XXXIII

584 95 9
                                    

Sintió un dolor en la mitad de su cuerpo así que se movió hacia el otro lado, la superficie en la que estaba era dura, trató de acomodarse y fue aún más incómodo, el lugar no era para nada cómodo, buscó a tientas una cobija pero no encontró nada solo el frío en que estaba recostado, confundido abrió perezosamente los ojos encontrándose con las patas de una de las cómodas, vió un poco más abajo y se encontró con la puerta principal de su apartamento.

Pestañeó para tomar conciencia de lo que veía y comenzó a levantarse, efectivamente se encontraba en la entrada de su apartamento, más bien en el suelo de esta, frotó sus ojos y bostezó, sacudió su ropa y sobó su cabeza, comenzó a recordar como llegó a su hogar, salió del bar, no había taxis, luego se apoyó a la pared y luego...¿Se encontró con Shigaraki? ¿Y lo trajó a su casa?

Se terminó de levantar del suelo, las luces de la cocina estaban encendidas así que se encaminó a esa parte de su hogar, frotando sus ojos por la luz y cierta borrosidad que cubría a estos.

—Ah..ya despertaste

—¿Shigaraki?

El peliblanco se encontraba apoyado en la alacena con un tazón en sus manos, comiendo lo que sería su ramen instantáneo, dejó por un momento su recipiente y tomó otro que estaba a uno de sus lados, extendiéndoselo al pecoso.

Éste se acercó cautelosamente y recibió el tazón, el omega volvió a tomar el suyo y siguió comiendo, se detuvo un momento al ver como el pecoso seguía mirando sospechosamente el tazón de ramen.

—No tiene veneno pero si no lo quieres, puedes dejarlo y me lo comeré-Exclamó volviendo a sorbes los fideos de sus palillos.

—¡No quise ser grosero!-Contestó avergonzado rápidamente y empezó a comer, el peliblanco rió de manera casi silenciosa pero siguió comiendo.

Izuku se dio un golpe mental al haber sido tan obvio cuando recibió el tazón y ahora se daba cuenta que realmente no había nada de malo en el ramen, estaba ligeramente tibio, sabía bien y nada fuera de lo normal, talvez se equivocó, no debió desconfiar en el Omega .

Acabó unos minutos después del omega, quien se encontraba botando el recipiente donde había venido el instantáneo, el peliblanco acomodó su cabello dentro de su capucha y se encaminó a la salida de la casa del peliverde, todo bajó su atenta mirada y al entender lo que haría, el pecoso rápidamente lo tomó de la muñeca, evitando que se vaya.

El peliblanco gruñó levemente -¿Qué es lo que quieres?

-¿A donde vas?

-Yo pregunté primero...-Desafió con su mirada al pecoso, quien mantuvo firme el agarre, al notar que no lo dejaría soltó un suspiro y arrebató su brazo del agarre-No te incumbe a donde iré, es mi problema.

—¿No piensas ir con la policía?

—¿Por qué estás tan ensismismado con eso? Ya no estoy haciendo nada, déjame en paz de una vez por todas.

—No—Al ver que el Omega volvía a dirigirse a la salida, se puso frente a él-Has hecho cosas que no debías y no has pagado por eso, no deberías estar andando libremente solo porque sí.-Explicó y escuchó la risa burlona del otro.

—¿Lo dices cómo héroe o cómo Alfa?

El pecoso abrió sus ojos avergonzado y frunciendo el ceño contestó al omega-Como héroe.

—Bueno no te creo, nadie está haciendo nada para buscarme y eres el único que se encapricha con no dejarme ir así que..¿Qué es lo que quieres mocoso?

—N-no es eso...puede que no lo notes pero todos están autorizados a atraparte si te en..-

—Pues que lo hagan, no me interesa así que déjame salir.

Who Is Mom? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora