XXXV

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La luz del día dió en su cuerpo despertandolo en el proceso, se removió en la cama chocando con otra piel tibia frente suyo, lo abrazó de la cintura y restregó su nariz en el cuello ajeno provocando risas al omega durmiente que le daba la espalda, sus piernas estaban entrecruzadas bajo las sábanas y se acariciaban mutuamente mientras él dejaba cortos besos en el hombro ajeno desnudo, despertando en el proceso al peliblanco, quien lo miró brevemente.

—¿No deberías irte?—Susurró adormilado.

—Talvez...pero quiero estar así unos minutos más —Susurró dulcemente y el otro solo rió y volvió a cerrar sus ojos dejándolo que siga con su trabajo.

El Alfa siguió besando y sus manos se deslizaban con cuidado por el torso del omega hasta los muslos del mismo, quien soltaba pequeños suspiros ante las caricias y pasó una de sus manos por encima de su hombro, tomando la nuca del Alfa, quien detuvo sus besos y apenas pudo levantar su rostro, sus labios fueron atacados por los otros, aspiró con fuerza y sus manos tomaron fuertemente el muslo y la cadera del otro apegandolo a él.

Sus labios se movían desincronizadamente y sus mismos cuerpos comenzaron a restregarse el uno contra el otro, provocando jadeos y pequeños gemidos, el omega suspiró el nombre de alfa en medio del húmedo beso y el Alfa dejó de besarlo un momento.

El peliverde embriagado por el aroma de su acompañante, apretó el muslo del omega y lo alzó levemente, logrando que el trasero de este choque perfectamente con su pelvis  y su miembro roce con la entrada adolorida del omega.

—I-izuku..-

—Tranquilo, no lo meteré...—Susurró dejando un beso en el cuello del peliblanco—Solo aprieta tus muslos..

Siguiendo lo dicho, apretó sus piernas lo más que pudo y mordió su labio inferior, su entrada comenzó a mojarse al sentir el miembro del Alfa en la zona, estaba duro y bien despierto, sintió los labios del pecoso en su cuello y su caliente respiración chocar la misma curvatura.

El Alfa pasó sus manos a la cintura del omega y este puso las suyas sobre ellas, tenía vendado unos pares de sus dedos, lo que quitaba el miedo de hacer daño a su pareja, Izuku acarició el vientre de Tomura antes de mover lentamente sus caderas de atrás hacia adelante, los suaves muslos que apretaban su virilidad no eran nada comparado con el interior de su pareja, pero no quería lastimarlo, la noche anterior incluso podría decir que se excedieron.

—mhm.. Izuku...haa..

—Tomura....—Suspiró mientras el ritmo de sus caderas aumentaba, extasiado por la combinación de los aromas, mordió levemente el hombro del omega, su mano viajó al falo de su pareja y comenzó un vaivén a su mismo ritmo.

—Izu...espera..haa...—Pusó sus manos sobre las del Alfa intentando detenerlo pero fue inútil.

Sus gemidos fueron callados por los labios del Alfa, quien no se detuvo con sus movimientos, bombeó el pene del omega hasta que sintió un mordisco en medio del beso y  chorros de semen mancharon su mano, embistió un par de veces hasta que pudo venirse.

Ambos estaban agitados, con sus respiraciones calientes, Izuku volvió a levantar la pierna del omega y se separó un poco para quitar su miembro de entre medio, esté se encontraba manchado de los fluidos del Omega.

Sonrió y abrazó al omega contra él—Tuviste un orgasmo anal...¿Tanto querías que te la meta?

El Omega bufó burlón—Tu iniciaste esto, así que la pregunta es ¿tanto querías metermela?

Ambos rieron levemente y entre besos perezosos se levantaron de la cama o almenos uno de ellos, Izuku le entregó las pastillas junto un vaso de agua a Tomura, quien de inmediato se las tragó y quedó aún en cama, porque sus amadas piernas le fallaban al tocar el suelo.

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