditas en la espalda a Edgar para que pudiera calmar el ataque de tos que le había dado. Victor ayudó a responder esa pregunta, ya que Edgar no podía contestarla.
-"Solo son amigos"-
Respondió Victor en lenguaje de señas. Andrew ladeó la cabeza, ¿Con todo lo que han pasado en estas últimas semanas y aún no son casi algo? no puede ser que estén tan ciegos.
-Ey, Edgar... ¿Cómo fue que recordaste a Luca?-
Edgar miró a Eli, suspirando y sonriendo a su vez.
-Luego de desmayarme, me desperté en un recuerdo donde estaba bailando con Luca, entonces... Me tope con una chica de vestido blanco, un velo blanco con rosas rojas, y le faltaba un tacón... Ella se sentó en un columpio que había en mi jardín, y luego comenzó a animarme para recordar a aquel chico con el que alguna vez llegue a bailar.-
Aquella descripción había hecho palidecer al rubio, se le podía ver un poco atemorizado. Edgar pudo notar esto, así que se acercó un poco más a Victor para comprobar que estuviera bien.
-¿Estas bien, Victor?-
Preguntó el pintor, dejando notar su preocupación. Estas palabras sobresaltaron al chico, dejando ver su nerviosismo y sensibilidad al sonido en aquel momento. Este solo asintió, esbozando una sonrisa en su rostro.
-"Necesito tomar un poco de aire fresco"-
Respondió el rubio, levantándose de su silla y abandonando el área. Esta acción solo dejo confusión entre los miembros de la organización que se encontraban presentes en esa habitación. ¿Es qué acaso Victor ocultaba algún secreto del que no quería que nadie se enterara?

ESTÁS LEYENDO
Blome | Edluca
FanfictionEdgar es un joven cuya pasión es el arte. A la edad de 8 años, un suceso paranormal le cambiaría la vida. Al cumplir los 22 años, Edgar recibe una llamada de una organización paranormal; Blome. Ahí conocerá a Luca, un joven amante de lo paranormal...