XII

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—Esto es una mierda, dijiste que nos ayudarían. —Musitó furioso abriendo la puerta del auto e ingresando, cerrándolo de un portazo.

—Lo harán, es prueba y error siempre pasa solo debemos esperar. —Hizo lo mismo que el otro, abrochando el cinturón de seguridad, notto que el peli blanco no lo tenía puesto y  por instinto se acercó pero fue alejado de un empujón.

—Puedo hacerlo solo—Contestó, colocándose el cinturón.

—Solo trataba de ayudar

—Me da igual—Contestó malhumorado—Tsk...Si me dejaras hacerlo a mi manera, ya hubiera traído a mi hijo.

—Eres un criminal, no puedo confiar en ti—Contestó frunciendo el ceño tomando el timón.

El peli blanco soltó una risa y con el ceño fruncido contestó—¿Quieres hablar de confianza? Que hipócrita—Cruzó sus brazos empujando su cuerpo hacia el respaldar del asiento.

El pecoso apretó el timón del auto, encendió el auto y arrancó rumbo a su casa. No había salido bien, nada iba bien, la máquina terminó explotando y ensuciando a todos, tenían que volver a armar uno pero la beta y la alfa no se ponían de acuerdo con los materiales que debían usar, así que se retiraron con la mujer a otra habitación intentando usar su quirk de manera tradicional lo que provocó que casi terminen en un lugar desolado sin sol ni Luna, según el portal que se abrió, por momentos se arrepentía de sacar al omega del Hospital pues solo era pesimista cuando se trataba de los héroes.

El tiempo paso rápido así que se retiraron del lugar, el Omega estaba de mal humor y se lo hacía notar al Peli verde Héroe.El camino fue con un silencio incómodo, al menos para el peli verde.

El primero es salir del auto fue Tomura, quien se metió a la casa sin decir nada, luego de guardar el auto, en la cochera, ingresó el pecoso quien buscó a su madre, pero esta ya se encontraba durmiendo en su habitación. Se metió a la cocina y comió lo primero que encontró, pues casi en todo el día no había comido nada.

El pecoso subió a la segunda planta, sintiendo en el aire el aroma del Omega, se cubrió la nariz por precaución y avanzó cuidadosamente sintiendo como aumentaba el aroma, logrando dar con la habitación de su hijo.

Retrocedió y se metió a su habitación, buscó entre sus cajones sus supresores y se tomó un par de las píldoras. Salió aún cubriendo su nariz hacia el cuarto del menor e ingresó sin permiso.

Encontrando al Omega recostado en la cama del niño abrazando una camiseta contra su cuerpo, le daba la espalda, eso le traía ciertos recuerdos un tanto amargos y melancólicos.

—Shigaraki—Se acercó un poco hacia la cama.

—Midoriya—Suspiró sin moverse—¿Realmente fui tan cruel, para que el mundo me quité a lo único que amo y me quiere?

El pecoso apretó sus labios al igual que sus puños, "yo también te..." una frase incompleta quedó trabada en su mente, temía acercarse no sabía que hacer, el peli blanco no era tan fácil de comprender, nunca lo fue, además que Tomura aún tenía rencor guardado por cosas del pasado.

Estiró su mano con intensión de tocar el hombro del omega pero al mismo instante se arrepintió y devolvió su mano, algo que no notó es que el peli blanco lo había visto de reojo y al notar como contrajo su mano, se decepcionó, talvez era por el celo por el cual se sentía de alguna forma sensible física y mentalmente, el no saber como se encuentra su hijo no le ayudaba para nada, su mente lo comenzaba a atormentar "Es tu culpa" "No lo protegiste" "inútil", sus inseguridades comenzaron a atormentarlo provocando que sus agrias feromonas aumenten. El pecoso se arriesgó a acercarse y se sentó en la esquina vacía de la cama.

—Volverá con nosotros, estoy seguro que esta bien, Yoshi es muy inteligente a su edad.

—No tiene un kosei con el que se pueda proteger, aún es un niño.

—Pero existen otras maneras

—tks...tu no sabes que es estar perdido—Chasqueó, el pecoso por su parte soltó un suspiro pesado.

—Otra vez, te traicione ¿cierto?

El omega abrió sus ojos, más no contestó solo se movió algo incómodo por el tema.

—Y no me disculpe de la mejor manera—Restregó su rostro con su mano y rió irónicamente—Que clase de héroe soy .

Se levantó de la cama y salió de la habitación, el omega se movió un poco en la cama y cerró sus ojos intentando conciliar el sueño, el pecoso por su parte entró a su habitación y de la frustración que sentía lloriqueo en silencio. Aún siendo adulto, no se le quitaba lo llorón que podía ser.

Sintió en su bolsillo trasero el vibrar de su teléfono y lo sacó de ahí, era un mensaje, rió un poco después de ver quien se lo mandaba" Parece un deja " dejó el celular a un lado, no tenía ánimos de hablar con él, si le respondía ahora, puede causar una mala interpretación, dar falsas esperanzas y ya no quería hacerlo. No otra vez.

Ahora sólo quería tener a su omega entre sus brazos y proporcionarle el apoyo que necesitaban ambos. Solo quería a ese omega, talvez es un capricho o por que su hijo compartía el aroma de ambos pero sentía que necesitaba a ese peli blanco, siempre fue así solo que se negaba aceptarlo.

Continuará...

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