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04

La verdad que todos querríamos

—Discúlpeme señorita Basileus,pero me suena de que nos habíamos visto en algún lugar.—dijo Navier justo antes de que "Lilith" entrara a su habitación compartida.

—No suena su majestad,que tenga buenas noches.

Cerró la puerta,a lo mejor debió cambiar el color de sus ojos con este "disfraz" pero ya no podía echarse atrás y además tendría que compartir la habitación con Heinley a pesar de ser solamente su prometida y no aún esposa ni emperatriz.Esta fue una petición especial de su parte,pidió que así fuera preparada la habitación y en  la noche siguiente sería el primer día de la grandiosa celebración de año nuevo. Cundo estaba a punto de cambiarse de su vestido a un camisón para dormir,alguien entró y no era nada más ni nada menos que Heinley que al ver semidesnuda a Afrodita se sonrojó pero se dio la vuelta.Tiempo suficiente para que se cambiara al. camisa on y no pasará a nada más.

—Gracias Heinley,por el gesto.—le dijo.

—No es nada,es simplemente lo que debía hacer porque mi misión es ganarme tu corazón poco a poco y obtener un lugar ahí.

Besó su mano y la miró fijamente,lo miró de vuelta y tomó su mano para después callarlo con un beso que se sintió bien sorprendentemente.Ella estaba en el rol dominante,ella era quien tenía el poder pero claramente había que reservar este momento para la noche de bodas.Así que dejándolo con las ganas,era su especialidad.

—Buenas noches.—dijo para taparse con las abañado y caer en un profundo sueño.

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Como el primer día de año nuevo,el emperador y la emperatriz hacían una entrada especial juntos y la tradición era que tuvieran el primer baile de la noche también juntos.Esta vez,sus altezas,la princesa Astrid y el principe Hermes hicieron una aparición. Todo era muy deslumbrante mientras caminaba con Heinley saludando a varios invitados que ella ya conocía pero debía fingir que no lo hacía por quien era.Oía murmullos de la gente hablando sobre ellos dos,la estarían criticando seguro pero no le importaba.

—Mi reina,no te preocupes por los rumores.Después de todo,son solo palabras en sus bocas.—le dijo en un tono bajo.

—Lo se,ya estoy acostumbrada.

Contestó cuando alguien se choco con ella,era el principe Hermes y encima parte de su vestido se manchó debido a la bebida que traía el pequeño infante,lo ayudó a levantarse.

—Lo siento mucho,no fue mi intención.—se disculpó en un tono arrepentido.

—No pasa nada su alteza, estas cosas pueden pasar así que no se preocupe de nada en absoluto,enserio no fue nada más que un simple accidente.—calmo al niño al borde del llanto.

—¿Estás bien mi reina?

—Yo si,pero mi vestido no tanto.

Además de que el vestido era de un color rosa claro,el color rojo de la bebida que llevaba el principe no ayudó en mucho.Pronto vinieron los emperadores al ver la situación que se había creado al rededor,prometieron pagar por los daños al vestido y que si gustaba podía retirarse a cambiarse de vestido.Lo cuál aceptó,para no sufrir más humillación a su persona si que se retiró dejando solo a Heinley en la fiesta.

Fue a una habitación de huéspedes vacía y pidió que le trajeran un vestido color púrpura que empaquetó para venir,menos mal que trajo algunos en caso de que ocurriera algún incidente como este.Ayudaron a ponérselo y ordenó que la dejasen sola un momento en el pasillo,que enseguida volvería al banquete.

Se sentó en el sitio de la ventana enorme que había en aquel oscuro pasillo del palacio,atesorando entre sus manos el collar que tenía un dije que se podía abrir y ahí guardaba una imagen de cuando su familia era feliz y si que se podía llamar una familia normal.Sabiendo que los dos de sus padres se avergonzarían del camino que escogió sólo que no sabían que era la única opción que tenía en aquel momento.

—Mamá,padre,lo siento.—susurro para su corazón.

De la nada un pequeño principle que se escaqueó de la fiesta y sostenía una flor que encontró de camino hacia aquí,notó la mirada triste de Lilith .

—¿Porqué está triste?—preguntó el aún inocente niño.—¿Fue culpa mía?

—Claro que no,solo que estaba recordando a mis padres que ya no están conmigo.

—¿Porqué no están contigo si son tus padres? Mi madre Navier me ama mucho y se preocupa muchísimo por mi.

—¿Como no lo haría su alteza?

Sonrío cálidamente para no preocupar de más al niño y quitarle la inocencia que tenía.Se agachó más o menos a su altura y tomó la flor,le dio un beso en la frente y tomó su pequeña mano y lo guió de vuelta a la sala de baile en donde la desaparición momentánea del principe no fue notada con todo el revuelto.Lo dejó a un lado con uno de los guardias y fue en busca de Heinley,pobre de ese niño que también tendría que pagar por lo que hicieron sus antepasados.

Mientras tanto con los emperadores orientales....

—Sovieshu,¿no te parece la señorita Basileus muy conocida? No puedo quitarme ese sentimiento.

—Ahora que lo dices,sí,pero no lo sé bien.—dijo mirando a la nombrada.—Debería mandar a alguien a investigarla o algo,si eso la calma emperatriz.

—Hazlo por favor,y también el favor de no beber mucho esta noche,¿está bien?

—Está bien.

Tomó un sorbo de vino para dejarlo de vuelta i disfrutar del gran ambiente festivo que daba este lugar,mientras la gente se divertía había quienes disfrazados planeaban hacer caer la reputación de Oriente.Y pronto los emperadores sabrán de los pecados cometidos por los cuales tenían que disculparse.

—Le daré una bolsa de monedas de oro para que imprima esta historia y otras dos para que no revele mi identidad,¿entendido muchacho?

—Si ,señor.—respondió.—Estimó que cuando la gente se levante ya se habrá extendido por todo el imperio está impactante noticia.