First Day

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Edgar se encontraba cepillando su cabello, para luego amarrarlo con un listón rojo. Era su primer día en Blome, puesto que, ayer Eli lo había contactado para anunciarle las buenas noticias, Edgar fue contratado. Eli también añadió que tendría a alguien que le enseñará como debía hacer su trabajo. El castaño dejó el cepillo en la mesa y se dirigió al armario de su habitación, abriéndolo para buscar un conjunto que ponerse. No iba a ir muy elegante, se había puesto su ropa normal, la ropa que más cómoda le resultaba. Tomo su boina y se la colocó, mirándose al espejo. Estaba listo para ir a trabajar, su turno comenzaba en 30 minutos, pero debía caminar para llegar hasta Blome. Así mismo, tomó su cartera y su teléfono, saliendo de la habitación y dirigiéndose a la puerta principal.

En el camino, Edgar recordaba todo lo que había hecho esa mañana antes de salir; alimento a su pequeño conejo, luego arregló un poco su habitación y luego se alistó a si mismo. Edgar estaba tan perdido en sus pensamientos, que no notó que ya había llegado a Blome, no fue hasta que una voz familiar lo sacó de su burbuja, trayéndolo de nuevo a la realidad.

-¡Edgar, buenos tardes!-

Saludó una voz a la distancia. Al dar media vuelta, pudo visualizar a Luca, quien lo saludaba con la mano. Edgar suspiró, dirigiéndose hacia Luca, el cual lo miraba con una sonrisa de oreja a oreja.

-Buenos tardes, señor Luca-

Las palabras del pintor hicieron que Luca sintiera un escalofrío. Luca negó con la cabeza.

-Edgar, llámame Luca, aquí todos estamos en confianza-

Edgar ladeó la cabeza, más solo obedeció la petición del castaño. Edgar miró el edificio, encaminándose hasta este, siendo seguido por Luca. Al entrar, Edgar pudo visualizar a Eli agachado tras la recepción, buscando algunos papeles.

-¡Eli!-

Llamó el inventor, buscando atraer la atención del mencionado. Este al escuchar su nombre, se sobresaltó provocando que se golpeará la cabeza con la mesa. Este se levantó rápidamente, sobando el lugar donde se había golpeado.

-¿Sucede algo, Balsa?-

Eli no dejó que Luca hablará, ya que este se dirigió a Edgar y le dedicó una agradable sonrisa. Luego, sacó una carpeta, buscando algo -que parecía importante- en ella.

-Valden, ya que esta aquí, le diré quien será su aseso...-

El vidente no pudo terminar su frase, ya que había sido interrumpido por un Luca emocionado.

-¡Edgar! sorpresa, yo seré tu asesor-

Eli suspiró, solo se limitó a asentir con la cabeza. El pintor miró al inventor, quien, se había puesto tras él, dándole pequeños empujones en la espalda.

-Vamos, Edgar, hay que mostrarte tu lugar de trabajo-

Y así, el inventor y el pintor se dirigieron a una sala de trabajo. Al entrar, Edgar se llevó la sorpresa de que habían cuatro personas conversando en la sala. Una de ellas era Andrew, quien estaba preguntando por Luca, este al visualizar a Luca, se acercó como un rayo a él.

-¡LUCA BALSA! ¿ESTAS LOCO O QUÉ?-

Andrew parecía molesto, ya que tomó a Luca por los hombros y comenzó a sacudirlo. Mientras que Luca se mareaba, Andrew lo regañaba. Entonces Edgar se preguntó ¿Por qué estará tan molesto?

-¿CÓMO SE TE OCURRE CAMBIAR DE PUESTO CON VICTOR PARA QUE TÚ PUDIERAS ASESORAR AL CHICO NUEVO?-

Edgar se sorprendió, ¿Así que por eso Eli estaba tan callado? mientras que Edgar seguía observando a ese par peleando, una mano se posó con suavidad en su hombro. Edgar se sobresaltó, pegando un pequeño grito que llamó la atención de los chicos. Victor también se sobresaltó, dejando salir un grito mudo. Edgar se giró ligeramente para encontrarse con Victor.

-Lo siento, me asustó...-

Se quiso disculpar el pintor, lo que no sabía es que Victor lo miraba fijamente, sin poder reaccionar. Sus ojos reflejaban sorpresa, pero su mirada reflejaba temor, sobre todo; angustia. Victor se puso pálido.

-¿Estas bien, Victor?-

Preguntó Andrew, acercándose a este y posando su mano en su hombro. Victor asintió, desviando la mirada hasta Andrew. El inventor se desconcertó, más no dijo nada, se veía perdido en sus pensamientos. Victor esbozo una sonrisa, fingiendo que estaba bien. Edgar carraspeó, buscando la mirada de Luca. Se sorprendió al notar que la mirada del inventor estaba puesta en el, esto hizo que se ruborizará un poco y desviará su mirada hacía otra parte. Luca sonrió al ver la reacción del pintor.

-Chicos, lo siento, pero estoy enseñándole el lugar a Edgar-

Victor formó una o con la boca, pero sin llegar a hacer algún sonido, por lo tanto, Andrew solo asintió. Luca caminaba y Edgar lo seguía, analizando todo lo que tenía a su alrededor. Pasaron alrededor de 10 minutos para cuando ya se encontraban regresando a la sala donde Edgar trabajaba. Victor estaba ahí, sentado en una silla cerca de su escritorio, leyendo unos papeles.

-Bueno, Edgar, Victor es el que se encarga de tu zona de trabajo. Me hubiera gustado que fueras un trabajador de mi área, pero lamentablemente esta llena...-

Suspiró Luca, acercándose a Victor y susurrándole unas cuantas cosas. Victor solo asintió, mirando a Edgar y haciendo un gesto con la mano para que fuera hacía él. Edgar hizo caso, se acercó al rubio y se despidió de Luca. El chico de cabellos rubios le dedicó una pequeña sonrisa, luego, señaló unos documentos que estaban en su escritorio. Victor los tomó y comenzó a señalar varias cosas de estos. Edgar prestaba atención a cada pequeño movimiento que hacía, ya que de eso dependía su trabajo.

Al llegar la tarde, Edgar miró de reojo su reloj, notando que ya había terminado su turno. El pintor extendió una mano y comenzó a guardar todas sus cosas, ordenándolas en los cajones del escritorio. Tomó los papeles que yacían sobre su escritorio y se dirigió hasta el rubio.

-Victor, he terminado los papeles-

Victor lo miró, tomó un bolígrafo y garabateó algo en una hoja en blanco.

-"Muchas gracias, Edgar. Ya es tu hora de salida, buen trabajo y que te vaya bien :)"-

Edgar pudo notar que la letra de Victor era muy linda, un poco desordenada, pero supuso que era por la prisa. Edgar le devolvió algunas palabras de despedida, luego de eso, se dispuso a irse, hasta que una mano se poso en su espalda. Victor y Edgar miraron a la persona que había hecho esa acción, se trataba de Luca. Victor frunció el ceño, tomó de nuevo el bolígrafo y garabateó nuevamente algunas palabras en la hoja de papel.

-"¿No se supone que deberías estar trabajando?"-

Luca negó con la cabeza, mirando a Victor y luego desviando la mirada hasta Edgar.

-No, ya termine el trabajo de hoy-

Victor asintió para después comenzar a hacer señas con las manos. Edgar ladeó la cabeza, ¿Estará hablando en lenguaje de señas? Cuando por fin Victor dejó de mover sus manos, Luca simplemente asintió.

-Edgar, ¿Te llevó a tu casa?-

Edgar quiso negar con la cabeza, pero cuando menos lo espero, Luca ya lo estaba arrastrando hasta la recepción. Al girar la cabeza, pudo ver a Victor despidiéndose con la mano, Edgar se limitó a suspirar. Al salir del edificio, Edgar pudo ver un carro aparcado en el estacionamiento de la organización. Luca sacó unas llaves y abrió la puerta del lado de copilote.

-Adelante, Edgar-

Edgar se sintió un poco avergonzado por la acción, pero solo pudo asentir y meterse dentro del carro. Luca cerró con cuidado la puerta y rodeó el carro hasta encontrarse frente a la puerta del piloto, abriendo esta y sentándose en el asiento del conductor. En el camino, Luca venía hablando con Edgar, mientras la suave brisa del atardecer se colaba por las ventanas, las cuales habían sido bajadas. La música que se reproducía, era suave, nada muy desesperante. Edgar sintió su corazón latir con fuerza. ¿Por qué ahora su corazón se había acelerado? Quizás era por la paz que daba aquel hermoso momento donde, los últimos rayos del sol se desvanecían, y el cielo se pintaba con los colores del atardecer, un hermoso cielo azul que se pintaba de varios hermosos tonos de rosado y anaranjado. Aquel momento era algo que Edgar no podría olvidar tan fácilmente, la sonrisa de Luca al mirarlo de reojo, nunca se iría de su mente.

Blome | EdlucaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora